Lunes 30 de junio 2025

Ida y retorno de viaje harto breve

Redacción 12/04/2011 - 04.47.hs

Señor Director:
El vicepresidente Julio Cobos acaba de anunciar que se retira o se baja de su condición de precandidato a la presidencia.
En apariencia, cierra así un ciclo de menos de cuatro años de duración, que discurre entre su bajada del gobierno de Mendoza sin posibilidad de reelección inmediata, su aceptación para acompañar la fórmula del Frente para la Victoria, su expulsión de la UCR, su voto "no positivo" (contra el gobierno FpV del que formaba parte), su inmediato auspicio por el poder mediático como un presidenciable por la oposición y la rápida bajada de ese pedestal, que comenzó a hacerse visible a fines de 2009. Cierto es que nadie puede predecir los sucesos próximos, salvo reconocer tendencias que son señales circunstanciales.
Al conocer este anuncio de Cobos venía de actualizar lecturas de Maquiavelo, a quien suelo recurrir cada vez que me parece que el condimento idealista puede haber avanzado mucho entre la materia de la que emergen mis juicios. Cuando desarrolla su idea de la "virtu", el florentino la despega de la cuestión moral, para que exprese el código de la vida pública. Virtu incluye una combinación de vigor, confianza, imaginación, sagacidad, audacia, destreza práctica, fuerza personal, determinación y disciplina. Cuando quiere decir algo a un Médicis le advierte que aunque uno llegue al poder por un golpe de fortuna o como consecuencia de acciones de fuerza y reprobables desde el punto de vista moral, debe esforzarse por ganar la confianza de los gobernados, pues ésta dará mejores garantías de permanencia a sí mismo y a lo que haya creado. Se sabe que Maquiavelo leía los acontecimientos de su tiempo (nació en l469 y murió en 1527) y que su vida discurrió mayormente en Florencia. Se ha dicho que su capacidad de leer el presente le permitió anticipar el futuro, aunque no se propusiera hacer predicciones. Dijo por ahí que puede existir un hombre capaz de aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables, en cuyo caso, si llega al poder debería ver que las aptitudes que lo llevaron hasta allí morirán con él, en tanto que si quiere que lo que construya perdure, deberá organizar la república y dotarla de instituciones aptas para canalizar dentro de ellas el conflicto que mora siempre en el seno de la comunidad. Esto supone advertir que la posición conquistada no es un punto de llegada ni sitio para un dormir laureado, sino una instalación para la atención cuidadosa del acontecer y la creación inmediata de un suelo más firme y estable, a fin de que lo que se quiere instaurar de modo duradero deje de depender tanto de lo ocasional. Cobos aparece como alguien que supo ver su oportunidad favorable (al margen de cualquier estimación moral), pero, al parecer, no pudo esquivar los momentos desfavorables. Digo esto con la salvedad anterior respecto de lo que puede acontecer: nada es hasta que es. Puede preverse que este hombre político haya entendido ahora que debía retornar a la posición anterior, a la espera de una nueva oportunidad favorable. Contra esa expectativa juega aquello de que "a la ocasión la pintan calva" (que no es dicho de Maquiavelo, pero no lo contradice).
Algunos columnistas dan por cerrado el ciclo de Cobos y la tendencia dominante avala ahora esa presunción. El momento del voto sobre retenciones mostró una llamativa declinación del gobierno, como si CFK fuese a tener graves dificultades para desempeñarse, a pesar de contar con mayoría parlamentaria inicial. La deserción de Cobos pudo figurar entre las posibles, no así las de todos los que saltaron el cerco para ir a una oposición que aparecía dueña del futuro inmediato. Las legislativas de 2009 confirmaron engañosamente esta presunción, pues el gobierno había corregido muchos de sus errores y había empezado a remontar. El año del Bicentenario confirmó esta tendencia y comenzó a desbaratar el endeble tejido opositor.
Atentamente:
JOTAVE

 


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