Una foto abre un río de dudas
La foto que se tomaron candidatos pampeanos con el ex gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, llenó de sorpresa a algunos y de indignación a otros comprovincianos. Es que mientras se juegan los votos para ser los «representantes de La Pampa en el Congreso», la cercanía y el abrazo con quien rechaza y niega derechos hídricos desde hace años genera un poco de ruido.
Para quienes no siguen esta historia al detalle, solo basta recordar que el actual presidente de la Unión Cívica Radical, Alfredo Cornejo, ocupó en la gestión anterior la gobernación de Mendoza. Desde ese lugar, no solo rechazó cada una de las demandas de La Pampa por sus derechos hídricos, sino que también impulsó proyectos para seguir afectando los cursos de agua de jurisdicción interprovincial. En un caso, obligó a llevar todos los reclamos hasta la Corte Suprema de Justicia, y luego desconoció lo dispuesto por el fallo judicial. Y en el otro, promovió sin descanso una pretendida «obra del siglo» a la que ahora le cuesta avanzar entre balances ambientales desfavorables y recursos económicos que no cierran la ecuación entre costos y beneficios.
Un polémico abrazo.
En ese marco, en plena campaña electoral, los postulantes pampeanos que ganaron la interna para postularse ser representantes del pueblo pampeano en el Congreso Nacional no tuvieron mejor idea que ir de gira a Buenos Aires para reunirse y sacarse fotos con los referentes nacionales de su nucleamiento político. Y entre todas esas fotos, con dirigentes que no han hecho nada -o casi nada- en sus gestiones anteriores por favorecer a La Pampa, la imagen que más molestó fue la del abrazo con Cornejo.
Podrán decir que se trata de una cuestión «institucional» y hasta «protocolar», pero la cuestión es que la imagen pretende mostrar que los candidatos pampeanos para el Parlamento cuentan con el apoyo de la estructura partidaria nacional. Y se supone que los asesores de imagen buscar transmitir de este modo que estos dirigentes estarán alineados detrás de una misma idea. En este caso, como ya lo explicitaron en la interna, no hay demasiada propuesta, más bien solo una, repetida una y mil veces: oponerse a los proyectos del partido gobernante. Y de este modo caen en una y mil contradicciones, porque en cada crítica que intentan terminan mal parados: si tocan el tema de la salud deben admitir que el anterior gobierno nacional eliminó un ministerio, si hablan de trabajo les recuerdan que destrozaron el empleo local, y lo mismo pasa con la educación, la economía, la deuda externa y sigue una larga lista.
Pero claro, la idea de mostrar esa «unidad partidaria» para simbolizar que en el Congreso habrá un bloque compacto que enfrentará a cada propuesta oficialista chocaría en este caso con un conflicto de intereses. Porque, además, bien se podría haber aprovechado el momento para comunicar que durante esa amigable reunión los dirigentes podrían haber acordado impulsar una nueva vía de diálogo.
Lógicos cuestionamientos.
Como nada de eso ocurrió, allí comenzaron a surgir los cuestionamientos. Primero fueron los representantes de las organizaciones defensoras de los recursos hídricos pampeanos y horas más tarde fue el turno de un diputado nacional que durante la gestión anterior, como funcionario de la provincia, debió enfrentarse a Cornejo en todas las demandas, tanto por el corte del río Atuel como por el proyecto de la represa de Portezuelo del Viento.
El mensaje del legislador en las redes no dejó lugar a dudas: «Mientras varios sectores políticos y sociales participan de la Marcha Global del Clima, los cuatro candidatos de Juntos por el Cambio La Pampa se abrazan al apropiador serial de ríos, incumplidor de fallos y violador del ambiente del oeste pampeano, Alfredo Cornejo».
¿Los «abrazadores seriales» privilegiarán la disciplina partidaria antes que la defensa de los derechos provinciales? Por ahora, nos dejaron una foto que, tratándose de Mendoza y del Atuel, abrió un río de dudas. Como siempre, el tiempo dirá quién tiene la razón.
DANIEL ESPOSITO
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