Martes 18 de noviembre 2025

El fiscal pidió perpetua para el femicida de Paola Recuna

Redacción 18/11/2025 - 00.21.hs

“La única pena posible es prisión perpetua” alegaron la fiscalía y la querella. En cambio, la defensa de Quiroga advirtió que “corresponde su absolución, por el beneficio de la duda”. La sentencia se conocerá el 3 de diciembre.

 

La fiscalía y la querella consideraron probado que Rolando Antolín Quiroga asesinó con dos puñaladas a Paola Recuna. Pidieron un fallo con perspectiva de género y solicitaron al tribunal que el imputado sea condenado a prisión perpetua como autor de femicidio. La defensa, en cambio, planteó que existe “una duda razonable” sobre cómo ocurrieron los hechos y advirtió que la investigación no logró demostrar la participación de Quiroga en el crimen ni su presencia en el lugar, por lo cual corresponde su absolución por el beneficio de la duda.

 

Durante la mañana de ayer, en la sala de audiencias del Tribunal Penal, los jueces Gastón Boulenaz, Andrés Olié y Daniel Sáez Zamora escucharon los alegatos de las tres partes, en la jornada final del juicio por el crimen de Recuna, ocurrido en Toay durante la noche del 15 de diciembre de 2023. La lectura de sentencia fue programada para el miércoles 3 de diciembre, a las 12.

 

Antes de comenzar, el imputado informó a través de su defensa que no quería presenciar los alegatos, por lo cual fue autorizado a salir y permaneció en la sala contigua.

 

“Perpetua”.

 

La fiscal Cecilia Molinari recordó que aquella noche, luego de escuchar el testimonio de Musa, quien reside frente al lugar del crimen, fueron detenidos dos sospechosos: Juan Manuel Barrios, dueño de la casa y pareja de Recuna, y Quiroga, su ex pareja y quien había amenazando matarla. “Musa vio a Barrios salir de la casa y también describió a otro hombre vestido con pantalón negro, remera roja y una gorra, que perseguía a una mujer. Era Quiroga, a quien él no conocía”.

 

Por eso, dijo, “la investigación comenzó desde una duda”, que rápidamente quedó despejada tras los testimonios y evidencias colectadas, por lo cual Barrios fue sobreseído poco después.

 

Molinari advirtió que Quiroga era la única persona con motivos e intenciones de asesinar a Recuna y recordó que el 8 de diciembre, una semana antes del femicidio, violó una restricción vigente al presentarse en Jujuy 532, domicilio donde habían convivido durante 23 años y sostuvo una pelea con sus tres hijos varones, Agustín, Santiago y Jorge.

 

“El buscaba a Paola, quien no se encontraba allí”, aclaró. Las declaraciones de ellos tres, así como los de su hija Luciana y otros familiares, confirmaron que “toda la relación estuvo signada por la violencia, física y psicológica. La consideraba su propiedad, siempre la cosificó”, dijo la fiscal.

 

También citó mensajes amenazantes que les enviaba, especialmente a Luciana, ya que Paola había bloqueado su contacto y no podía comunicarse con ella. Testimonios y mensajes confirman que la violencia fue en aumento durante esa última semana. En la mañana del día del crimen, le escribió a Luciana: “cuidá a tu hermano, Brunito, porque de esta noche no pasa’. Y cumplió: a las 21.30 la siguió hasta esa casa y la asesinó con dos puñaladas luego de un breve forcejeo junto a la puerta de entrada”.

 

Las imágenes registradas por la cámara de seguridad de una vecina mostraron que en escasos 30 segundos Quiroga ingresó a la vivienda, apuñaló a Recuna, salió y volvió a montar su bicicleta para emprender la huida. Fue detenido 20 minutos después. Y a la madrugada, durante el allanamiento realizado en su vivienda, la policía secuestró la bicicleta en cuyo canasto estaba el cuchillo presuntamente utilizado.

 

“Recuna forcejó con su asesino y quiso salir de la casa. Por eso tenía el picaporte de la puerta de ingreso en su mano derecha”, añadió. Su hijo Bruno, de 8 años, fue el único testigo presencial, aunque no testificó en este juicio. “Sabemos que estuvo en la escena del crimen porque los peritos identificaron sus pequeñas pisadas sobre la sangre vertida en el piso. Me recuerda a Carlitos, el hijo de Andrea López y Víctor Purreta, quien pudo declarar recién siete años después de haber presenciado el asesinato de su madre, y dijo que su papá la había golpeado y ella no despertaba”, concluyó Molinari.

 

Querella y defensa.

 

La querella particular fue representada por Silvina Abraham, de la Secretaría de Mujer, Géneros y Diversidad. En un breve pero contundente alegato, adhirió totalmente al formulado por la fiscalía y solicitó “prisión perpetua, en nombre de los hijos de Paola Recuna y de todas las mujeres que siguen vivas pero en riesgo de muerte por violencia de género”.

 

Añadió que Quiroga “la mató solo por ser mujer, mediante irrupción y sin posibilidades de defensa. No hay excusas ni argumentos para el hecho más extremo de la violencia machista, sólo prisión perpetua”.

 

El último alegato corresponde a la defensa. En este caso, fue encabezada por Silvina Blanco Gómez, defensora oficial, quien solicitó “la absolución por el beneficio de duda razonable”. La letrada consideró que el argumento de que Quiroga era la única persona con motivos para asesinar a Recuna no resultaba prueba suficiente para despejar la duda y absolver a Barrios, y advirtió que las imágenes tomadas de cámaras de seguridad no precisan fecha ni hora, por lo cual no fue posible establecer si corresponden al momento del crimen. Además, la pericia de geolocalización sobre el dispositivo celular de Quiroga tampoco sirvió para establecer su presencia en el lugar.

 

También cuestionó la falta de estudios de ADN porque resultaban “el elemento esencial” para acceder a pruebas materiales y descartar “meras conjeturas” de la acusación. Y descartó la alevosía, definida para “los crímenes a traición y sobre seguro”, porque “con la sorpresa sola no alcanza” para determinar ese agravante.

 

Abraham reiteró su advertencia sobre la ilegalidad de los mensajes de WhatsApp y solicitó que no sean valorados por los jueces: “fueron obtenidos de forma ilegal” porque la fiscal solo pidió al juez de control extraer las conversaciones entre víctima y victimario, aclaró. Recordó que el magistrado no puede ampliar por sí mismo el alcance de esta pericia, ya que el Código de procedimiento Penal establece claramente que se requiere un pedido de fiscalía. “Corresponde su no valoración por parte de este tribunal”, reiteró. Y por eso, solicitó la absolución de Quiroga, por el beneficio de la duda.

 

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