Lunes 22 de abril 2024

Sin dejar de trabajar, los médicos celebran su día

Redacción 03/12/2021 - 00.27.hs

Se cumplen hoy 188 años del nacimiento de Carlos Juan Finlay Barrés (1833-1915), médico cubano que detectó el rol del mosquito aedes aegypti como vector de la fiebre amarilla. Cuando postuló su innovadora teoría, en 1881, los negacionistas se burlaron de él y sus detractores lo bautizaron "el hombre mosquito", porque no hallaba forma de demostrarla. Sin embargo, en 1900, un trabajo realizado por la Junta de la Fiebre Amarilla del coronel Walter Reed demostró que Finlay tenía razón.

 

En 1953, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) proclamó el 3 de diciembre como Día Panamericano del Médico y tres años después esa conmemoración fue adoptada por los profesionales argentinos, que hasta entonces celebraban su día el 22 de junio.

 

Por eso, hoy celebramos el Día del Médico, "la profesión más linda del mundo", según Marina Gonzalo (45) una pampeana nacida en General Pico que actualmente se desempeña en el Centro Sanitario de Santa Rosa. "Amo esta profesión. Siempre me gustó la medicina, siempre quise ser médica, ayudar a los demás, solucionar problemas", comenta desde el consultorio donde trabaja de lunes a viernes.

 

Por los pueblos.

 

Marina se graduó en 2002, en la Universidad de Córdoba, como Generalista. "Y después hice trabajo comunitario y ejercí en muchos pueblos". De esa experiencia rescata especialmente "el cariño por Mauricio Mayer, donde trabajé dos años y medio, tiempo suficiente para el pueblo se instalara para siempre en mi corazón". Hija de un despensero y una ama de casa, luego de graduarse vino a Santa Rosa y comenzó a viajar por localidades que demandaban un profesional. "Ayudaba a mis colegas de los alrededores: cubrí al doctor Chunflín en Villa Mirasol, a Rodríguez en Colonia Barón, a Huebra en Winifreda, a la doctora Juan en La Maruja".

 

Por entonces "era la más joven y no tenía problemas en ir a cualquier lado. Trabajé 13 años en Winifreda, viajando tres veces por semana y también hice guardias en la asistencia pública y en Emepa. Y cuando quise ejercer en el sistema privado, Amusim me abrió las puertas y me ofreció un espacio donde sumé experiencia que aportó muchísimo para mi formación. Estaré eternamente agradecida por las oportunidades que me otorgaron en esta provincia y la ayuda de colegas que me acompañaron y enseñaron tantas cosas", reitera.

 

Aunque asentada desde hace algunos años en el establecimnienrto de Coronel Gil, todavía sigue "sintiendo la adrenalina" en espectáculos y reuniones masivas a las que asiste como médica de Ambulancias Martín. "En recitales, domadas o carreras de rally y kárting, siempre hay algo que hacer" comenta. Y cuenta que "una vez debía tocar una banda en la laguna Don Tomás, y el cantante se descompuso porque había comido de más. Lo medicamos en la ambulancia y finalmente pudo cantar". En otra ocasión "durante una domada en un campo cerca de Winifreda se infartó un vecino del barrio Los Hornos. Lo cargamos y vinimos practicándole RCP por la ruta nacional 35 hasta el hospital. Y logramos salvarle la vida" recuerda.

 

Grandes protagonistas.

 

Durante los últimos dos años, médicos y auxiliares del sistema de salud resultaron grandes protagonistas de la lucha contra el coronavirus. "La situación provocó un mayor acercamiento de los médicos al sistema público, que resulta otro después de esta pandemia porque el gobierno aportó todo lo que necesitábamos y realizó inversiones importantes".

 

"La verdad, esta pandemia sirvió para unirnos. Si algo positivo dejó el virus, fue la unidad que generó a partir del miedo y la incertidumbre, porque los sectores público y privado trabajamos juntos, aprendiendo mutuamente y ayudándonos junto al resto del personal: la unidad del conjunto de la salud es lo mejor que nos dejó el Covid", concluye.

 

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