Sabado 03 de mayo 2025

No tan anecdótico

Redacción 25/04/2016 - 04.14.hs

Un grupo de jueces de Chubut permaneció e incluso durmió en una cárcel como parte de las tareas desplegadas para crear un servicio penitenciario en esa provincia. Es extremadamente difícil -si no imposible- hallar en los anales de la historia penitenciaria un antecedente semejante, lo cual habla muy bien de la audacia de los magistrados.
En la información divulgada se menciona al hecho como un rasgo "anecdótico" en el marco general de los trabajos que se llevan a cabo con el objetivo ya mencionado. Sin embargo no es difícil discrepar con ese juicio apresurado. Vivimos en una sociedad fuertemente dividida en clases sociales y es bien sabido que la cárcel es un lugar de castigo que aloja, en proporciones abrumadoras, a una población de origen humilde. Los sectores adinerados por lo general encuentran atajos, valiéndose de su poder económico, para evitar la pena de encierro. Si hay una acusación fundada por investigadores y autoridades en materia penal al sistema judicial, es que éste reproduce en su funcionamiento y dictámenes esas profundas divisiones socioeconómicas; incluso desde la misma definición de las ilegalidades y las penalidades.
Por lo tanto si un grupo de jueces decide voluntariamente someterse a la experiencia directa de vivir en carne propia lo que viven los condenados por sus sentencias, no es para tomarlo tan a la ligera. Es una muestra de sensibilidad hacia el otro, y de que hay una voluntad expresa de encarar un trabajo con seriedad.
La prisión, como dispositivo de "reinserción" de los delincuentes, tiene históricos y calificados objetores. Esta experiencia insólita aparece entonces como un virtual ensayo de respuesta, asumiéndola desde la praxis antes que de las teorizaciones por parte de quienes ni remotamente conocen lo que es vivir, siquiera una horas, bajo las sórdidas condiciones que reinan en una cárcel.

 


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