La aventura de tratar de estacionar
Han bastado apenas tres décadas para que Santa Rosa se trasformara de aquella ciudad provinciana, ordenada, limpia y relativamente tranquila, en un conglomerado urbano, no muy grande para la medida nacional pero sí con un tránsito que no parece tener una solución efectiva por las autoridades que rigen el municipio. Se suceden los casos de motociclistas sin casco y velocidades desmedidas -protagonistas de accidentes graves-, automovilistas que no respetan la semaforización -a su vez no plenamente ordenada- y circulan a velocidades indebidas, camiones que transitan, y se detienen, en horas y lugares no habilitados, peatones que exponen su integridad al cruzar las calles y, en los últimos tiempos, un estacionamiento caótico que merece ser analizado.
Desde que el municipio decidió ampliar el área céntrica de estacionamiento medido, coincidiendo con el auge de venta de automóviles nuevos y usados y sumado a la costumbre nacional de caminar lo menos posible, encontrar un sitio dónde estacionar, aun pagando, se ha convertido en un problema considerable. Ya no es extraña la actitud de algunos automovilistas suburbanos que marchan al centro convencidos de la conveniencia de detener sus vehículos cinco o seis cuadras antes y hacer sus gestiones caminando.
En este caótico panorama no pocos vecinos han optado por la irregularidad, apostando a la ineficacia del control municipal. Así se observan numerosos bloqueos al estacionamiento, en sitios habilitados, donde aparecen como por arte de magia y sin explicación o justificación alguna, conos de plástico, carteles de cierre sin autorización y hasta baldes rellenos de agua o arena que protegen algún espacio "reservado" vaya a saber para qué o quién. A ello se añade el cebreado impreciso. Deben sumar varios centenares de metros los sectores del cordón de la ciudad en el sector céntrico cuyas rayas ofrecen dudas al automovilista. En algunos casos es evidente que ya no tienen vigencia pero en otros no se sabe si todavía ejercen una reserva al estacionamiento. La solución no parece demasiado complicada -la de actualizar el padrón de particulares que piden esta medida-, sin embargo ya van varias administraciones municipales que la ignoran.
A esta falta de orden en materia vial se suma la curiosa habilitación comunal a algunos negocios relacionados con la salud que, sin llegar a la categoría de clínicas o sanatorios, señalan la prohibición de estacionar en su frente a quienes "no sean clientes" de la entidad. Se supone que los que esgrimen ese privilegio han sido autorizados pero se advierte también que si es aquella condición -cliente- la que habilita a estacionar, son muchísimos los lugares que podrían reclamar ese derecho, contribuyendo a crear un caos aún más profundo.
Lo evidente es que, al igual que en otros aspectos del tránsito vehicular, en el estacionamiento urbano se impone una rápida acción de ordenamiento, tanto en lo relativo a la reforma como a la educación de los conductores. En el embellecimiento de la ciudad, objetivo declarado del actual intendente durante la campaña electoral, también ocupa un lugar muy importante contar con reglas de tránsito que se cumplan.
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