Lunes 30 de junio 2025

Dentro de la mente de un billonario...

Redacción 31/10/2024 - 08.24.hs

La última de las ansiedades existenciales de este libertario subsidiado tiene que ver con un temor: que el decrecimiento poblacional comprometa el futuro de la humanidad, lo que lo ha llevado a pregonar a cuatro vientos la necesidad moral de que las personas procreen muchos hijos.

 

JOSE ALBARRACIN

 

Muchos argentinos ni habían escuchado hablar de Elon Musk cuando, en ocasión de su discurso inaugural, el 10 de diciembre del año pasado, el presidente argentino anunció -en un gesto inusual- que su gestión se encaminaría a favorecer el aterrizaje en nuestro mercado del servicio de Starlink, la compañía privada de internet satelital propiedad de este billonario sudafricano de 53 años de edad. En realidad, no es su única compañía, ni siquiera la más famosa: entre sus emprendimientos se encuentra Tesla, la principal fabricante de autos eléctricos del mundo, la plataforma de internet antes conocida como Twitter, y SpaceX, la compañía privada de exploración del espacio exterior que tiene entre sus modestos objetivos la colonización del planeta Marte.

 

Ideas.

 

Vale la pena pasar revista a las ideas que ha expresado Musk, uno de los creadores de Paypal -el modelo de Mercado Pago-, permanente contendiente al puesto de hombre más rico del mundo, y últimamente, ferviente donante e impulsor de la candidatura de Donald Trump, quien ha anticipado para él un puesto en el gabinete en caso de ganar.

 

Como muchos de los híper millonarios de esta era digital, el sudafricano cultiva una serie de ideas más o menos paranoicas que guían su comportamiento errático, y -se puede decir- por momentos bizarro. Inicialmente fue conocido como un ferviente ecologista, y su preocupación por la contaminación de los combustibles fósiles está detrás de la creación de Tesla, que se edificó en base a miles de millones de dólares en subsidios del Tesoro norteamericano.

 

Los comienzos de SpaceX -hoy, un poderoso contratista del gobierno de EEUU- están en su temor de que la contaminación vuelva inhabitable a nuestro planeta, y sea necesario trasladar a la especie humana, o al menos a algunos miembros muy selectos de la misma, a vivir en Marte.

 

Pero la última de las ansiedades existenciales de este libertario subsidiado tiene que ver con otro temor: el de que el decrecimiento poblacional comprometa el futuro de la humanidad, lo que lo ha llevado a pregonar a cuatro vientos la necesidad moral de que las personas -en especial, las que él considera brillantes- procreen muchos hijos.

 

Hijos.

 

En su caso, este pregón lo tiene como uno de sus ejemplos. Que se sepa, al presente es padre de unos once hijos, con tres madres distintas, la mayoría de los cuales provienen de partos múltiples producto de embarazos con técnicas de reproducción asistida. De hecho, ha mandado edificar en la ciudad de Austin, Texas, un enorme complejo de mansiones al estilo toscano, en el cual supuestamente vivirían sus tres ex mujeres y sus vástagos.

 

Esta idea de la procreación múltiple como un imperativo moral lo acerca notoriamente a líderes de la ultraderecha mundial. Con algunos matices: la italiana Giorgia Meloni también está preocupada por el decrecimiento poblacional de su país, pero se opone a los embarazos subrogados, especialmente los contratados en el exterior, que ha transformado en delito. En cuanto al presidente argentino, se sabe que no tiene hijos humanos, pero que al contrario, practica técnicas de procreación asistida cuando se trata de sus perros.

 

En EEUU, el más notorio impulsor de estas ideas es el candidato a vicepresidente republicano J.D. Vance, quien en su momento no tuvo mejor idea que criticar a la candidata republicana Kamala Harris por no tener hijos, llamándola "señora con gatos y sin hijos".

 

Familia.

 

Como no podía ser de otra manera, dada su personalidad, la "familia" que Musk se propone juntar en ese enorme "all inclusive" de Texas, bien podría calificarse como disfuncional. Empezando por su padre, el millonario sudafricano Erroll Musk, quien también tuvo varios hijos (siete, con tres mujeres distintas) dos de ellos con una hija de una ex pareja.

 

Los niños o no tanto han sido dotados de nombres francamente extravagantes. A sus primeros trillizos los nombró Saxon, Damian y Kai. A su siguiente hijo le puso X Æ A-Xii, aunque en confianza le dicen simplemente "X". A una hija posterior la nombró "Valkiria", acaso en homenaje al compositor proto-nazi Richard Wagner.

 

No es de extrañar que mantenga una relación distante con estos hijos, en particular, con Vivian -nacida varón, hizo la transición al sexo femenino- a quien, en una declaración pública, declaró "muerta" por el "virus progre".

 

En una biografía publicada en 2015, expresó su preocupación, en particular, de que la gente más educada eligiera no tener hijos. "No digo que sólo los inteligentes deberían tener hijos. Lo que digo es que también deberían tenerlos. Veo a muchas mujeres realmente brillantes que no tienen ningún hijo, o solamente uno, y me digo: wow! probablemente eso no esté bueno".

 

En realidad no se sabe con certeza cuántos hijos tiene Musk, ya que de un tiempo a esta parte ha decretado que su esperma es "open source" (algo así como "de acceso libre, sin copyright") y lo anduvo ofreciendo indistintamente en varios círculos de sus relaciones.

 

El último de estos ofrecimientos lo hizo públicamente, el mes pasado, cuando la cantante Taylor Swift, autoproclamándose "señora con gatos y sin hijos" se posicionó a favor de la candidatura de la demócrata Kamala Harris. En respuesta, Musk twiteó: "Muy bien Taylor.., vos ganás. Yo te daré un hijo y cuidaré a tus gatos con mi propia vida". Al parecer, comparte la obsesión del presidente argentino por las cantantes pop adolescentes.

 

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