Raúl Martín será arzobispo de la arquidiócesis de Paraná
El obispo diocesano de La Pampa, Raúl Martín, ha sido designado arzobispo metropolitano de la arquidiócesis de Paraná, de tal manera que la administración de la curia pampeana quedará vacante por algunos días hasta que asuma su nuevo titular.
El Papa León XIV aceptó la renuncia de monseñor Juan Alberto Puiggari al gobierno pastoral de la arquidiócesis de Paraná, y nombró arzobispo metropolitano de la misma circunscripción eclesiástica al monseñor Raúl Martín, de 67 años, hasta ahora, obispo de Santa Rosa.
La información fue dada a conocer en forma simultánea, como es de práctica, en Roma y en Buenos Aires. Aquí lo hizo ayer a través de AICA el nuncio apostólico, monseñor Miroslaw Adamczyk.
Monseñor Raúl Martín.
El actual obispo de La Pampa nació en Buenos Aires el 9 de octubre de 1957. Fue ordenado sacerdote el 17 de noviembre de 1990 en el estadio Luna Park de Buenos Aires por el entonces cardenal Antonio Quarracino, arzobispo de Buenos Aires.
El 1 de marzo de 2006 se lo designó obispo titular de Troina y auxiliar de Buenos Aires por parte de Benedicto XVI y consagrado obispo el 20 de mayo de 2006 en la catedral de Buenos Aires por el cardenal Jorge Mario Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires (coconsagrantes: monseñor Guillermo Rodríguez-Melgarejo, obispo de San Martín, y monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú).
El 24 de septiembre de 2013, el papa Francisco lo nombró obispo de Santa Rosa; tomó posesión e inició su ministerio pastoral como el sexto obispo de Santa Rosa el 30 de noviembre de 2013.
Un aprendizaje.
Ante la información que se conoció ayer, Martín sostuvo: “Me sorprendió esta designación porque uno imagina que donde va, como en este caso Santa Rosa, se queda para siempre. Porque llevo aquí 11 años y medio y lo cierto es que cuando llegué esta sociedad no me pareció tan distinta a lo que conocía, siendo porteño y habiendo estado siempre en Buenos Aires. Pero uno llega y rápidamente se mete en el andar del pueblo, y para eso ayuda mucho la manera sencilla de la gente y la tarea que uno va desarrollando. Uno va aprendiendo… es un camino de aprendizaje, para uno y también para los demás que te tienen que, de alguna manera, tener como pastor, como guía. Es decir, un aprendizaje para las dos partes, y ahora toca comenzar de vuelta”.
Admitió el obispo que “cuesta cuando toca partir, si bien (en Paraná) será el mismo pueblo de Dios, con corazones y rostros distintos, pero se hará fecundidad también”, sostuvo Martín.
Un proceso.
Y siguió el obispo: “¿Sorpresa? Tal vez un poco porque hace 15 días me avisó el nuncio apostólico que el Papa León me había nombrado como arzobispo de Paraná. Me sorprendió porque era muy rápido el tiempo desde que el Papa había asumido; pero es verdad que esto viene de la mano también de un proceso que lo habrá dejado ya planteado en su momento el Papa Francisco”.
El hoy Papa León XIV “era el prefecto del dicasterio para los obispos, así que ya había pasado por sus manos toda la documentación y los pedidos concretos. Cuando me llamó el nuncio me dijo ‘bueno, es un nombramiento de dos Papas. La continuidad de uno y otro, digamos…”.
El mismo mensaje.
Preguntado qué puede cambiar del Papa Francisco a León XIV dijo que no conocía tanto del nuevo Sumo Pontífice, pero que consideraba que no demasiado: “Si yo tengo que escribir ‘Dios es bueno’, y otra persona escribe también ‘Dios es bueno’ es el mismo mensaje con la letra de cada uno. Pero me parece que hay una continuidad muy grande por lo poco que conozco del Papa León”.
Santa Rosa, sede vacante.
El 27 de junio Raúl Martín viajará a Roma, y se espera que para finales de julio se haga cargo del Arzobispado de Paraná. Desde ese momento la diócesis de Santa Rosa se declarará vacante; y en el ínterin hasta que se designe nuevo obispo se elige un administrador diocesano que puede ser el obispo auxiliar –hoy Luis Martín-, pero también puede ser un sacerdote cualquiera que tenga más de 35 años. Eso hasta tanto se nombre un obispo definitivo.
Raúl Martín dejó un mensaje final para los fieles de La Pampa: “Que sepan que los he querido mucho y me cuesta arrancar, pero me iré con la certeza que Dios nunca abandona a su pueblo, y siempre provee aquellos pastores que en el momento va necesitando. Dios los bendiga a todos”, concluyó.
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