Miércoles 07 de mayo 2025

Desmedido avance

Redacción 17/02/2025 - 00.16.hs

Después de haber destruido física y humanamente al país, la derecha internacional cae sobre Palestina en pos de sus intereses y, obviamente en la Franja de Gaza. A la cola de la indisoluble política israelita-estadounidense, el resto de Occidente -salvo honrosas excepciones- apenas si ensayó algunas protestas contra el evidente genocidio concretado por el Estado judío, manifestado en las horrorosas imágenes que mostrara la prensa internacional la cual -dicho sea- pagó un alto precio en vidas de reporteros que cubrieron y cubren todavía el conflicto.

 

La llegada al gobierno por Donald Trump impuso una suerte de paz obligada so pena -son sus palabras- de “desatar un infierno” sobre la torturada Gaza. Pero hubo más: con la desinhibición que lo caracterizan (las mismas que lo llevaron a redenominar al Golfo de México, reclamar Islandia y sugerir la anexión del Canadá) propuso con toda claridad la completa erradicación poblacional de Gaza por sus habitantes árabes, a reubicar en algún otro lugar del mundo. Entiéndase en toda su significación: semejante idea implica el traslado de millones de personas, con toda su cultura y tradición y, quizás, algunos bienes materiales a algún sitio del planeta conveniente a sus intereses. Si bien la historia universal reconoce algunas medidas similares, aunque en contextos totalmente distintos, los tiempos modernos no avalaban semejante concepción de una posguerra.

 

¿Es tanto y tan intenso el afán de los israelitas por ocupar la tierra que, según la Biblia, les fuera prometida por una instancia divina? La respuesta parece afirmativa, pero cuando se analiza el contexto surgen otros detalles que, más allá de lo espiritual, parecen enmarcarse en lo geopolítico y el trasfondo económico. Cada vez con mayor frecuencia aparece la idea de un canal alternativo al de Suez cuya traza pasaría por la Franja. La idea, vale la pena mencionarlo, se aparea con la hipócrita sugerencia de trasformar el lugar en una suerte de Costa Azul del Mediterráneo meridional. Trump ha dicho con todo desparpajo: “No tenemos que comprar. Vamos a tener Gaza, vamos a tomarla, vamos a mantenerla, vamos a apreciarla".

 

Este desmedido avance sobre los pueblos árabes tiene, sin embargo, oposiciones de peso. Egipto, país que otrora fuera líder de la República Árabe Unida y , a excepción de Israel, hoy es el principal aliado de los Estados Unidos, se opone a cualquier despoblamiento masivo como el propuesto por Donald Trump. Ese país árabe propone “una visión integral para la reconstrucción de la Franja de Gaza, de manera que garantice la supervivencia del pueblo palestino en su tierra y de manera compatible con los derechos legítimos y legales de este pueblo”. Por las dudas, también deja constancia que “aspira a cooperar con la administración del presidente Trump para el logro de una paz integral a través de una solución justa de la causa palestina que respete los derechos de los pueblos de la región".

 

La prepotencia norteamericana ha provocado indignación y rechazo en casi todo el mundo que se pregunta acerca de qué derecho asiste al país norteamericano para proponer –y reiterar- tamaña decisión. El rey de Jordania, uno de los posibles países recipiente según el plan, hizo una singular y humanitaria propuesta: "Creo que una de las cosas que podemos hacer de inmediato es llevar a 2.000 niños con cáncer que están en un estado muy grave, eso es posible". Trump alabó el gesto, pero dijo no conocerlo. Que se sepa, nada se ha dicho sobre el tema en Argentina.

 

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