Vaivén y cambios de la clase media
SEÑOR DIRECTOR:
Se habla mucho acerca de la clase media, de varias maneras: laudatorias, denigrantes, críticas y en enfoques sociológicos, para presentarla como algo en camino de extinción o que ha sufrido y procesa cambios de importancia.
En la Argentina, desde la crisis y ahora en el marco de los conflictos que enfrenta al gobierno con algunos sectores, se escucha decir que la clase media ha desaparecido, bien porque -para el criterio conservador- ha sido aplastada por las políticas sociales de sesgo populista, bien porque -para un criterio de centroizquierda- el proceso del neoliberalismo aceleró la concentración de la riqueza y aumentó el volumen relativo de la clase baja o de la pobreza. Ahora, según esta caracterización, se trata de estar abajo o arriba (abajo es fácil, arriba cuesta porque también gravitan factores culturales; abajo caben todos, arriba, cada vez caben menos). Esta carta de extinción de la clase media parte de la idea, muy adherida al pensamiento mayoritario, de que la Argentina era un país regulado por una clase media gruesa, fuerte y muy estable.
En un reportaje a Osvaldo van Breden, escritor argentino (poeta, novelista, actualmente docente de letras en Formosa, fue premio Emecé 2007 con su Teoría del desamparo), la última pregunta del periodista fue ésta: ¿Cómo explicar que haya gente que se enoja si el Estado ayuda a un pobre desamparado, pero no pregunta de dónde saca la plata el vecino que es cada vez más rico? La respuesta de van Breden llega rápida y sin salvedades. Dice: "La clase media está hoy más preocupada por impugnar los planes sociales para desocupados y ancianos que en indagar cómo cierta gente se ha hecho tan rica de golpe en los últimos cuatro o cinco años. Nuestra clase media es rápida en aplaudir al "triunfador" y en condenar al desamparado". Lo que está implícito en pregunta y respuesta es la clase media que caracterizó a la Argentina de hace algunas décadas, cuya mirada de esperanza era hacia arriba, y la de impaciencia y temor, hacia abajo. No asume que haya crecido o decrecido, sin que esto permita suponer que los protagonistas del reportaje ignoran que ha habido cambios o que, reconociéndolos, dan por supuesto que el componente cultural del clasemedia argentino no ha variado sino que aún se ilusiona con permanecer y subir; y se estremece ante la posibilidad de perder pie y caer. Esto se vio patéticamente durante la crisis, en 2000, 2001 y hasta 2002.
Lo que discuten en el mundo es si la clase media subsiste o ha desaparecido en el proceso de globalización económica. En un libro muy comentado, de los italianos M. Gaggi y E. N. Narduzzi (El fin de la clase media. El nacimiento de una sociedad de bajo coste), se propone otro dibujo del actual estado de cosas. Este dibujo da por desaparecida a "aquella bendita clase media, pilar de la familia y de la Iglesia, de la Navidad y del televisor". Esta frase es del diario El País, de Madrid, al comentar el libro citado. Lo que muestran los itálicos es que ahora hay una plutocracia que no cesa de crecer en recursos y en discursos legitimadores de su riqueza, y un "gran magma social" en el que se diluyen las diferencias entre la clase media y la clase baja, al tiempo que en este nivel impera el consumismo de bajo coste. Gaggi y Narduzzi destacan el hipercrecimiento de las compañías "low cost": WalMart. McDonnald's, aerolíneas con oferta abaratada, etc. Otros estudiosos hablan de una clase media que desapareció para hacer lugar a una burguesía del conocimiento compuesta por técnicos con alta remuneración y por una clase de masa, consumidora poco exigente y despolitizada, casi sin ideología y alejada de los factores socializadores tales como la familia y el sistema educativo. La desarticulación de la familia y del sistema público de educación, visible en la Argentina y el mundo, no sería algo aislado o diferenciable, sino parte del mismo proceso.
Atentamente:
JOTAVE
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