Miércoles 01 de mayo 2024

Cuando una canción es capaz de enamorar

Redacción 04/06/2023 - 00.08.hs

Una bella historia de amor es la que están escribiendo desde hace tiempo estas dos personas tan íntimamente ligadas por la música. Ambos son docentes, les gusta el deporte y tienen una hermosa familia.

 

MARIO VEGA

 

"Nos conocimos en Santa Rosa cuando Pao cantaba en un grupo de música latino-pop. Resulta que necesitaban pianista y me llamaron para tocar en un par de actuaciones que tenían... Andando el tiempo la música hizo de las suyas y el enamoramiento comenzó y quedó plasmado en un tema que interpretábamos... 'Endúlzame los oídos', de Patricia Sosa. Ese fue la canción que empezó por marcar nuestro camino juntos. A partir de ahí las miradas lo dijeron todo y nunca más nos separamos".

 

Manuel Neveu es uno de los intérpretes más relevantes de nuestro acervo musical. Con esa sonrisa que lo identifica plenamente, con palabras justas y para nada exageradas cuenta con espontaneidad sobre la historia de amor con Paola, que no es otra que Paola Bergsma. Se trata de ese tipo de situaciones que a los hombres a veces se nos hacen poco sencillas al momento de contarlas, pero él lo hace con simpleza y naturalidad.

 

Cuando se los ve juntos enseguida se nota que hay entre ellos una armonía y una química que va más allá de la música, aunque esta haya sido --precisamente-- el vínculo con el que comenzaron su romance.

 

"Sólo háblame de amor".

 

Todos sabemos que la música es una de las expresiones más fantásticas, porque logra de inmediato provocar sensaciones que quizás otras manifestaciones artísticas no consiguen de una manera tan espontánea.

 

Las armonías, las letras, confluyen para movilizar los sentimientos... "Esta noche no me pidas nada/Solo endúlzame los oídos/Esta noche olvidemos todo/Solo háblame de amor", cantaba Paola aquella noche mientras las manos de Manuel se deslizaban virtuosas sobre el teclado y sus miradas se encontraban cómplices...

 

Y vaya si la música puede expresar los sentimientos más profundos. Y sino que lo digan Paola y Manuel.

 

Los había visto, y escuchado -a él más que a ella en diversos espectáculos- juntos por primera vez en una presentación de Atípica Orquesta en el Teatro Español. Ese grupo musical que también integraban Faito Baraybar y Beto Cornejo.

 

Ambos docentes.

 

Y los volví a encontrar en el cumpleaños de un amigo común, donde hicieron algunas canciones que maravillaron a los presentes. Charlamos un poco y su historia me interesó --como me ha sucedido con otras que nacen a partir de una conversación informal--, porque Paola cantó "A mi manera", y después un tema que ella mismo escribió dedicada a su pequeña Aimé que miraba embelesada.

 

Amables, simpáticos, dispuestos, se prestan a hablar de ellos... dónde vivieron, cómo comenzaron con la música y qué proyectos tienen. Cualquiera podría imaginar que sus clases se relacionan con lo que -después de la familia- es lo que más aman.

 

Es sí el caso de Paola, licenciada en Didáctica de la Música recibida en la Universidad Nacional de las Artes en Buenos Aires; pero Manuel -aunque notable tecladista- da clases de otra materia que nada que ver, porque es licenciado en Química. "En algunos casos coincidimos en los colegios, pero en otros tenemos horarios cruzados y nos tenemos que acomodar por nuestros hijos", Aimé (9) y Sabino, precisan.

 

Hermosa casa.

 

Me reciben en su hermosa casona ubicada sobre calle Alelíes, a metros nomás de la Laguna Don Tomás. "Nos vinimos aquí en agosto de 2013. Alquilábamos un departamento, pero después de un accidente que tuvimos con la moto ya arrancamos a construir aquí hasta que pudimos terminar", dicen.

