Lunes 11 de agosto 2025

El nivel de alcohol en sangre para manejar debe ser cero

Redacción 13/04/2012 - 04.15.hs
"La Ley 24.788 es inmunda, es como decirle a un chico que está aprendiendo a manejar que cuando vea el amarillo en el semáforo, acelere. El nivel de alcohol en sangre para quien maneja debe ser cero, no puede haber tolerancia". Enfático y convencido de que es imperioso un cambio en la legislación, el médico especialista en adicciones Germán Fernández estuvo en Santa Rosa y habló sobre uno de los problemas que más muertes genera en el país: el alcoholismo.
El profesional es jefe de Guardias del Servicio de Emergentología del hospital Juan A. Fernández de Buenos Aires. Invitado por la Fundación OSDE y la Subsecretaría de Salud Mental y de Abordaje a las Adicciones de la provincia, brindó la charla "Enfermedades de alto impacto social: el alcoholismo" en la sala del Cine Don Bosco.
"Hay que cambiar la ley, ¿saben por qué se nos permite 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre? Porque es la misma ley que tienen los españoles, y nuestros legisladores la copiaron de allí, porque no tenían que traducir otro idioma. Entonces hay que ponerse a trabajar en serio y legislar como corresponde porque estamos frente a un problema gravísimo frente al que nadie hace absolutamente nada", destacó Fernández.
Según la ley vigente, el máximo nivel de alcoholemia permitido es de 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Esta relación puede ser provocada por una jarra de cerveza, o bien dos vasos de vino o por un vaso de whisky, de acuerdo a la conformación física del conductor.
El especialista describió el periodo de absorción de alcohol se extiende por 90 minutos, por lo tanto durante ese periodo la persona que realiza la ingesta va variando en su estado de ánimo, capacidad de concentración, de postura, de habla y diversos sentidos que influyen directamente, y de manera negativa, en quien maneja un vehículo.
El auditorio estuvo compuesto por adolescentes de distintos colegios de la ciudad. Los alumnos fueron acompañados por docentes y personal de los establecimientos educativos pero prácticamente no hubo padres.
En ese sentido, Fernández apuntó que, especialmente frente a los jóvenes, son los padres quienes tienen la mayor responsabilidad, más allá de los controles y leyes que deben disponer el Estado y otras instituciones.
"Recuerdo un día viernes, cuando estaba en la guardia del hospital, y traen a una chica de 15 años en coma alcohólico, completamente pasada de alcohol. Al rato viene el padre y con muy mala cara, muy enojado, me encara y me dice 'la policía no controla nada'. Y resulta que la hija se desmayó en la puerta del boliche, ni siquiera llegó a entrar porque lo que llaman la previa la había hecho en su propia casa junto a otros amigos. Pero es mucho más fácil acusar al sistema o al de afuera que admitir que salió borracha de su casa", indicó.

Alto consumo.
Fernández habló sobre varios conceptos que había anticipado un día antes por Radio Noticias, pero en la charla los amplió y detalló ayudado por un proyector de diapositivas. El uso de fotografías, números y datos captaron la atención de los adolescentes.
"Argentina es el país con mayor consumo de alcohol de América. Es una adicción socialmente permitida y aceptada, tanto que existen restricciones para los menores de 18 años pero igual se les vende libremente, y no hay conciencia de los serios perjuicios sociales que el consumo excesivo tiene. Hay que estar presentes, no prohibir o censurar, pero sí acompañar y preocuparse", indicó el médico.
Fernández también insistió sobre la idea social que asocia "alcohol con diversión", y cómo es un factor de presión para los adolescentes, porque beber entre todos "significa pertenecer al grupo". El papel de los medios y la mecánica publicitaria que utilizan las empresas de bebidas fueron otros de los puntos abordados, siempre en relación al enfoque "alegre y festivalero" que nunca muestra el costado negativo y trágico del exceso y la adicción.

 


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