Domingo 20 de julio 2025

Diferencias y coincidencias

Redacción 12/12/2019 - 06.09.hs

Dos escenarios distintos planteó la sucesión gubernamental en la Provincia y en la Municipalidad de la capital pampeana. Continuidad con respecto a la primera, cambio en cuanto a la segunda.
En el Centro Cívico se sentó un hombre del riñón del vernismo, un sucesor ungido por el propio Carlos Verna, con lo cual no solo sigue teniendo el timón la misma fuerza política que viene gobernando La Pampa desde 1983 sino que, además, lo hace a través del mismo sector interno. En cambio en San Martín 50 el cambio no pudo ser más drástico al ceder Cambiemos las riendas de la comuna al peronismo en su versión más contestataria: en pocas palabras: del macrismo al kirchnerismo sin escalas intermedias.
Los discursos de ambos líderes marcaron muy claramente esa diferencia. Sergio Ziliotto no tuvo -no podía tener, desde luego- reproches a su antecesor, apuntó los cañones contra la discriminación que sufrió La Pampa por parte del gobierno de Mauricio Macri y concentró sus anuncios en las líneas de trabajo vinculadas al desarrollo y la producción; un sello del vernismo. Luciano Di Nápoli, en cambio, no ahorró críticas a su predecesor a quien responsabilizó por el estado calamitoso de la ciudad, por los problemas funcionales del municipio pero también por adherir pasivamente a las políticas nacionales que provocaron en la ciudad un gran daño social con miles de nuevos pobres, indigentes y desempleados.
Lo que genera expectativas ahora es cómo funcionará la sociedad entre Provincia y municipio en adelante. Hay indicios alentadores como las coincidencias en conformar un equipo con técnicos provenientes de ambos lados para hacer lo que tanto hace falta en Santa Rosa: iniciar de una buena vez las obras que deberán solucionar la emergencia en que se encuentran las redes cloacales, pluviales y de agua potable. El resonante fiasco del Plan Director prometido y nunca realizado por la dupla Altolaguirre-Macri debe ser subsanado con urgencia. Ya no queda tiempo para el lamento o la protesta, aunque ambos se justifiquen. Es hora de acción rápida porque son muchos los vecinos que vienen sufriendo desde hace demasiado tiempo un calvario. Si gobernador e intendente logran quebrar la inacción de tanto tiempo y avanzar con logros concretos en este terreno recibirán el agradecimiento de los sufridos santarroseños.
Hay otros frentes abiertos, sobre todo la pesada herencia social aunque en este caso se sabe que va a haber un fuerte apoyo de Nación pues el nuevo presidente se comprometió a abordar con urgencia este grave problema. También la generación de empleo es una asignatura pendiente que involucra a ambas partes luego de cuatro años de macrismo que no hizo otra cosa que multiplicar desocupados. Gobernador e intendente comparten la idea de implementar políticas activas para lograr este objetivo, aunque no a través de la vieja -y demagógica- receta de promover ingresos masivos en organismos públicos porque el Estado ya está saturado. La creación de fuentes de trabajo productivo y no burocrático será un desafío nada sencillo que pondrá a prueba la capacidad de gestión de ambos de aquí a cuatro años cuando, casi seguro, vuelvan a pedirle el voto a la ciudadanía.

 

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