Luces que flotaban en el cielo ¿ovnis?

Hacía frío esa noche, y el cielo cargado de nubes presagiaba lluvia, pero los cazadores permanecían estoicos apostados esperando su presa en un campo próximo a Doblas. De pronto los tres hombres que se encontraban en distintos puntos, cercanos a la aguada, comenzaron a ver el espectáculo más increíble que se pudieran haber imaginado alguna vez.

Esas tres personas –muchos años después- aún recuerdan aquel episodio del que fueron testigos como uno de los más increíbles que les ha tocado observar en sus vidas. El recuerdo surgió nuevamente por estos días de una charla con el coiffeur Daniel Canitrot, quien evocó el momento que vivió junto a sus dos amigos

Al principio se hicieron señas con el haz de sus linternas extrañados, mientras miraban a lo lejos –no tan lejos- una serie de luces como estacionadas a algunos kilómetros de distancia, precisamente donde se levantaba un bosque de caldenes. ¿Qué era aquello? “Parecían como camiones o autos con los faros encendidos… pero eran muchos, ocupaban un buen lugar del horizonte que estábamos mirando”, señaló Canitrot.

Por su parte Ramón Álvarez contó que cuando advirtió el fenómeno él “estaba a unos 300 metros, o un poco más“ ”de sus compañeros. “De pronto allá a lo lejos vi unas luces… rojas, amarillas, naranjas… parecía que cambiaban de color y que flotaban sobre los árboles del monte. Agarré los prismáticos y miré: empezó a aparecer como un aro enorme formado por redondeles que formaban un círculo… era como cuando alguien fuma y se hacen volutas de humo, pero allá en el horizonte se veían enormes”.

Ramón, después del avistaje, empezó a hacer señas con su linterna y se acercó silbando –como alertándo a sus amigos: “No fuera que me pegaran un tiro…”, dijo con lógica.

Los otros dos eran Canitrot y Carlos Caldentey, todos de Santa Rosa. El primero narró: “A mí al principio me parecía que eran luces de camiones, o de autos muchos, unos al lado del otro… pero después como dice Ramón apareció ese redondel que no se qué era”.

En un momento cuando quisieron alejarse advirtieron que el auto no arrancaba. Después de un rato, cuando el espectáculo desapareció de repente el vehículo empezó a funcionar.

Otros testigos.

No fueron los únicos que aquel 28 de septiembre de 1998 observaron aquello. Jorge Quiroga manejaba esa noche un minibus de la empresa Don Pascual, que transportaba pasajeros de Santa Isabel a Santa Rosa. Circulaba por la ruta provincial 10 a la altura de Victorica cuando avistó la misma escena y alertó a la base provincial de Emergencias. Le respondieron que estaban viendo lo mismo y que no había posibilidad alguna que fuera un avión u otro tipo de nave conocida.

Hubo más reportes esa vez más o menos a la misma hora. Unos 20 pobladores de Telén, La Pastoril y Algarrobo del Aguila testimoniaron haber visto lo mismo.

Creer o no creer.

Se sabe que están los que creen a pié juntillas sobre la existencia de naves extraterrestres, pero también hay incrédulos, los que dicen que hay que ver para creer. Los tres amigos observaron algo extraño aquella noche, y aún hoy no saben de qué se trataba, pero después de tantos años piensan que sí, que estuvieron ante un encuentro cercano de primer tipo. Esto es cuando alguien observa un Ovni, pero no queda ninguna evidencia. “Lo único que conservamos es el recuerdo que no vamos a olvidar jamás… porque lamentablemente en esa época todavía no había celulares y la posibilidad de tomar imágenes”, se lamentan por estas horas los cazadores.

Gran escenario.

Nuestra provincia ha sido escenario de múltiples encuentros de tercer tipo en el avistaje de ovnis, pero también de encuentros “muy” cercanos como el recordado caso de Julio Platner que conmocionó al país (relató haber sido abducido el 9 de agosto de 1983, 12 kilómetros al norte de Winifreda).

Pero además se conocieron otros episodios de presencias extrañas en el cielo, “uno de los mayores misterios de nuestro planeta”, según lo expresa nada menos que la NASA.

Ahora denominados como FANI (Fenómenos Anómalos No Identificados), esta clase de sucesos son muy atractivos para el común de la gente. En La Pampa se han mencionado casos de abducciones, de teletransportación, o presencia de esos “platillos” dejando incluso muestras en la tierra (el caso de la Estancia Villaverde es uno de los más apreciados).

Aquella noche del 28 de septiembre de 1998 quedará para siempre en la mente de quienes pudieron observar esa circunstancia tan especial.