Sabado 14 de junio 2025

El kerosene, de la popularidad al olvido

Redacción 14/02/2022 - 08.00.hs

Durante casi todo el siglo XX, el kerosene fue parte de la vida cotidiana de millones de personas de este planeta, y los pampeanos no fueron la excepción: la mayoría de las estufas de nuestra provincia se alimentaban, sino con madera o carbón, con este líquido inflamable derivado del petróleo. Pero todo cambió en la década del 90 con la llegada del gas natural y la instalación masiva de cañerías en las ciudades, y desde entonces comenzó un lento declive que derivó en la casi total desaparición de este destilado para el consumo hogareño.

 

"La última compra 'grande' que tenemos registrada fue en julio del 2009, cuando recibimos 19 mil litros", contó Nelson Alonso, un empleado de la estación de servicio YPF 606, donde históricamente se almacenaba el kerosene para su posterior distribución por la ciudad. Mirando los libros contables, el hombre enumeró: "Después en 2015... cinco mil litros... en agosto del 2016 otros 5 mil... y listo, esa fue la última compra que hicimos".

 

No obstante, el trabajador explicó a LA ARENA que en las "buenas épocas", en esa estación, ubicada sobre la ruta 5, se recibían unos 30 mil litros diarios, los cuales eran repartidos, en su gran mayoría, por José Caliba y Luis Junco.

 

Kerosenero.

 

"Arranqué en 1967, cuando me compré una Ford para hacer el reparto... llegué a tener nueve camiones y dos surtidores en la avenida Luro", contó Junco a este medio. La popular y próspera empresa que comenzó siendo un joven veinteañero habría de ser la responsable del calefaccionamiento de miles de viviendas de Santa Rosa, cuyos habitantes concurrían regularmente con sus recipientes a la esquina de su cuadra, al escuchar la característica bocina que el proveedor hacía sonar.

 

"¡Vendíamos bien, hasta 30 mil litros por día, y llegué a tener nueve empleados! En ese entonces una familia necesitaba cinco litros por día y ya había calefactor, además de las estufitas que consumían un poco menos, pero también había gente que tenía el tanque de 200 litros en el patio", relató el ex vendedor de 73 años.

 

Multiusos.

 

"Ya en los últimos años -prosiguió- le vendía a gente de campo, de La Pampa y de la provincia de Buenos Aires. También a estancias de Catriló o de Maza, pero se terminó cuando a Gadea (el propietario de la YPF 606) no le entregaron más". De igual manera, parece que aun sobreviven algunas reminicencias del kerosene para el uso doméstico, ya que según dijo, "en algún pueblo conseguís: me dijeron que en Macachín y (Colonia) Barón todavía hay".

 

Respecto al uso que se le daba a este combustible, Junco explicó que "no solo se utilizaba para los hogares: en los talleres mecánicos lo mejor que se usaba para limpiar las piezas era el kerosene. Ahora usan nafta, pero es muy peligrosa. También me compraban de las tintorerías, para la caldera, y de las panaderías, porque antes del gas usaban kerosene para hacer el pan".

 

Luego de cincuenta años en ese negocio, en 2018 cerró definitivamente y ahora se dedica a otras actividades.

 

Historia.

 

Si bien hay constancia de que en la Antigua China se utilizaba el petróleo desde el año 1.500 antes de Cristo, los primeros registros que se tienen sobre el proceso de destilado de esa sustancia en kerosene datan del siglo IX de nuestra era, y se encuentran en el "Libro de los Secretos", atribuido al persa Abu Bakr Muhammad ibn Zakariyya, conocido como al-Razi.

 

El persa describió en su libro varios métodos de producción del kerosene, denominado en ese entonces como "nafta blanca" (naft abyad en árabe). Uno de ellos se realizaba a través de un sistema denominado "alambique", utilizado para destilar líquidos mediante un proceso de evaporación por calentamiento y posterior condensación por enfriamiento. Además de la fabricación de kerosene, esta invención también permitió producir perfumes, medicinas y extraer el alcohol procedente de frutas fermentadas.

 

"Es un combustible caro".

 

Otra persona vinculada con este tema es Miguel Ripa, actual presidente de la Cámara de Expendedores de Combustibles de La Pampa, quien explicó que, en parte, la desaparición del kerosene se debió a que es un combustible muy caro para el uso que se le daba. "En general se utilizaba para la calefacción, para cocinar y para hacer funcionar algunos artefactos del hogar, como calentadores Brandmetal y algunas heladeras, y también mucho en el campo. Pero fue el gas, primero en garrafa y después con instalación, el que lo reemplazó... en el campo, por ejemplo, ahora se lo cambió por el gasoil común", expresó.

 

Ripa aseguró que el kerosene era de mejor calidad que el gasoil. "El gasoil normal tiene mucha parafina, y con el frío se congela, por eso en el campo, en invierno, lo mezclaban con kerosene para no congelarse".

 

Asimismo, aseguró que pese a que las petroleras "no están abasteciendo kerosene", se sigue fabricando para los aviones. "Se trata de un producto que se destila (en niveles de grados centígrados) entre la nafta y el gasoil, y tiene componentes idénticos al combustible de aviación: es el mismo, pero este último es incoloro, porque no tiene el aditivo y el colorante del kerosene de consumo doméstico", ilustró Ripa.

 

El olor del kerosene.

 

El kerosene es un líquido oleoso (que tiene la textura del aceite) de incoloro a amarillento y de olor muy fuerte, y durante la época de su mayor apogeo, era normal sentir su fuerte olor en todas las viviendas donde se usaba, que en el caso de Santa Rosa eran la gran mayoría. Según contó Luis Junco, es un combustible que "no explota", y pese a que él estuvo en contacto con ese líquido inflamable durante más de 50 años de su vida, aseguró que "nunca tuvo un accidente".

 

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