Pago a cuenta de la deuda histórica
I - Tres esperados anuncios realizados por el gobierno nacional en la semana asoman en el horizonte pampeano como la concreción, finalmente y luego de tanta lucha y reclamo popular, de viejos sueños aletargados por la espera y la desesperanza. El más impactante fue, sin dudas, la revelación de un diputado provincial sobre la inminencia de la licitación por parte de Vialidad Nacional, luego de décadas de espera y reclamos oficiales y populares, del primer tramo de la autovía en la ruta 5. El tramo, precisó el legislador, será el que unirá, en una primera etapa, a la capital provincial con la localidad de Anguil.
II - El anuncio recoge, ciertamente, una de las obras más esperadas por buena parte de los pampeanos que recorren esa ruta con la aprensión de quien sabe que está transitando un escenario trágico con saldos anuales de decenas de muertos y un número elevado de heridos con secuelas graves. Es además, la posibilidad de ampliar a Anguil la imprescindible descompresión habitacional de Santa Rosa, ciudad que, como ya lo anticipó hace treinta años el desaparecido geógrafo de la Universidad Nacional de La Pampa, Fernando Aráoz, está encerrada en graves problemas producto de un crecimiento sin planificación, control, ni inversiones. Hasta ahora, eran pocos los que se animaban a fijar su residencia en localidades cercanas por los peligros que el necesario viaje laboral, escolar, comercial o de esparcimiento a que los obligaría vivir a treinta kilómetros de distancia, por los peligros de la ruta. Ahora, con la perspectiva de una ruta segura de doble vía, hacerlo significará escapar a la voracidad de los especuladores de terrenos en Santa Rosa que han fijado precios exhorbitantes a la par que dejar de contribuir al crecimiento de una ciudad que ha dejado de ser un lugar amigable en buena parte de su territorio. (No es casualidad que la ciudad que más creció en la última década haya sido, justamente, Toay, unida como está a Santa Rosa por una doble vía que da cierta rapidez y seguridad en el desplazamiento).
III - El anuncio de la reglamentación de la telefonía celular virtual realizado en la semana llega a la provincia cuando el movimiento cooperativo ya creía que la pretensión de los pampeanos de autoprestarse el servicio a través de su extendido y eficiente movimiento cooperativo iba a ser otra oportunidad perdida. A decir verdad, no es todo lo que el cooperativismo pampeano y argentino esperaba, pues su proyecto era ser un operador real y no solo virtual del servicio de telefonía celular. Pero es un primer paso y la ocupación real de un espacio de servicios que, si tiene las condiciones que se esperan, dará a las cooperativas, y sobre todo a las que ya prestan servicios de telefonía fija, internet y cable como las pampeanas, la oportunidad de utilizar sus redes como infraestructura de apoyo. La que está sin dudas a la cabeza es la CPE santarroseña cuyo presidente, como siempre y sin pelos en la lengua, ha dicho lo que miles de pampeanos sufren: el servicio que prestan las grandes empresas en La Pampa es malo y caro. Ahora, si realmente se cumple con lo que se ha anunciado, los pampeanos tendremos en breve la oportunidad de liberarnos en parte de monopolios esquilmadores que año tras año se llevan millones de dólares de la provincia. El flujo no se detendrá del todo pues, al ser virtual, el servicio se hará sobre buena parte de la infraestructura de estas empresas caras y malas prestadoras, pero en principio la negociación tarifaria será, sin dudas, más favorable a los usuarios al hacerse en representación de miles, y permitirá dar el primer paso para cooperativizar el servicio en La Pampa.
IV - Finalmente, el anuncio que trajeron desde Buenos Aires el gobernador de la provincia y el intendente santarroseño sobre el apoyo nacional al plan de emergencia sanitaria para la capital pampeana, a la par que alivió la tensión de los vecinos, descomprime la presión insoportable que para toda gestión municipal representaba lidiar con el colapso de la red cloacal. Apunta a frenar el aumento de las napas freáticas alimentadas por la propia y deteriorada red de agua potable y agravada por la inexistencia de un buen sistema de drenaje pluvial. El plan que se anuncia no es la solución definitiva, pero abre la puerta para comenzar a trabajar, homeopáticamente, sobre las causas de la crisis dejando para más adelante las obras de infraestructura. Esta intervención de emergencia, trabajará sobre la medición de caudales en la red, bajará el nivel de la laguna e intervendrá para hacer más eficiente el sistema de desagües. (LVS)
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