Miércoles 31 de mayo 2023

«Un proyecto colonialista»

Redaccion 16/05/2021 - 21.06.hs

El sábado se cumplieron 73 años de «La Nakba» (la catástrofe), término utilizado por los palestinos para recordar el inicio de la ocupación de su territorio por parte del movimiento sionista, un día después de que Ben Gurion proclamara, en 1948, la independencia del Estado de Israel. «Lo que vive mi pueblo hoy, es lo mismo que vivió ayer, anteayer, y lo mismo que vivirá mañana. Aquella vez anexaron el 78% de Palestina y en 1967 (Guerra de los Seis Días) completaron la ocupación del 22% restante», recuerda Husni Abdel Wahed, embajador palestino en nuestro país.
Esa última porción de territorio palestino ocupado incluye a la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental, anexados junto a la península del Sinaí y los Altos del Golan (Siria).
«Bajo la ocupación, la vida de los palestinos transcurre entre limpieza étnica, represión, asesinatos, confiscaciones, expropiación de bienes, profanación de lugares santos, privaciones de libertad y judaización del territorio, entre otras medidas».
Este año, el aniversario revive el recuerdo de la ocupación, con una escalada de hostilidades bélicas que incluye lanzamiento de cohetes hacia Israel y una lluvia de bombardeos, aéreos y con artillería, hacia Gaza y Cisjordania, con unas 200 víctimas fatales, entre ellas 55 niños. En diálogo con Radio Noticias, el diplomático palestino explicó que la «limpieza étnica que comenzó en 1948 con la expulsión de entre 750 y 800 mil ciudadanos palestinos, continúa hoy bajo diversas formas».

 

Pueblo de refugiados.
Wahed tiene «más de 60 años» y nació en un campo de refugiados. «Mi familia fue expulsada de su hogar y tuvo que buscar asilo en otro sitio. Actualmente hay millones de palestinos que viven en condición de refugiados y la limpieza étnica en Cisjordania continúa con la expropiación de tierras para construir asentamientos que en realidad son grandes conglomerados de colonias. En Jerusalén oriental no pasa un día sin que expulsen a una familia palestina para regalar sus propiedades a un colono judío. Precisamente, uno de los detonantes de esta escalada fue un episodio en un barrio de Jerusalén, cuando familias de muchas generaciones fueron desalojadas de sus hogares bajo el falso argumento de que eran propiedades judías».
A una feroz represión contra quienes resistían los desalojos se sumó la agresión a fieles musulmanes que rezaban en la mezquita Al-Aqsa, tercer sitio más sagrado del Islam. «Hubo una serie de acontecimientos que hicieron explotar la situación: no es la primera ni segunda vez, ni será la última mientras se mantenga la ocupación» alertó el diplomático.

 

El mito del fundamentalismo.
Frente a la actual escalada de violencia, muchas agencias y medios internacionales informan que comenzó con el lanzamiento de cohetes hacia Israel desde grupos fundamentalistas, como Hamas y Al Yihad. «Ciertos sectores asocian el fundamentalismo con el pueblo musulmán y olvidan las Cruzadas. ¿Acaso la Sagrada Inquisición no es fundamentalismo? ¿Y el nazismo no es fundamentalismo? El fundamentalismo no es invento de Oriente, sino de Occidente y resulta un error atribuirlo a una religión en particular. Como en todo pueblo, en Palestina no existe una homogeneidad de pensamiento y hay diversas corrientes políticas, religiosas, culturales y de opinión. Hay ciudadanos liberales y también de izquierda, como en cualquier país», advierte Husni.
Actualmente, las Naciones Unidas siguen considerando a Gaza, Cisjordania y Jerusalén Oriental como territorios ocupados. «En la ciudad de Jerusalén, Israel endureció su política de limpieza étnica, tratando de desplazar la población palestina y regalar su tierra a colonos, borrando todo vestigio de otras culturas y religiones. Pero hasta la Casa Blanca acaba de ratificar que es territorio ocupado, derogando un decreto de Donald Trump que aprobaba su anexión a Israel: una medida sumamente grave, cuya intención era imponer una nueva doctrina en las relaciones internacionales al permitir y considerar legitima la anexión de territorios ajenos. Algo temerario, con la enorme cifra de conflictos territoriales que existen en el mundo», explicó.

 

Un proyecto colonial.
Frente a los imágenes terribles de la última semana, Wahed propone ver la película completa. «En 1799 Napoleón intenta ocupar Palestina, sufre su primera derrota e inmediatamente plantea la necesidad de crear una barrera entre el oriente salvaje y el occidente civilizado. Cien años después, en 1897 se funda el Movimiento Sionista bajo la influencia de Gran Bretaña y enfocado en crear un Estado Judío, con varias alternativas: la Patagonia, Uganda o Palestina. Israel fue pensado como un proyecto colonialista», advierte Wahed.
Mediante la Declaración de Balfour, en 1917, en plena Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña anuncia su apoyo al pueblo judío para establecer un «hogar nacional» en Palestina. «Por múltiples razones, finalmente eligieron Palestina. Pero Israel se puede definir como un proyecto colonialista cuya función es mantener a los pueblos de la región sometidos y explotar sus riquezas», reitera.
«El presidente Joe Biden, hace años confesó que es sionista y que su papá le enseñó que no era necesario ser judío para serlo. Y agregó que si no existiera Israel habría que crearlo, porque sin Israel sería un gasto inimaginable sostener tropas» en la región. «Israel fue una decisión de las grandes potencias y a Palestina simplemente le impidieron ser un Estado. En 1948 los inmigrantes judíos en Palestina no llegaban al 30% de la población ni poseían el 6% de las tierras, pero con apoyo militar, económico y político de los Aliados crearon el Estado de Israel. Y desde entonces los palestinos venimos luchando contra una ocupación criminal para lograr un Estado soberano», concluyó.

 


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