Viernes 11 de julio 2025

Walter Cazenave presenta "Once aguas" en la Feria Internacional del Libro

Redaccion Avances 02/05/2025 - 18.04.hs

“La epopeya del agua” está presente en la tradicional feria porteña, a través de relatos que rescatan la arriesgada y esforzada tarea de los antiguos poceros. Hasta ahora, es la única obra que mereció una segunda edición en la editorial Voces.

 

“El pozo de agua más profundo de La pampa, y probablemente del país, está en Rancul: tiene 180 metros de profundidad”, afirma Wálter Cazenave, al rescatar como “anécdotas de nuestra epopeya del agua” las proezas realizadas por antiguos poceros durante el proceso de población territorial. “Desarrollaban su trabajo a puro pico y pala, y hasta dinamita si era necesario, con los riesgos que ello implica”, recordó.

 

El historiador y escritor es uno de los autores que este fin de semana representa a La Pampa en la Feria Internacional del Libro. Este viernes por la tarde, en el stand 3117 del Pabellón Ocre, destinado al Ente Cultural Patagonia, el escritor santarroseño presenta la segunda edición de “Once Aguas”, un volumen con dieciocho relatos, tres poemas y prólogo de Dora Batisttón producido por Editorial Voces.

 

Intensa agenda.

 

La edición 49 de la Feria del Libro comenzó el 24 de abril, se extenderá hasta el 12 de mayo y este fin de semana La Pampa será uno de los protagonistas. Hoy a las 15 horas, la Editorial de la UNLPam presentó seis nuevas obras académicas y un rato después la escritora Ana María Zorzi compartió su poemario “Ríos Libres”, con versos de Ariel Hugo Vázquez.

 

Posteriormente tuvo lugar la conferencia “Trama institucional de la cultura: una mirada desde La Pampa”, encabezada por el ministro de Gobierno y Asuntos Municipales, Pascual Fernández y el secretario de Cultura, Pablo Lucero Alvarez, Junto a referentes de editoriales y asociaciones, entre ellas EdUNLPam, Editorial Voces, la APE y autores independientes, reflexionaron sobre el trabajo articulado entre el Estado provincial, editoriales, asociaciones y creadores individuales para implementar políticas con raíz territorial y fortalecer la identidad cultural pampeana.

 

Mañana, desde las 15, Marisel Seltzer presentará “Conociendo La Pampa a través de sus cuentos”, y a las 17 se conocerá la cuarta antología de Autoras & Autores Independientes de La Pampa “Senderos de Pluma y Pincel”, junto a las obras individuales “Flores en el alma” de Griselda Alvarez, “Vidas experimentales” de Diana Maxenti y “Haikus amanecidos a la intemperie” de María Rosa Barabaschi.

 

A las 19, Diego Dal Santo presentará “Maradona en La Pampa” y a las 20 se abrirá el espacio para la Asociación Pampeana de Escritores (APE), que ofrecerá una charla sobre “Literatura pampeana, una larga historia”, a cargo de Natividad Ponce, y “Olga Orozco, La Pampa al trasluz”, de Ana Silvia Galán.

 

Y el domingo Nidia Tineo convocará a los más pequeños con sus libros “¿Lobo estás?”, “Los guantes de arquero” y “Pétalos de sol”, desde las 16.

 

Con pala, pelota y espejo.

 

A diez años de aquella primera edición y en diálogo con Radio Noticias (FM 99.5), Cazenave explicó que el libro hilvana “una serie de historias reales recopiladas durante mis andanzas por la provincia, escuchadas de los propios poceros o por relatos”, de las cuales “algunas son estremecedoras”. ¿Cómo podían hacer un pozo de 180 metros usando solo una pala? “Me lo pregunté más de una vez, tenían que maniobrar dentro de una excavación de apenas 1,20 metros de diámetro”. Aquellos trabajadores descendían sostenidos por un arnés, mediante una suerte de hamaca colgada de roldanas o un juego de poleas, e iban sacando la tierra en pelotas de cuero”.

