Domingo 29 de junio 2025

Por qué el macrismo no habla de economía

Redacción 31/07/2017 - 01.36.hs

Días atrás se conoció un estudio realizado por la Universidad Nacional de San Martín con el objetivo de analizar, con cifras oficiales, los resultados de las políticas del gobierno nacional. La investigación -que fue divulgada por la agencia APU- permitió saber que todos los indicadores sociales empeoraron desde 2015, último año de administración kirchnerista. Uno de esos índices como el desempleo, por ejemplo, alcanzó la tasa más alta en una década.
En nuestro país la desocupación promedio en todo el territorio nacional ascendió al 9,2% según el último dato del Indec, con lo que llegó a ser el peor indicador registrado desde 2007. En el Gran Buenos Aires -el área con la mayor población del país- la cifra superó los dos dígitos al ubicarse en el 11,8%. El estudio resalta que el 40% de los ocupados está por debajo o cerca de la línea de la pobreza, que también creció desde 2015.
En lo que va del 2017, el empleo registrado creció menos de un punto, lo cual se explica por "el crecimiento de las modalidades de contratación más precarias". Según el análisis, el "empleo se expandió tan sólo 0,11 puntos por cada punto de recuperación del PBI", con lo cual la economía puede crecer, moderadamente, pero esa situación impactar poco sobre los niveles de ocupación.
En ese contexto se resaltó lo que está ocurriendo con la industria, en crisis desde que el macrismo llegó a la Casa Rosada. La utilización de la capacidad instalada se encuentra en el 65%, cuatro puntos menos que en 2015. A pesar de las mejoras en algunos meses, en 2017 siguió la caída industrial que ya se verificó durante todo el 2016. En parte, esa realidad se explica por el crecimiento de las importaciones -14% interanual- que compiten con la producción local.
Además del empleo, el estudio se enfocó en el poder adquisitivo de los asalariados. "Los trabajadores perdieron más de un salario en los últimos 17 meses", describió la UNSAM, aunque el informe no analizó la situación de la economía informal, un sector todavía más golpeado. Así las cosas, se contrajo la participación de los asalariados en el total nacional de los ingresos, que se redujo del 51,6% en 2015 al 49,7% en 2016. La pérdida del poder adquisitivo de los salarios impactó negativamente sobre el consumo que registró una caída del 8,9% en los grandes centros de compra y del 1,7% en los supermercados.
En ese contexto sigue impactando fuerte la inflación, que acumuló un 11,8% en el primer semestre con una proyección anual que supera con comodidad el 24%, muy por encima del 17% establecido como meta por las autoridades económicas. En los rubros básicos, como los alimentos, el incremento ha sido mucho mayor y, según las consultoras privadas, en julio la suba superará el 2%.
Con datos oficiales en la mano el trabajo de la UNSAM mostró lo que las familias argentinas observan cuando deben afrontar sus gastos mensuales con salarios cada vez más deprimidos frente al alza de los precios. No hace falta demasiada perspicacia para advertir por qué la estrategia del macrismo en esta campaña electoral consiste en no hablar de la economía. Las operaciones y cortinas de humo de la prensa oficialista están al servicio de esa misión.

 

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