 

Cuando llegué, Manuel -sin pedírmelo expresamente- se sacó su calzado y dijo: "En casa todos andamos descalzos...". Y bueno, yo también me saqué mis zapatos y así nos instalamos en el living.

 

"Quería ser cantante".

 

Paola es hija de María Cristina Costa y Ricardo Abel Bergsma, "y tengo una hermana que se llama Yesica Sabrina. Mamá era ama de casa y trabajaba en un geriátrico; y papá jefe de planta de la Cooperativa de Agua, ambos de Pellegrini. Ella falleció hace tres años; y mi padre continúa en el pueblo. En cuanto a mi hermana es casada y tiene una hermosa nena, Gemma, que es mi ahijada y también vive allá", señala.

 

Sobre su niñez la reconoce como "muy linda, con una familia grande... siempre nos reuníamos a comer, festejar cumpleaños, fiestas, era todo súper lindo. Y en el barrio tenía amigas y amigos de mi misma edad".

 

Desde los 5 años empezó a estudiar piano, bailaba folklore y participaba de todos los actos que había en el colegio. "Decía que quería ser cantante pero mucho no lo aceptaban; hasta que un día con mamá fuimos a la casa de Carlos Cayre, quien tenía un grupo que todos los años presentaba un festival en el cine con nuevos valores del pueblo. Me hicieron una prueba y no paré más".

 

Primera vez en público.

 

Recuerda con precisión el día que cantó por primera vez en público: "Tenía 12 años y fuimos con mi familia, pero papá no sabía... en un momento desaparecí y aparecí en el escenario cantando. Papá no entendía nada, sólo me escucho y lloró... a partir de ahí siempre me apoyó y me acompañó a cada actuación. Hice 'Nunca voy a olvidarte' de Cristian Castro y 'Beso por beso' de Nanci Anka, canciones que se escuchaban en esa época".

 

Después todo fue bastante rápido: "A los 14 comencé a viajar e Trenque Lauquen para tomar clases de canto con el renombrado Cadierno. Tuve suerte de competir varias veces en los torneos bonaerenses y de ir a Mar del Plata ya cantando o bailando tango. También competí en Baradero y en otros lugares...", evoca.

 

En la adolescencia no compartió mucho con sus compañeros de secundaria "porque los fines de semana iba a cantar y perdí muchas salidas y reuniones. Pero sí, desde chica tenía una conexión muy especial con la música, y siempre me imaginé cantando en público".

 

Todos los géneros.

 

Integró varias agrupaciones cantando folclore, rock, tango y latino, con gente de su pueblo y también de Trenque Lauquen. "Siempre fui solista hasta que me invitaron del conocido Grupo Azul donde las obras eran a cuatro voces, que era un proyecto muy rico para mi desempeño vocal y donde aprendí mucho. Luego fui integrante del grupo La Taba en Santa Rosa, ya radicada aquí", puntualiza.

 

Otro aspecto de su vida tiene que ver con el deporte. "Jugaba hándbol y en verano hacía natación en la pileta del pueblo. Hoy sigo con actividades físicas con el gusto por correr, el baile y aerobox".

 

Capacitación y docencia.

 

Aunque ya plenamente adaptada en La Pampa se reivindica "pellegrinense. Cursé primaria y secundaria ahí, hasta que tuve la invitación del grupo Mamul Mapú para una gira europea; y anduvimos por Italia, Francia y Alemania entre otros países. Fueron tres meses inolvidables, conocí culturas diferentes y personas con las que hoy sigo en contacto".

 

Una vez en Santa Rosa estudió en el magisterio Bellas Artes: "Obtuve el título de Maestra de Música; después Profesorado en Música en el CREar y finalmente vino la Licenciatura en Didáctica de la Música en la UNA (Universidad Nacional de las artes de Buenos Aires)".

