La vinculación de Presti con Clara Anahí
Carlos Alberto Presti será el nuevo ministro de Defensa. Es la primera vez desde la recuperación de la democracia que ese lugar será conducido por un militar. Su padre Roque Carlos Presti estuvo acusado por delitos de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado, entre ellos de la desaparición de Clara Anahí Mariani, nieta de “Chicha” Mariani y del pampeano, Daniel Enrique Mariani.
"Durante la dictadura genocida Roque Carlos Presti estuvo al frente del Regimiento de Infantería 7 en La Plata, a cargo la represión en el área 113. Bajo esa órbita funcionaron los Centros Clandestinos La Cacha, Pozo de Arana y la Comisaría 5ª, entre otros. Murió impune, acusado de secuestros, desapariciones y torturas a 44 víctimas de delitos de lesa humanidad”.
Entre los casos, está el ataque a la casa de Teruggi- Mariani, tras el cual sigue desaparecida Clara Anahí Mariani-Teruggi, quien tenía 3 meses de edad cuando cometieron el operativo represivo del que Presti está acusado de haber sido parte, según confirmaron desde H.I.J.O.S Capital. Y completaron: "Cada vez más familiares de genocidas integran el gobierno de Milei y Villarruel. Aunque lo nieguen, son 30 mil, el silencio es un pacto con la impunidad".
Ataque y apropiación.
El 24 de noviembre de 1976, alrededor de las 13:15, la vivienda de la familia Mariani fue rodeada y atacada por las fuerzas de la dictadura cívico-militar en un operativo que duró cerca de cuatro horas. En ese momento se encontraban allí Diana Teruggi, su hija Clara Anahí y cuatro compañeros de militancia de sus padres: Daniel Mendiburu Eliçabe (de 25 años, estudiante de Arquitectura), Roberto César Porfidio (de 31 años, Licenciado en Letras), Juan Carlos Peiris (de 28 años, antenista) y Alberto Oscar Bossio (34 años, médico).
Todos los adultos fueron asesinados. La pequeña beba de tres meses fue sustraída con vida por personal de las fuerzas armadas y el pacto de silencio entre los militares sobre su destino aún no fue quebrantado. Daniel Mariani (de 29 años, Licenciado en Economía) logró salvarse porque en ese momento no se encontraba en su domicilio, pero el 1 de agosto de 1977 fue asesinado por las fuerzas de seguridad en inmediaciones de 132 y 35.
Paredes.
Luego del ataque la casa permaneció con custodia policial cerca de un año. Después de ello, fue invadida y saqueada por intrusos en varias oportunidades. También se instalaron allí distintas agrupaciones políticas. Recién en 1998 la Asociación Anahí logró que devolvieran el inmueble. Del hecho, terriblemente violento, persisten aún en las paredes las marcas de los impactos de bala de todos los calibres, lo que la constituye en un elocuente testimonio del accionar del Terrorismo de Estado.
Desde entonces las familias intentaron mantener la casa tal como quedó. En principio se realizaron tareas precarias de mantenimiento y luego de una cuidadosa restauración que terminó en 2011, la Casa Mariani-Teruggi se convirtió en un sitio de memoria. Chicha Mariani, incansable fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, murió en 2018 sin haber podido reencontrarse con su nieta.
Sin cuestionamientos.
El flamante ministro de Defensa del gobierno libertario jamás cuestionó las atrocidades ejecutadas por las Fuerzas Armadas. Mucho menos el rol protagónico de su padre en ese entramado de terror. Por el contrario, aún sabiendo desde adentro toda la verdad, continuó con decisión su carrera militar hasta alcanzar el grado máximo de jefe de la fuerza, en enero del año pasado.
“En las fuerzas militares los oficiales subalternos no pueden emitir juicio de valor, porque responden a una cadena de mando, pero cuando llegan a los altos mando sí pueden. Presti nunca emitió una declaración de repudio a su padre, cuando ahora sí puede hacerlo”, decía el año pasado Erika Lederer a La Izquierda Diario. Ella es hija de Ricardo Lederer, otro genocida que murió impune.
Escalada.
“Como hijos de genocidas no somos responsables de los crímenes de nuestros padres, pero entendemos que el silencio de su hijo estaría en la etapa de negación y ocultamiento, lo que también forma parte de lo que es un genocidio”, afirmaba Lederer cuando Presti fue puesto al frente del Ejército.
Hoy, ante la novedad de que el hijo del genocida será ministro de Defensa, agrega que se trata de “un intento o insinuación de reconstruir el viejo partido militar” y que su designación es “un elemento que refuerza la escalada de los rasgos bonapartistas del Gobierno”.
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