Jueves 31 de julio 2025

Israel, cada vez más aislado

Redacción 31/07/2025 - 00.46.hs

Hasta el propio Donald Trump, que hace unos meses fantaseaba con transformar una futura Gaza despoblada en un proyecto inmobiliario de hoteles playeros a la manera de Punta Cana, ahora tuvo que reconocer la existencia de la crisis humanitaria en esa región palestina.

 

JOSE ALBARRACIN

 

El gobierno de Israel enfrenta un creciente aislamiento internacional en relación a la situación en la franja de Gaza, con un número cada vez más numeroso y heterogéneo de actores calificando la situación como un genocidio. La última voz en alzarse al respecto fue la de Marjorie Taylor Greene, una congresista republicana de Georgia, conocida por su adhesión plena a la ideología "MAGA" y posturas de ultraderecha. "Es la pura verdad, y lo más fácil de decir, que los ataques del 7 de octubre en Israel fueron horrorosos, y que todos los rehenes deben ser devueltos, pero también lo es el genocidio, la crisis humanitaria y la hambruna que tienen lugar en Gaza", declaró sin ambajes en sus redes sociales.

 

Cortado.

 

Estas expresiones, inimaginables apenas unos días atrás, podrían estar denotando cierto hartazgo de la derecha norteamericana con la forma en que Tel Aviv viene conduciéndose en el frente militar, y no sólo en Gaza. Es notorio que Washington se vio sorprendido, no sólo por el ataque a Irán, sino también por el bombardeo de Damasco que tuvo lugar la semana pasada, y que representó "cortarse solos" sin siquiera avisar a su principal aliado militar.

 

El propio Donald Trump, que hace unos meses fantaseaba con transformar una futura Gaza despoblada en un proyecto inmobiliario de hoteles playeros a la manera de Punta Cana, ahora tuvo que reconocer la existencia de la crisis humanitaria en esa región palestina. En su lenguaje poco pulido, balbuceó que "es hambruna, yo lo veo, no podés fingir eso. Tenemos que alimentar a estos chicos", no sin quejarse de que los EEUU ya están enviando "comida y cosas" y que "sería lindo que al menos nos dieran un agradecimiento".

 

Estas declaraciones las hizo el lunes desde Escocia, donde fue a visitar sus dos campos de golf en el norte británico, y donde se encontró con el primer ministro Keir Starmer, quien parece haberlo influido al respecto. De hecho, los gobiernos del Reino Unido y Francia acaban de lanzar una grave advertencia a Israel, de que si no se produce un inmediato cese el fuego en Gaza, reconocerán al Estado palestino en setiembre próximo.

 

Esa declaración aparece como compleja en las actuales circunstancias, ya que no existe un gobierno nacional unificado: gracias a la intervención cizañosa de Israel, al Autoridad Palestina sólo "controla" Cisjordania, en tanto la franja de Gaza está aún bajo el poder de Hamas, la agrupación islamista que antes alimentaron, y que ahora demonizan. Tampoco existen límites claros para el nuevo Estado a reconocer, ya que el expansionismo israelí ha invadido enormes porciones de territorio, contrariando a Naciones Unidas. Para el caso, Israel tampoco respeta el territorio de sus vecinos el Líbano y Siria, a los que constantemente invade militarmente.

 

Sin embargo, este reconocimiento a Palestina sería un fuerte mensaje político y diplomático, ya que un estado reconocido puede ejercer su derecho a la autodeterminación, cosa a la que Israel se opone férreamente en el caso de su población palestina.

 

Pioneros.

 

En realidad, quien primero lanzó la alarma sobre los crímenes de guerra cometidos por el gobierno de Benjamin Netanyahu fueron los sudafricanos, quienes formularon una sólida denuncia en la Corte Penal Internacional, en virtud de la cual, el primer ministro israelí tiene pendiente una orden de captura internacional. Donald Trump ha hecho caso omiso de esa orden, y de hecho, a amenazado a la CPI y a sus jueces integrantes con represalias se siguen adelante con esos procedimientos criminales, pero con nulo éxito.

 

Otros dos países europeos han mantenido posturas dignas y valientes: Irlanda y España no trepidan, ya desde hace meses, en calificar como "genocidio" a la matanza de civiles perpetrada por Israel en Gaza, que a la fecha asciende a una cifra superior a los sesenta mil individuos.

 

El bloqueo de comida y agua al que se somete a ese enclave, por otra parte, no puede calificarse como otra cosa que una forma de guerra encubierta: Israel ya no permite el ingreso de ONGs. para asistir con comida y medicamentos a la población local, ha asesinado a muchos de esos trabajadores internacionales, y se ha arrogado el derecho exclusivo de determinar cómo y dónde se entrega provisiones a la población civil. Con tanta suerte que, en varias ocasiones, los palestinos -incluyendo niños- que se acercan a esos puntos de distribución de vituallas terminan baleados o bombardeados.

 

Limpieza.

 

Las atrocidades están lejos de limitarse a la franja de Gaza, ya que la población palestina sufre atropellos, también, en el llamado "West Bank" de Cisjordania, donde colonos israelíes acaban de asesinar a sangre fría a Awdah Hathaleen, un profesor de inglés y activista palestino, que alcanzó fama internacional al aparecer en el escalofriante documental "No other land", que recibiera el premio Oscar este año.

 

Pero la saña parece concentrarse sobre todo en Gaza: el ministro de finanzas israelí, Bezalel Smotrich, acaba de declarar que esa zona es "parte inseparable" del territorio de Israel, y que en este momento su gobierno se encuentra "más cerca que nunca" de reinstalar en la zona poblamientos de su etnia, algo que, por la presión internacional, se habían visto obligados a desmantelar dos décadas atrás. Si ese es el objetivo, evidentemente lo que están haciendo con la población civil de la zona es una "limpieza étnica".

 

Mientras tanto, es creciente el descontento de la propia población israelí con la guerra interminable que lleva adelante su gobierno, y con sus aspectos más criticables, esto es, la sospechosamente lábil contención de los ataques del 7 de octubre, y la falta de eficacia (¿o de interés?) en la tarea de recuperar a los rehenes que Hamas tomara aquel infausto día. Incluso antes, el pueblo ya venía manifestándose en las calles en contra de los intentos de la coalición gobernante por asegurarse la impunidad en causas por corrupción, atacando la independencia de los tribunales locales.

 

Vale decir, que criticar al gobierno de Netanyahu, hoy por hoy, es también un gesto de defensa hacia los propios israelíes, que en una amplia mayoría desean un gobierno que los represente en sus verdaderos objetivos vitales.

 

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