 

Hoy es docente en cinco establecimientos, María Auxiliadora, Domingo Savio, Colegios Nervi, Colegio 9 de Julio y Colegio Juana Paula Manso. Y completa: "Hasta que nacieron mis hijos también fui docente en el nivel terciario, pero por cuestiones de tiempo hoy sólo sigo con el nivel secundario".

 

¿Y Manuel?

 

Cuando Manuel cuenta sobre él me retrotrae a los inolvidables tiempos del secundario en el Comercial. Porque su padre era Sabino Oscar Neveu (fallecido en 1995), y fue mi profesor de Caligrafía, y más tarde rector del Colegio Nacional. Su mamá, maestra jubilada, es Esther Redondo, y son en total cuatro hermanos: Daniel, Francisco y María Elizabeth; y Manuel el menor de la familia.

 

"Hice la primaria en la Escuela n°4, secundaria en el Colegio Nacional y estudios universitarios en la Facultad de Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de La Pampa. Mucho más acá realicé otros estudios en la Universidad Tecnológica Nacional de Buenos Aires, y soy profesor en disciplinas industriales en la especialidad Química", resume.

 

Cerca del arte.

 

Desde muy chico tuvo "curiosidad por al arte, tanto en la pintura como en otras actividades inculcadas por mi padre. No sé si consciente o inconscientemente era así, y recuerdo algún paseo por Buenos Aires, y mirando una columna de alguna construcción de esas hermosas que se papá me decía: 'Ves, ese es un capitel Corintio'. Yo miraba y recién más adelante comprendí lo que me quería hacer notar, o mirar; o a veces nos deteníamos ante un cuadro y él decía: 'Sí, está bien logrado', o 'mmm... le falta esto, o aquello'. Pero también estaba la música, porque en casa siempre había instrumentos. Mi hermano estudió y es profesor de guitarra, y mi hermana es maestra de música y toca el piano. Soy 9 años menor y me admiraba que mi hermano tenía sus bandas de rock y tocaban temas de esos años como Queen o Deep Purple. Siempre me llamó la atención".

 

Y agrega: "En mi casa y en la de mis abuelos había combinados con discos, así que ahí también escuché cosas como '16 Toneladas' de Los Plateros y otros que chusmeaba y me quedaba con los que más me gustaban".

 

Manuel y el piano.

 

A los seis años ya estaba sentado frente al piano con la profe con la que hizo primero el Profesorado y luego vino un "perfeccionamiento de piano clásico. Después interrumpí un tiempito pero luego seguí y ya no paré... Entre Chopin, Mozart o Beethoven me hacía tiempo para mis grupos de rock, con temas de Charly, Fito... Viniendo de la música clásica -¡donde uno lee todo!- tuve que ir aprendiendo las formas de tocar con tonalidades y demás yeites, pero también me encantaba".

 

¿Si existen las almas gemelas? Pareciera que sí. Ya contó Paola de su gusto por la música y el deporte, y Manuel no le va en zaga en esto: "Desde muy chico y hasta hoy estuve ligado también al deporte a través de la natación y el básquet... en el mejor club: ¡All Boys, claro!", sostiene. "Creo que el deporte como la música son actividades que todo el mundo tendría que cultivar porque dejan amistades y vivencias extraordinarias".

 

En el Grupo de Jazz.

 

Cursando la facultad muchos años dictó clases de piano particular "y además tuve oportunidades de actuaciones, como hacer música de películas, música de Disney o hasta acompañar cine mudo con el piano. Todas experiencias inolvidables", expresa.

 

Y continúa: "Ya más grande un día que estaba probando un piano en el Centro Cultural para una presentación pasó Yaco Rach (ex trombonista del Grupo de Jazz Santa Rosa) y me escuchó tocar... estuvimos conversando y me preguntó si había tocado jazz, y obvio mi respuesta fue negativa. Me invitó de todas maneras a que probara en un ensayo... Y fui... ¡Y me quedé quince años! Y la verdad es que aprendí muchísimas cosas: la camaradería entre músicos, el profesionalismo, la puntualidad, la organización... anduvimos por muchísimos lugares y conocimos gente y músicos geniales. Siempre voy a reconocer al grupo por tanto. Cuando me necesitan algunas veces toco con ellos", dice agradecido.

