Por si el acabóse es lo que se viene llegando
A comienzos de semana se pudo leer en La Jornada, México, lo que se anuncia como primer reportaje concedido por Fidel Castro luego de su reaparición plena en la vida pública. Sabido es que Fidel tuvo un grave contratiempo de salud, que lo obligó a dejar el poder en manos de Raúl.
En sus palabras, es un "resucitado". Cuenta que no daba un centavo por su vida y que, al observar el afanoso trabajo de los médicos, se preguntó si tenía sentido y si no sería mejor que lo dejaran partir. Los médicos insistieron y, por lo que va viendo, salieron adelante contra los fúnebres pronósticos que circularon en el exterior. Todo indica que fue una formidable batalla y, por consiguiente, una esforzada victoria de la medicina cubana.
Cuenta Fidel que lo sorprendió el mundo que apareció ante sus ojos, una vez que empezó a recuperar su capacidad de moverse, leer y volver a la computadora y a Internet. Un mundo loco, pero que no le hubiese gustado perderse de vivirlo. Con todo, tiene alguna preocupación porque ha tomado conciencia del enorme poder atómico que hay acumulado, con una capacidad de destrucción que no puede compararse con el momento de Hiroshima y Nagasaki. Lo que le preocupa es que podamos estar en riesgo de que ese poder sea movilizado.
Nada de 2012.
De hecho, Fidel piensa que si se saca las armas atómicas de sus depósitos y se comienza a usarlas, bueno... que no habría que esperar hasta 2012 para ver si se cumple el presunto anuncio de los mayas, cuyos sacerdotes y astrónomos estimaron que una catástrofe aniquilará al mundo humano en el año 2012.
La nueva fecha podría estar mucho más próxima. Quizás sería la del próximo jueves 9 de septiembre de 2010. ¿Por qué ese día? Pues, porque el jueves que viene vencerá el plazo que le han dado a Irán para que acepte el control internacional de sus avances nucleares. Fidel se mostró pesimista en cuanto a que el riesgo pueda ser conjurado porque Irán resuelva aceptar el control que se le exige. Los iraníes no lo harán, dijo, porque ni siquiera ven a la muerte como nosotros y hasta pueden aceptarla si es el precio para confirmarse en su religión y en lo que estiman su derecho soberano.
Fidel parece realmente preocupado, pues la misma advertencia aparece en las notas de prensa que ha estado escribiendo desde que regresó "de la muerte". Así lo dijo, al referirse al extremo a que llegó en su estado de salud y declararse "resucitado" por los médicos. Por cierto que ni siquiera insinuó que durante ese estado de enajenamiento del mundo y la vida, haya tenido algo así como una revelación. Su mente luce ordenada en sus escritos y declaraciones.
Límites mayas.
Los sabios mayas, que han sorprendido con el desarrollo que alcanzaron en sus conocimientos astronómicos, no pudieron imaginar siquiera la idea de que el fin del mundo terrenal quedase en manos de los hombres. En su tiempo, anterior a la llegada de los europeos, nada permitía presumir que el hombre desarrollaría la capacidad de destruir el planeta y aniquilarse junto con todas las formas de vida, tan laboriosamente generadas y establecidas. Los mayas se habrían limitado a relacionar los datos de sus observaciones y también habrían reflexionado acerca de la dura experiencia que estaban afrontando y que fue determinante de la súbita desaparición de su poder y su cultura. Ellos pensaban en fenómenos naturales y pueden haber tenido una idea de ciclos. En cambio, el hombre de su tiempo y de mucho tiempo después, podía ser sospechoso de tanta capacidad destructiva solamente por sus omisiones, no por sus acciones. Al dejar de cumplir los mandatos divinos, tal como los asumía la tradición y celaba su clase sacerdotal, su conducta desordenada podía generar la ira celeste. Pero aquellos sabios (los mayas) no estaban pensando en el pecado ni en la soberbia ni en la ambición ni en cualquiera de las pasiones y de las capacidades negativas de nuestra especie. Ellos entendían que el final abrupto de su propio pueblo era el efecto de fenómenos naturales indiferentes con respecto a las criaturas. Y es posible que no hayan pensado en un fin de todo lo humano, sino de sólo el sector por ellos conocido. Si bien se mira, los humanos tenemos asegurado un "fin del mundo" ineluctable, que debe llegar (y llega) a cada individuo. Individuo por individuo, sin saltos ni omisiones.
Lo que Fidel puede estar queriendo lograr podría ser que se piense que ahora estamos en manos de nosotros mismos y que, precisamente por eso, ahora estaríamos realmente en aprietos. Como especie y con todas las especies que hasta hoy han podido sobrevivir a la agresión de la naturaleza y a la insidia humana.
JOTAVE
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