“Nos transformará en una república bananera”
“Todo este proceso está dado por una construcción de odio”, afirmó el abogado e investigador Mario Luis Gambacorta. El también escritor llegó a Santa Rosa invitado por la CGT Regional para brindar charlas, donde cuestiona el modelo económico del presidente Javier Milei y propone una industrialización con justicia social.
Anoche, en el Salón Azul de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas, Gambacorta presentó el libro “Para una industrialización con justicia social” del Grupo Ofensiva Nacional Democrática y del cual participó como coordinador. Previo a ello dialogó con LA ARENA y explicó que el ejemplar “surge de la preocupación de un grupo de referentes sindicales, políticos, académicos” y forma parte de un proyecto alternativo a la actual situación.
“Nosotros creemos que en este momento hay un modelo de país vinculado fundamentalmente con la primarización, el extractivismo y la financiarización, y consideramos que la forma de desarrollar a nuestro país es promoviendo la industrialización porque genera trabajo. Y hablamos de la industrialización con justicia social, en vista de crecer y distribuir, distribuir y crecer. Buscamos una mejora de la calidad de vida de nuestro pueblo”, destacó el abogado.
Señaló que también preocupa la soberanía. “Cuando hablamos de desindustrialización y de extranjerización de muchos sectores industriales, en el sector público, en el sector privado, hay una pérdida de soberanía”, manifestó y sostuvo que en un mundo en crisis “será cada vez más fuerte la necesidad de tener industrias propias”.
Justicia social.
Gambacorta opinó que Milei no promueve la industrialización con justicia social porque “no cree en eso” y agregó: “Milei ha dejado en claro, con una terminología brutal, que la industria es el cáncer del sector rural. Es un error porque nuestro país necesita de todo. No cree en la justicia social porque él proviene de lo que se denomina la escuela austríaca estadounidense, donde tienen una visión economicista. La economía es muy importante, pero el economicismo es cuando uno simplifica todo, entonces mira algunas variables económicas -que tampoco le están yendo tan bien- y desatiende totalmente lo social”.
En ese marco sostuvo que “la realidad cambiaria ha servido para disfrazar otras cuestiones, aunque estamos viendo el cierre de 13.000 pymes, pérdida de 200.000 puestos de trabajo y un proceso de deterioro que afecta a la soberanía de la Argentina”.
- El sector industrial acompañó a este gobierno, pero hoy es duramente golpeado, ¿cómo analizás esa relación?
- Yo creo que aunque muchos reniegan de la ideología, a veces pecan de ideologismo, porque se sostienen postulados teóricos por rechazo a los movimientos nacionales y populares. El problema es que cuando uno no defiende los propios intereses puede ser funcional a los intereses de otros y yo creo que mucha gente que le iba muy bien, ha acompañado y ha levantado un proyecto por el rechazo a todo lo que sea popular, aunque ahora corren el riesgo de que se los termine devorando este proceso. Nosotros creemos en la idea de comunidad y el diálogo que tiene que haber entre los actores sociales, que el Estado ni tiene que estar en todo ni tiene que no estar en nada, el Estado es el que ordena la relación de los actores. Hoy estamos más cerca de la ley de la selva.
- ¿Cuánto tiempo puede aguantar el proyecto de Milei con una mirada economicista lejos de lo social?
- Se aguanta mientras haya gente que siga acompañando y sosteniendo un proyecto. Para mí es un modelo de país que nos va a terminar transformando en una república bananera en el peor sentido del concepto. No es la primera vez que tenemos este modelo económico en Argentina, que se sostiene mientras sigan ingresando dólares. Por lo que estamos viendo, grandes grupos financieros han empezado a encender luces y están retirando sus posiciones de Argentina. ¿Este es el verdadero tipo de cambio? Yo creo que todo este proceso está dado por una construcción de odio, pero también por algunas asignaturas pendientes de lo que denominamos los sectores nacionales y populares.
- ¿Cuáles son esas asignaturas pendientes?
- Creo que hubo un modelo de país más virtuoso, pero sí se desatendieron algunas cuestiones históricas del movimiento nacional y popular, con respecto a la calidad de vida de los trabajadores. Fue un deterioro que ha dado lugar a muchos fenómenos de deslaboralización, de pérdida de derechos laborales, pérdida de conceptos remunerativos que impacta directamente en el sistema de la seguridad social. Para una reconstrucción del proyecto nacional, nosotros hablamos de tres centralidades: sindical, industrial y de trabajo dependiente y tutelado. Rescatamos el trabajo dependiente con derechos, porque muchas veces el trabajo autónomo, el emprendedurismo, han servido de excusa para precarizar.
Hoy el abogado e investigador ofrecerá la charla “El mundo del trabajo y la deslaborización” en la sede de la CGT (Yrigoyen 265).
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