Domingo 18 de mayo 2025

Repensar la ciudad porque algo cambió

Redacción 09/02/2011 - 01.38.hs

Señor Director:
Hace algunas semanas, al comentar problemas que se presentan con la creación de nuevas urbanizaciones, deslicé la idea de que está llegando el tiempo de repensar lo urbano.
Los columnistas entendemos que nuestra tarea tiene más de un aspecto. Lo más corriente consiste en espigar: "Tomar de uno o más escritos, rebuscando acá y allá, datos que a alguien le interesan". De lo que dicen y escriben quienes viven en la sociedad, recogemos lo que impresiona como novedoso y quizás relevante y lo presentamos libre de polvo y paja para que los mismos actores consideren si allí está la flecha que señala un camino.
Dado que me gustó la idea de "repensar", me puse a espigar y di con un escrito del sociólogo Horacio González, actual director de la Biblioteca Nacional, en el que dice, con referencia a Buenos Aires, que "hay que repensar la ciudad". Luego llama la atención acerca del conurbano, "un mundo laboral existencial volcado a un juego centro-periferia". Afirma que hay que refundar las ciudades del viejo conurbano, hacer que la educación realce las formas de vida suburbanas, ir hacia el sur, al oeste y el norte y hacia todo el cuadrante de las aguas y los vientos, con nuevas hipótesis habitacionales y socialización de las tecnologías del vivir intervinculante... Para este replanteo, agrega, se debe convocar a todo el arco de las profesiones y de gentes de la cultura y crear la convicción de que es posible otro hábitat, otro convivir en la ciudad de Buenos Aires. González piensa en la ciudad capital y su contorno, pero yo creo que lo que dice es aplicable a todas las formas dominantes de urbanización, para que la vida en la ciudad sea estimulante.
La voz repensar es un tanto forzada, pero quiere significar dos cosas principales: primero, que hay que poner en consideración lo nuevo que existe en el mundo y que se debe intentar construir nuevos cuadros de situación, nuevos conceptos fundadores, nueva materia prima para elaborar las ideas. Décadas atrás se hablaba con frecuencia de ideas-fuerza. Se supone que toda idea representa una energía, por lo que al expresar la "fuerza" parece quererse mencionar una idea que no se nutre sólo del pasado, sino de lo que se quiere generar, la novedad que hay que crear para escapar del cerco de lo tenido por verdad invariable y ahora a todas luces insuficiente. Repensar, pues, es una invitación a pensar de nuevo, con los mismos materiales de siempre, más lo que ha incorporado el proceso histórico, más la voluntad de salir del pantano.
Veamos qué hay de nuevo. En primer lugar observo: a) que la población ha aumentado exponencialmente y sigue en aumento; b) que el proceso de urbanización se ha acelerado también, al tiempo que se acentúa la despoblación rural; c) que aumenta inconteniblemente el número de vehículos automotores de uso particular y colectivo y todo indica que este incremento se acentuará. Estos tres puntos son lo más aparente o más visible, pero hay otros datos: la globalización, la movilidad de las poblaciones (migraciones) y el avance de las comunicaciones de todo orden. Una consecuencia de esto es que el individuo es cada vez más dependiente, menos autosuficiente. Está más condicionado, aunque se le halaga diciéndole que todo mejora la calidad de vida, como lo revelaría la mayor expectativa de vida y los efectos sociales de este fenómeno (mayor proporción de personas de alta edad, achatamiento de la pirámide). Y hay un tercer orden de cambios, que resulta del efecto de la vigencia más efectiva de los derechos humanos. La sociedad moderna creaba su equilibrio a partir de conculcar tales derechos a porciones considerables de la población. Ahora, por caso, se "descubre" el trabajo rural semiesclavo, que es novedad sólo porque existe una nueva conciencia de esos derechos. Si han de regir para todos, entonces no sólo hay que repensar las ciudades, sino la sociedad entera.
Atentamente:
Jotavé

 


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