 

El tango, Manuel... y Paola.

 

A Manuel en un momento se le ocurrió hacer tango; "pero no el clásico, sino con algo más... con alguna vueltita. Porque ya tenía la voz, Paola, la idea, los arreglos escritos para el primer tema, aunque me faltaba todo el resto de la orquesta", admite y se ríe al recordar. "Me puse en esos menesteres, los vi a Beto Cornejo (violinista) y Faito Baraybar (bandoneonista), y arranqué con el proyecto de 'Atípica Orquesta`'. Los primeros años tocábamos con el grupo de jazz y además ensayábamos con Atípica... así que estábamos todas las noches de la semana ocupados con música; y además la docencia de la Química ocupaba todo el día", narra.

 

Primero la familia.

 

Era tanta la actividad que llegó el momento que tuvo que dejar el grupo para dedicarse de lleno a la orquesta. "Con ambas agrupaciones tuve la gran oportunidad de poder entrar en estudios de grabación para plasmar lo que estábamos haciendo en varios discos, además de otros en vivo".

 

Se las arregló Manuel para combinar el trabajo cotidiano –"la docencia es una profesión que también amo", afirma-, porque da clases en el Instituto Domingo Savio, el Colegio de la Universidad y el Colegio Ricardo Nervi; y también está el deporte... "y la música, porque no podría vivir sin ella. Pero ante todo uno se debe ocupar de lo más grande que se puede tener: la familia. Y no es fácil compatibilizar todo. Requiere de energía, dedicación y motivación. Pero nosotros, por suerte, podemos", resalta.

 

La pareja.

 

Paola y Manuel pasaron muchas cosas, "buenas y no tanto, como un accidente de motos que tuvimos el 22 de agosto de 2009", dice Manuel. "Era una tarde hermosa, soleada y salimos a dar una vuelta, cuando un auto que cruzaba la Spinetto no nos vio... Yo tuve diversas lesiones, quebraduras, perdí el bazo y estuve complicado varios meses; y en el caso de Paola sufrió quebraduras de las muñecas y le llevó mucho recuperarse... por suerte llevábamos los cascos puestos y eso nos salvó. Recuerdo que cuando me desperté estaba rodeado de cables y televisores por todos lados... El médico José Sansón me dijo 'Qué palo te pegaste'. A partir de ahí replanteamos nuestra vida, construimos la casa, llegaron nuestros hijos que son lo más preciado, nos acomodamos con los trabajos, con el deporte y con la música... y aquí vamos. Siempre unidos y para adelante".

 

Pasaron cosas.

 

Sí, claro que el destino nos va marcando el camino. A todos. Al menos eso creo. Manuel y Paola volvieron ahora "al formato de dúo. Estamos abocados en su consolidación, terminando de armar repertorio y próximamente trataremos de estar presentando un show completo con varias sorpresas... pero eso no lo podemos contar aún", dicen sonrientes y casi a coro.

 

Son jóvenes, talentosos y tienen sueños, claro que sí. "Siempre están, ¡y son muchos! Proyectos e ideas sobran; aunque está la limitante del tiempo...".

 

Confían en que "ahora estamos en un impasse para afrontar un problema de salud. Pero le daremos pelea para volver cuanto antes y seguir como siempre lo hicimos... Pero ciertamente no nos imaginamos la vida sin música, y casi podemos decir que cada etapa importante que transitamos tiene una letra con armonía y melodía".

 

Coinciden, se toman las manos y sonríen, porque saben que allí delante está la vida. Nada más. ni nada menos...". La mejor suerte, Paola. Y Manuel. Todo va a salir de la mejor manera... Seguro que sí.

 

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