EEUU, el gran terrorista global

Un reconocido periodista estadounidense acaba de revelar que fue Estados Unidos el autor del acto terrorista más impactante de los últimos tiempos: la voladura de los gasoductos Nord Stream 1 y 2, que se extienden desde Rusia hasta Alemania bajo las aguas del mar Báltico. En un extenso artículo que publicó en su blog personal y que ya está disponible en castellano, Seymour Hersh, ganador del premio Pulitzer y con antecedentes de haber trabajado para el New York Times, The New Yorker y la London Review of Books, detalla cómo fue que se organizó el atentado, los altos funcionarios de la Casa Blanca y de las agencias de seguridad que intervinieron y cómo se involucró a Noruega en el plan de acción.

Por supuesto que el gobierno de Joe Biden salió de inmediato a desmentir la publicación de Hersh, reiterando su ya muy conocida estrategia de mirar para otro lado cuando es señalado por las operaciones secretas que lleva a cabo en todo el mundo pasando por arriba de las fronteras internacionales como alambre caído. Lo mismo hizo cuando se descubrieron los crímenes de guerra y las torturas en Irak que dejaron al descubierto las filtraciones de los Wikileaks, o los informes sobre las tareas de espionaje que Washington realiza en todo el mundo, incluso contra países aliados. Siempre negó todo pero los dos responsables de aquellas impactantes revelaciones están siendo perseguidos con saña por los mastines del Tío Sam: uno de ellos, Julian Assange está preso en condiciones deplorables en Gran Bretaña y por ser deportado a EEUU en donde le espera de todo menos un juicio justo; el otro, Eduard Snowden, debió buscar refugio en Rusia para no ser encarcelado o asesinado. Igual, para los grandes medios de comunicación occidentales EEUU sigue siendo el paraíso de la libertad de prensa y el faro de la democracia que guía a la humanidad.

El artículo de Hersh es un completo informe basado en una fuente "con conocimiento directo de la planificación de la operación". Los detalles que revela, las personas y organismos civiles y militares involucrados, el aporte preciso de fechas y eventos que tuvieron lugar ponen en aprietos a quienes pretendan desmentirlo apelando únicamente a la declamación. Por lo demás, los abundantes antecedentes en la materia no benefician la credibilidad de Washington.

Un párrafo aparte merece su descripción de las operaciones mediáticas que tuvieron lugar luego del atentado. La gran prensa occidental, y sus corresponsalías en nuestro país desde luego, abundaron en especulaciones acerca de que el atentado había sido obra del gobierno ruso. Tal despropósito intentó ser disfrazado con especulaciones igual de disparatadas. Clarín, La Nación e Infobae no se privaron de sumarse a ese coro. Esta cita de Infobae exime de todo comentario: "La hipótesis del sabotaje ruso a los gasoductos Nord Stream cobra más fuerza y desata preocupaciones en Europa sobre los posibles próximos pasos de las fuerzas de Vladimir Putin en su enfrentamiento con Occidente".

Cabe preguntar qué hubiera sucedido de ser Rusia la atacante y EEUU la víctima de un atentado semejante. Ese análisis es contrafáctico, habría sido la respuesta made in USA; y a otra cosa.

Foto: Télam - AFP