 

A una profundidad de cien metros, los ojos humanos que observan desde la superficie “ven el diámetro del agujero reducido a unos pocos centímetros”. Allí abajo, en completa oscuridad, los hombres trabajaban “iluminados por la luz del sol reflejada en un espejo, porque las lámparas consumían oxígeno y podían resultar un elemento peligroso”. Cazenave tuvo “la suerte de entrevistar a uno de aquellos poceros mientras aún vivía, y él narró con toda sencillez cómo se jugaban la vida” para garantizar ese elemento esencial para la existencia. Por eso, “hay que andar por los desiertos para apreciar, entender y sentir el agua”, concluyó.

 

La primera reedición.
“Es la primera reedición de Voces. Hasta ahora es el único título que hemos vuelto a editar y es precisamente porque tuvo una muy buena acogida cuando se publicó, fue muy demandado y se agotó al poco tiempo”, dijo Alberto Di Fracisco. El director de la editorial cooperativa intervino en la entrevista y contó que generalmente realizan “tiradas de mil ejemplares, unos 650 se distribuyen entre los suscriptores y el resto se comercializa y utiliza para regalos institucionales”.

 

“Once Aguas” fue impreso en 2015 “y en un plazo muy breve se agotó. Hace unos años lo charlamos y en 2019 se imprimieron 500 ejemplares nuevos, en los cuales Wálter incluyó un relato más”.

 

De todos modos, no es el único título agotado y habrá otras segundas ediciones en el futuro. Di Francisco recordó que el catálogo completo de Voces consta de unos 70 títulos y está disponible en la web. “Hasta hace dos años, la editorial publicaba libros y obras musicales, pero el avance tecnológico provocó que los discos compactos dejaran de producirse”.

 

“Valía la pena reeditar esta obra, que aborda un tema tan caro para los pampeanos. Además, para la CPE resultó un acontecimiento gratificante poder revalorizar la obra de un escritor como Wálter, un gran referente de las letras pampeanas”.

 

“El Eternauta tuvo enorme difusión”.

 

Casi 70 años después de su edición impresa, la rutilante aparición en Netflix le otorgó un renovado reconocimiento a “El Eternauta”. Aunque todavía no vio la serie, Cazenave se reconoció como ávido lector de aquella historieta, que aparecía por capítulos en revistas de la época. “Héctor Oesterheld era un guionista excepcional y tras su lanzamiento, en 1957, El Eternauta alcanzó una enorme difusión, porque venía precedida de otras historietas que escribía Oesterheld y dibujaba Hugo Pratt”.

 

Aquella fue “la época de gloria para la historieta argentina, que estaba considerada entre las mejores del mundo”. Los autores de El Eternauta “participaban en Frontera y Hora Cero, dos revistas muy leídas en tiempos cuando todavía no había televisión”. Allí, en 1953, Osterheld y Pratt comenzaron a publicar “Sargento Kirk”, y posteriormente lanzaron “El Eternauta”, imaginaba como un cuento corto en capítulos pero que terminó extendiéndose por dos años. En posteriores apariciones dibujaron Solano López y Alberto Breccia.

 

“La leí desde que apareció. Era una historieta íntegramente argentina y muchos sostienen que es una alegoría de las dictaduras así como Sargento Kirk sería una alegoría de la Conquista del Desierto, cuyos autores prefirieron ubicar en el oeste norteamericano” por precaución.

 

Aunque algunos pretenden considerarla extinta, “la historieta está resurgiendo”. Según Wálter, “al igual que otras expresiones culturales, la historieta era un elemento cultural muy importante en Argentina y tuvo que superar muchos años de ostracismo, miedo y peligro”, advirtió Wálter. Justamente, la desaparición de Oesterheld y su familia durante la última dictadura cívico militar resulta un caso emblemático del terrorismo de estado. “No eran tiempos para andar jugando, porque una historieta podía ser certificado de muerte o desaparición”.

 

 

 

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