“Esa vereda es un peligro”
“Esa vereda es un peligro”, advierte Víctor Mario Chamorro, mientras exhibe las huellas que una caída le dejó en el rostro. Ocurrió el miércoles 2 de octubre, a la mañana, cuando salió “caminando hacia el centro por la vereda frente al edificio La Rotonda, sobre la calle Padre Buodo 526, casi esquina Bolívar” y tropezó con las baldosas que las raíces de los árboles han despegado del suelo, formando un peligroso desnivel.
Víctor tiene 79 años y sufrió una fuerte lesión en la cabeza. Un transeúnte solidario lo ayudó a reincorporarse: “alguien que pasaba observó la caída y me ayudó. Tuve que quedarme un par de días en cama porque el golpe fue tremendo y todavía me cuesta andar y me zumban los oídos”, añadió.
Víctor no sabe de otras personas que hayan padecido incidentes similares en esa vereda. Para prevenir que se reiteren situaciones como la suya formuló una exposición en la Seccional Primera y solicitó al consorcio del edificio que se ocupe de reponer las baldosas. “La responsabilidad es del consorcio, pero hace muchos años que está rota y nunca la reparan. Ya me presenté en la oficina, les informé que me di un terrible golpe y les pedí que la arreglen”, agregó.
Las veredas de la ciudad no son una problemática novedosa. Muchos vecinos suelen quejarse del estado que presentan y del peligro que presentan, especialmente para las personas mayores. Aunque se las considera espacio de utilidad pública, la responsabilidad de su mantenimiento recae en los frentistas o en las empresas que las afecten al realizar obras de instalación o mantenimiento de servicios públicos. Sin embargo, los municipios pueden intervenir cuando el deterioro es causado por raíces de árboles.
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