“La UIA ya no sabe cómo hacer”
“Se necesitan dos reformas laborales: una para las pymes y otra para grandes empresas y extranjeras. La de las pymes va primero: no queremos bajar sueldos ni quitar derechos a empleados”, aclaró BilanskI.
“Los dueños abandonaron la idea de país, de hacer una Argentina grande y el propio Martín Rapallini, presidente de la UIA, reconoce que están claudicando en esa disputa”, afirmó Leo Bilanski, quien hasta hace unos meses fue presidente de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC).
En diálogo con Radio Noticias (FM 99.5), recordó que “desde el último trimestre del año 2023, hace exactamente dos años, todos los trimestres viene cayendo el uso de capacidad industrial y la UIA ya no sabe cómo hacer un oficialismo crítico”. La entidad productiva, “no sabe cómo maquillarse para ser parte del gobierno y defender a los industriales que teóricamente representa. A una semana de su encuentro anual anda diciendo ‘vamos a tener que apagar las máquinas y convertirnos todos en importadores’”.
Bilanski recordó que la entidad industrial está “preparando la agenda alrededor de esa cita”, a pesar de que el año pasado “Javier Milei les dijo ‘ladrones’ en la cara, y lo aplaudieron”. Les dijo: ‘ustedes son unos ladrones que le roban los dólares al campo para producir cosas poco competitivas y de mala calidad. ¡Y lo aplaudieron!’”.
Por eso, “ya no saben cómo hacer oficialismo crítico e inventan estos discursos sin sentido común. Apagar todas las plantas significa que se van a rendir, pero yo no sé si todos los industriales piensan lo mismo que Martín Rapallini”.
“Grandes intereses”.
Consultado sobre la participación de las pymes en la conducción de UIA, respondió que la entidad está conformada por “empresarios que producen con materias primas de todo el país y aportan mayor valor agregado a la producción, desde un tornero hasta un minero”. Pero aclaró que para integrar la conducción de UIA “habitualmente toman a los generales de la industria, dueños de las firmas industriales más grandes del país y después los mezclan con empresarios pymes para maquillar y parecer entidades representativas”.
“Entonces, quienes miran la lista de la UIA, advierten que hay pequeños y medianos empresarios y suponen que la entidad es representativa”. Sin embargo, “cuando empezás a escarbar un poco entre sus intereses, descubrís que tres o cuatro trabajan para Paolo Rocca; otras cuatro o cinco son representantes de empresas extranjeras, y unos pocos están de relleno”. El resultado es que “van conformando listas de autoridades con nombres e instituciones que representan siempre los mismos intereses de grandes empresarios”.
- Es decir, estos empresarios no diseñan el proyecto sino que se adaptan al modelo impuesto por la política.
- Sí, pero se adaptan porque pueden. Se adapta Paolo Rocca, después de tantos años años de quedarse con empresas privatizadas de Argentina y juntarla cobrando el 0,30% más caro a los pequeños industriales. Durante décadas el Estado les dio plata para invertir y mejorar sus empresas, y así generaron espaldas que les permiten adaptarse”.
“Mientras crecen son parasitarios del Estado, cuando no lo necesitan ayudan a romper todo, y cuando todo está roto y vienen empresas extranjeras a comerse el mercado como ocurre hoy, vuelven a pedir regulaciones. Galperín entró a la UIA durante el gobierno de Macri y recibe un subsidio del Estado nacional, de 70 ó 100 millones de dólares porque teóricamente desarrolla conocimiento, lo cual es una gran mentira. Ahora se instala una competencia como Amazon, Temo, Shein, y corre a pedir regulaciones del Estado. Entonces, Galperín ahora quiere que vuelva Guillermo Moreno”.
Reforma laboral.
Consultado sobre los anuncios de reforma laboral Bilanski reconoce que “es necesaria la reforma laboral. Y voy a hacer más contundente aún: se necesitan dos reformas laborales en Argentina. Primero, una para las pymes y luego otra para las grandes empresas y las extranjeras. Es urgente hacer dos reformas laborales, porque Argentina necesita crear empleo y formalizar el trabajo en relación dependencia que hoy se degradó”.
Recordó que “venimos de décadas de subdesarrollo y la mitad de los trabajadores están en negro, de 12 millones la mitad está sin registrar. No hay un piso salarial digno y están en negro. Se perdió el salario digno y el salario mínimo vital y móvil se destruyó”, añadió.
Y concluyó que “debemos resignificar la relación laboral entre empleado y empleador. Hoy parece que somos enemigos cuando deberíamos ser aliados, porque somos socios de hecho. El principal empleador registrado de Argentina son las pymes, con el 65% de los trabajadores y estamos en todo el territorio nacional. Las pymes con menos de 10 trabajadores alcanzan al 85% de las empresas argentinas y sumando las que tienen menos de 100 llegamos el 98%. Entonces, no hay que mezclar la reforma laboral que piden Rocca, Galperín y Rappi con la que necesitamos nosotros. La nuestra no pretende bajar sueldos ni quitar derechos a los trabajadores, que en muchos casos son familiares y amigos. Y nuestra reforma va primero porque somos el sujeto más importante. Después la de los grandes empresarios, pero vayan a preguntarles a ellos si piensan en no bajar sueldos ni quitar derechos”, concluyó.
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