Sabado 27 de abril 2024

Comienza la máxima de 30 km/h

Redacción 27/02/2023 - 07.37.hs

En tanto en Santa Rosa se comenzará a implementar una nueva ordenanza a partir del 1 de marzo -que establece que la velocidad máxima permitida para vehículos en la zona céntrica será de 30 kilómetros por hora- surge la incógnita sobre qué sucederá en otros sectores de la ciudad.

 

Cabe inferir que en principio a los conductores -habituados a superar ese límite- no les será fácil la adaptación, pero seguramente habrá controles permanentes para que se cumpla con lo reglamentado. Porque la ordenanza llegó para regular un tránsito caótico -y por tal motivo peligroso-, y aunque la adaptación no pudiera resultar fácil es probable que después de algún tiempo se pueda conseguir que se cumpla acabadamente.

 

Sucedió con el uso del cinturón de seguridad, por ejemplo, cuestión en la que resultaron los controles. Primero con la prevención y advertencia, y luego con la aplicación de las multas correspondientes. Cabe esperar que lo mismo suceda con la velocidad.

 

Pero lo que aparece como deuda pendiente -y por ahora no se advierten atisbos que se tomen medidas para saldarla-- son varios otros aspectos que tienen que ver con el tránsito santarroseño.

 

Ya desde estas columnas se advirtió, en numerosas oportunidades, de una cantidad de infracciones que se cometen todo el tiempo sin que las autoridades del área reaccionen como una buena parte de la sociedad está esperando.

 

Los celulares.

 

Los automovilistas transgreden normas elementales, como por ejemplo la que dispone la no utilización del teléfono celular mientras se conduce. Es normal ver en un semáforo a autos que tardan en arrancar ante la luz verde, o que incluso manejando se observe a personas ya hablando o leyendo mensajes. El mal del celular, por llamarlo de alguna manera, incluye a todos: se han visto también motociclistas y aún ciclistas utilizándolo mientras van marchando. Por eso la pregunta: ¿para cuándo la campaña y los controles para atenuar lo que es un problema importante, porque son innumerables los siniestros que se producen por distracciones con el uso del celular mientras se conduce?

 

Por ahora los inspectores miran para otro lado cuando ven -todo el tiempo-- conductores con la vista fija en sus aparatos.

 

Pistas de carrera.

 

Pero no es lo único. Hay avenidas que parecen pistas de carrera. Casi todas, pero alguna que se destaca, como es la Spinetto desde la cancha de All Boys hacia el norte. Cuando el semáforo da verde autos y motos se lanzan a velocidades que están muy por encima de lo permitido. Y no se advierte en ese lugar -y en otros neurálgicos--, ni motos de Tránsito o de la Policía -a modo de colaboración-- impidiendo que la situación se repita. O a al menos como disuasivo.

 

Cuando algo grave suceda -y será en cualquier momento-- nos vamos a lamentar. ¿Por eso, para cuando los controles y las correspondientes sanciones en esos sitios peligrosos?

 

Otro tema. La directora de Tránsito, semanas atrás, prometió ocuparse de los vehículos que hacen bramar sus motores de tal manera que aturden a varios metros a la redonda.

 

En pleno centro se pueden observar autos cuyos conductores van con sus ventanillas abiertas para atronar el aire con su música de tal manera que el asfalto "tiembla". No sólo producen contaminación auditiva, sino que no le permite al propio chofer estar atento a cualquier advertencia que se le pueda pretender hacer desde afuera.

 

¿Y las motos? Son en general jóvenes que tienen como gracia hacer que los motores produzcan explosiones que sobresaltan al transeúnte que tiene que aguantarse lo que, al cabo, es una suerte de agresión acústica innecesaria e inexplicable. Y lo hacen con total descaro, incluso frente a centros de salud donde claro está hay personas que necesitan silencio y calma.

 

Tampoco para esos agresores sonoros hay ningún tipo de advertencia o sanción. La pregunta en este caso es la misma: ¿Para cuándo?

 

Se aguardan respuestas.

 

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