Catástrofe ecológica

Recién en los últimos días las noticias permitieron tener una idea de la dimensión de la catástrofe ecológica que significó el descarrilamiento de un tren de mercancías químicas, ocurrido en los Estados Unidos, que implicó la caída de medio centenar de vagones. Varios de ellos trasportaban gases altamente contaminantes e inflamables, cuyo encendido generó una enorme nube tóxica. El desastre medioambiental fue de gran magnitud cualitativa y cuantitativa, porque no solamente se extendió sobre un área considerable, también contaminó aire, aguas y suelo, con la inevitable extensión hacia vegetales y animales. En lo que hace a las personas, provocó la evacuación de varios miles de residentes cercanos al descarrilamiento.

Semejante catástrofe, calificada en ciertos medios como un verdadero "Chernobil químico" (por analogía de importancia con el desastre en la central nuclear rusa) no trascendió demasiado a los medios informativos durante más de una semana, creando la sospecha de que hubo por parte del gobierno norteamericano intención de ocultarla o al menos disminuirla en sus posibles consecuencias. Una mirada retrospectiva a los días posteriores al suceso permite comprobar que sobreabundaron las noticias relativas a los misteriosos "globos espía" (que se atribuyeron a China) y que resurgieron las noticias sobre Ovnis en varios lugares, con fotos incluidas.

Si existió un ocultamiento manifiesto se comprende porque, al margen de peligro real que implicó, el accidente -bien puede considerárselo catástrofe- demuestra que ningún país que maneje elementos contaminantes en un nivel de cuidado está libre de accidentes. Además, la trascendencia en las redes sociales ha sido inmensa, máxime sl aparecer síntomas posteriores al hecho que, aunque se dicen previsibles, son inquietantes: olores, neuralgias, irritaciones y problemas respiratorios, aunque de baja intensidad, se han denunciado reiteradamente. Dicho sea: corren parejos con las posibles demandas contra la empresa ferroviaria transportadora y los reclamos por parte de los obreros ante al riesgo corrido. Paradójicamente, aunque el organismo federal de protección ambiental considera superado el peligro para los seres humanos, el gobernador del estado de Ohio, en una gafe notoria, recomendó "beber agua embotellada"

Sin embargo, hay un síntoma por encima de todo eso: según los ecologistas el daño a la naturaleza ha sido grande y sustentan esa afirmación con números basados en relevamientos y filmaciones: los peces muertos en las aguas contaminadas superan los cuatro mil. Hubo y sigue habiendo denuncias efectivas, con pruebas, de que el derrame y quema posterior son la causa de la muerte de aves domésticas y mamíferos. Además, si bien la incineración de los materiales disminuyó su riesgo, hay afirmaciones de biólogos acerca de que las esencias contaminantes quedan en las cenizas resultantes del fuego, y se depositan con ellas.

Una inquietante curiosidad, que ha sido destacada por la prensa estadounidense, la constituye el hecho de que un periodista que cubría una conferencia de prensa informativa sobre la catástrofe, fue detenido y esposado durante varias horas. ¿Habrá sido por alguna pregunta imprudente o por una cuestión de seguridad nacional?

FOTO: CNN.