Martes 02 de septiembre 2025

El veneno de las abejas para el alivio

Redacción 12/06/2023 - 08.41.hs

La apiterapia es una forma de medicina alternativa que usa principalmente la apitoxina, o veneno de las abejas, para tratar distintas dolencias que presentan inflamación y dolor, aunque también emplea otros productos creados por estos insectos como la propia miel, la jalea real, el polen, la cera y el propóleo.

 

La apiterapia es una terapia alternativa basada en elementos provenientes de las colmenas de las abejas para prevenir y curar diversas enfermedades. Se utilizan elementos como: miel, jalea real, pan de abeja, cera, propóleos, veneno de abeja, larvas de zángano, abejas enteras, aire de la colmena o el polen.

 

Sin embargo no faltan los que tienen dudas de ese tratamiento, e incluso temen por consecuencias no deseadas. Lo cierto es que -hay que decirlo- la práctica no está avalada por ningún estudio científico serio, pero igual se lleva adelante.

 

Abinhail Báez es una joven apiterapista que desde hace algunos años comenzó a utilizar esa práctica, y sostiene que es beneficiosa para diversas dolencias, como enfermedades musculares y de las articulaciones, enfermedades autoinmunes y las depresoras del sistema inmunológico. "Mi mamá, Carolina Dallo, que fue la que inició en mi familia ese tratamiento, empezó a utilizar la apiterapia porque tenía una tendinitis en un codo que no la dejaba vivir. Después su vida se normalizó, se le fueron los dolores y pudo desempeñarse normalmente; y por eso hace unos 15 años se empezó a interesar en desarrollar la apiterapia. Con mi hermana Georgina también nos interesamos y comenzamos a estudiar sobre el tema hace unos 5 años, y tanto mi madre en General Pico, como yo en Santa Rosa, estamos atendiendo mucha gente que se acerca para tratarse con este método", desarrolló.

 

Las tres son apiterapeutas, y Abinhail explica que "dependiendo de cada paciente es el tratamiento que se le recomienda".

 

Práctica milenaria.

 

"En Medio Oriente ya había indicios de ese tratamiento; y se dice que la mismísima Cleopatra lo utilizaba. Es una práctica milenaria", argumentó y dijo que "antes la medicina se basaba en lo natural". Cuando se le preguntó si una persona alérgica puede tener problemas con la picadura de una abeja, manifestó que "el que es alérgico ya sabe; y a nosotros en cinco años no hubo gente que no supiera".

 

¿Cómo se trabaja? Abinhail dice que "se trabaja con abejas vivas", y que hay otras situaciones en que se aplican inyecciones con apitoxina genérico, "pero no es lo mismo. Nosotros tenemos colmenas en una quinta alejada de la ciudad, y con eso podemos levar adelante esta práctica".

 

Después puntualizó de qué manera se trata al paciente: "Lo primero es preguntar si tiene otra sintomatología, qué medicamentos toma, qué otras dolencias tiene, si es hipertenso, si tiene diabetes, si come bien... Al momento de la aplicación se coloca hielo en el lugar con el frio como anestésico; y después de un tapercito con una pincita se toma a la abeja de las alitas y se la apoya donde va a picar".

 

Como dato curioso la joven sostuvo que "no es como se cree que la abeja muere después de picar al paciente. La práctica nos ha dado la posibilidad que no muera en el momento, sino que en este caso suelta el aguijón y se recupera. Por lo general os pacientes ya saben de qué se trata, y los resultados son buenos", afirmó.

 

Consideró que no es "una terapia alternativa, sino complementaria... porque completa otro tratamiento que puede estar llevando adelante un kinesiólogo o u fisioterapeuta. Se trata de un proceso celular, y lo que hace es activar el sistema de la persona para que ella misma se mejore". De todos modos alertó que "no es que son cuatro sesiones y ya está, sino que demanda por lo menos un par de meses o un poco más para sentir que hay resultados. ¿Los beneficios dormir?,, producir más serotonina, más hepamina. oxigena la sangre y activa la circulación. También ayuda a que marque qué celulas están funcioando mal y que hay que activar".

 

“Todo controlado”.

 

Sobre posibles contraindicaciones, Báez señaló que "se trata de un proceso de adaptación a la apitoxina cuando se conoce con el organismo. Puede pasar que el sistema inmunológico pueda picar o molestar un poquito pero nada que no se pueda controlar".

 

Advirtió no obstante que no se usa el método con personas que tienen marcapasos o sufren epilepsia y tampoco en casos de embarazos. Con la cuestión de los marcapasos, "al ser neuromotora y el aparatito marcar el ritmo la acción vasodiladora de la picadura podría producir un shock cruzado. Igual nosotras estamos capacitadas para actuar en una situación de este tipo".

 

Explicó que antes de actuar se hace la reacción en los brazos o en las manos y en tres minutos sabemos si hay una persona alérgica y que tiene manifestaciones".

 

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