Miércoles 07 de mayo 2025

Los rostros del "poder real"

Redacción 30/05/2017 - 02.31.hs

¿Qué es el denominado "poder real", cómo se manifiesta, cuáles son sus rostros? Estas preguntas tienen sentido en la Argentina de nuestros días pues muchas personas, todavía, siguen creyendo que el poder político, el que emana del voto popular, es la máxima instancia de poder en el país. En el sistema capitalista en que estamos insertos eso está muy lejos de ser cierto. De ahí que se hable de poder real para referirse al que no necesita de elecciones ni de partidos políticos pues está por encima de esas "contingencias". El poder real, en Argentina y en todos los países del mundo salvo honrosas excepciones, tiene un sustento mucho más fuerte que el voto popular: el poder del dinero.
En nuestro país el poder real ejerció efectivamente el poder político durante los gobiernos militares -en verdad, cívico-militares- que se sucedieron a lo largo del siglo XX. Ahora, ya entrado el siglo XXI, volvió a lograrlo aunque esta vez mediante elecciones con la llegada del macrismo -verdadero partido empresarial conducido por los CEOs de las corporaciones económicas más poderosas- a la Casa Rosada.
Ahora bien, con relación a las otras preguntas: ¿cómo se manifiesta y cuáles son los rostros del poder real?, en estos días los argentinos tuvieron dos ejemplos esclarecedores. El primero fue un fallo de la Cámara Federal porteña, confirmando la sentencia del juez de primera instancia y sobreseyendo a los dueños de los diarios Clarín y La Nación con relación a la compra de Papel Prensa. Para el tribunal no existió vínculo alguno entre la adquisición de las acciones de la empresa -durante la última dictadura- y las amenazas, las extorsiones previas, la privación ilegal de la libertad y las torturas que sufrieron los integrantes de la familia Graiver que vendieron bajo esas condiciones aberrantes sus acciones en la firma. Recordemos un dato clave: el Estado nacional, que se había constituído como querellante en la causa, renunció cuando Cambiemos llegó al gobierno.
Otro dato que aporta luz: apenas asumido el macrismo, el Presidente de la Nación modificó, y por decreto, el articulado antimonopólico de la Ley de Medios Audiovisuales que obligaba al Grupo Clarín a adaptarse y ceder su posición oligopólica. Fue una de las primeras medidas que tomó el nuevo gobierno pensando en un destinatario muy preciso: la mayor corporación mediática del país, que había sido pilar fundamental en la campaña electoral del macrismo.
En las últimas horas se conoció otra medida que ayuda a comprender cómo funciona el poder real y su enorme capacidad de premiar y castigar selectivamente a sus amigos y enemigos. Uno de los jueces más obedientes a ese poder, Claudio Bonadío, procesó y embargó a Martín Sabbatella, ex titular de la Afsca, por haber intentado aplicar la Ley de Medios. Lo acusó de "abuso de autoridad" y de "hostigar" al Grupo Clarín, que se negaba a cumplir la ley y amoldarse a sus exigencias. Es decir, el juez está persiguiendo penalmente a Sabbatella por haber cumplido con su papel de funcionario público a la hora de hacer respetar una ley sancionada por el Congreso.
Esta forma de tomar represalias para castigar a los "díscolos" que osaron enfrentarse, con la ley en la mano, al súper grupo mediático, habla a las claras de la enorme capacidad de maniobra de quienes ejercen el poder real, el poder económico, el verdadero poder que no se plebiscita en las urnas ni tiene que someterse a mandatos periódicos.
En la década de los noventa tuvo lugar un episodio muy ilustrativo a la hora de mostrar las relaciones de subordinación del poder político al económico. Ocurrió en La Rioja cuando el CEO del Grupo Clarín se reunió con el entonces presidente Carlos Menem y lo trató despectivamente al señalarle que, en su opinión, el jefe del gobierno nacional ocupaba un "cargo menor". Más claro, imposible.

 

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