Jueves 05 de junio 2025

Si hay batifondo, hay que mirar el fondo

Redacción 31/08/2010 - 05.07.hs

SEÑOR DIRECTOR:
El debate de estos días acerca de Papel Prensa podría ser llamado también batifondo.
Este argentinismo se usa como sinónimo de barullo; sin embargo, sugiere que lo removido puede dar sorpresas. El verbo batir tiene una acepción octava que justamente dice eso: mover y revolver alguna sustancia para que se condense o turbe, se licue o disuelva.
Cuando algún asunto es debatido con energía y hasta con pasión, a veces permite ver ese "fondo de las cosas" que hace patente o revela mucho más de lo que se trataba de poner en claro. O deja ver que el asunto estuvo mal planteado. O que no es oportuno o que hay allí una fuerza cuya magnitud obliga a replantear nuestra acción. Hay otras posibilidades, pero me estoy apartando del tema.
El debate ya ha permitido mirar el origen del problema, pues se trata de saber si el apoderamiento de las acciones mayoritarias de la fábrica de pasta y papel por parte de dos diarios metropolitanos fue un hecho legal o si fue posibilitado por la situación política de esos años, con un régimen militar y cuando al menos algunos de sus miembros, aprovecharon las circunstancias para apoderarse de bienes de todo tipo. Los juicios que se llevan realizados dejan saber que en los allanamientos hubo quienes se quedaron con objetos de la casa allanada y, en casos, con la vivienda de los allanados, secuestrados y desaparecidos. Hubo apoderamiento de inmuebles, muebles, campos y valores. El caso Papel Prensa puede haberse comenzado a configurar por un aprovechamiento de este tipo. Si uno ha conocido algo de la entraña oculta de la historia habrá podido ver cómo los sucesos resonantes (un gobierno militar, una guerra, una catástrofe) suelen dar la oportunidad para que haya quienes, aprovechando la turbiedad del momento, se hagan de bienes ajenos y funden fortunas y prestigios sociales y nombradías de familias o clanes que, con el tiempo y el poder que da la riqueza, van adquiriendo fachadas irreprochables. La canción de Gardel decía que hay un momento en que "el músculo duerme, la ambición descansa", pero si bien es hecho de fácil comprobación el dormir del cuerpo, cabe poner en duda que la ambición se tome descansos, salvo los momentos en que su innata astucia le hace aconsejable simular quietud o renuncia.
En libros, informes y formas diversas de canalizar sospechas y denuncias se habla, en nuestro país, de la suerte que corrieron las tierras del desierto (luego de las batidas contra el indio o cuando se trataba de ocupar un espacio cuyo vacío de presencia humana era tentación para otras naciones o personas). Sabemos, con mayor o menor certeza según los casos, cómo surgieron muchos de los grandes terratenientes y cómo, luego, esta riqueza fue fundamento de un poder político que forma parte de la dinámica de nuestro acontecer social, político y económico. Se ha podido saber bastante acerca de este proceso, que no es diferente a lo que se ha visto y se ve en todo el mundo. Lo que no se ha podido es desarmar toda la construcción levantada a partir del aprovechamiento ilegítimo del origen, en parte porque el tiempo y el trabajo también generan legitimidad. De haber, en Papel Prensa, un punto de partida delictivo, tal vez todavía sea tiempo para hacer alguna justicia, corregir consecuencias y fortalecer la fe en las instituciones. El antecedente de los juicios ordenados durante el gobierno de Alfonsín y las revelaciones que trajeron, debería alentar el intento. El saber duele, pero fortalece.
Lo que revela el batifondo no se agota en el aspecto mencionado hasta aquí. El otro gran tema es el de la comunicación, el grado de confiabilidad de la información que se inyecta a la población con muy diversas apariencias. Lo que ahora se agota es mi espacio. Puede que este batifondo nos ayude a saber dónde estamos parados en información y qué pastiche hemos estado consumiendo como buena comida para entender y juzgar.
Atentamente:
JOTAVE

 


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