Jueves 25 de abril 2024

La gobernanza destruye al gobierno

Redacción 19/09/2022 - 08.35.hs

La gobernanza se convierte en un sustituto del gobierno; reemplaza la centralidad de las preocupaciones de la democracia por formulaciones técnicas en nombre del "consenso". Los derechos a merced de la eficiencia.

 

GUILLERMO WIERZBA

 

El concepto de gobernanza apunta a disolver la distinción entre empresas estatales, de negocios sin fines de lucro y no gubernamentales, sostiene Wendy Brown en su libro "El pueblo sin atributos". La gobernanza imprime densidad al surgimiento de colaboraciones público-privadas, en un modelo de "gobierno" organizado sobre la base de una medición de negocios. Dice Brown que "la gobernanza reemplaza la oposición o la tensión entre el gobierno y el sector privado (relaciones soberanas y de mercado) con la colaboración y complementariedad. Cada sector [debe hacer] lo que mejor sabe... y [propone] colaboraciones que atraviesen... [las] diferencias". "La gobernanza cambia la concepción de lo político a la de un campo gerencial o administrativo y la del reino de lo público en un dominio de estrategias, técnicas y procedimientos".

 

La gobernanza se convierte en un sustituto del gobierno. Cita Brown a Elizabeth Meehan que define lo público como "la deliberación en torno de la justicia y otros bienes comunes, disputa en torno a los valores y los propósitos, luchas por el poder, búsqueda de imágenes del bien para todos. En cambio la gobernanza convierte lo público en la búsqueda del consenso", esto es hostil a la política, dice Wendy Brown, que cita a Maquiavelo para quien el corazón de la política era la existencia de expresiones robustas y de posicionamientos políticos y deseos diversos.

 

Despolitización.

 

Más adelante la misma autora recurre a William Walters para quien la idea de la gobernanza en la política surge de una aseveración post-ideológica, la del "fin de la historia", "de ser pragmático y estar orientado hacia las soluciones; presenta al diálogo, la inclusión y el consenso en vez del poder, el conflicto y la oposición". La gobernanza sustituye la centralidad "de las preocupaciones por la democracia y la justicia con formulaciones técnicas de problemas" y las preguntas sobre derechos por otras sobre eficiencia. Si bien no ha sido creación de los padres del neoliberalismo, el concepto de gobernanza fue muy funcional y se ha soldado con aquél, pues despolitiza a la democracia, convirtiéndola en procedimental, útil para resolver la elección de medios y no el debate sobre fines.

 

El ensayo despolitizador del gobierno de Juntos por el Cambio y el ataque por parte de los "libertarios" a los políticos, responde a la sustitución de la idea de gobierno por la de gobernanza. La gobernanza implica el ideal de la continuidad, que significa la garantía de la no transformación. Diferencias sobre instrumentalidades pero con un consenso de contenido. Así fue bautizado el Consenso de Washington, que tuvo la vocación de universalizar determinados fines para la gobernanza global.

 

Bancos "independientes".

 

Esa gobernanza global impuso también una universalización de instituciones e inclusive de procedimientos (recetarios) de política económica, en la cual tuvieron un papel decisivo el FMI y el Banco Mundial. Un ejemplo paradigmático es el de los bancos centrales independientes sujetos a las "recomendaciones" globales respecto a los modos de regular la actividad bancaria y la política financiera. La primera a través de las normas de Basilea, la segunda con centralidad en las "sugerencias" fondomonetaristas. La sustracción de la decisión del funcionamiento bancario de los ámbitos nacionales y su subalternización a un dispositivo global, condujo a la conformación de élites internacionalizadas de gerentes y técnicos con una matriz común de formación y una cultura compartida, que las aleja de la política nacional, creando una cofradía tecnocrática que hace dificilísimo la reconversión funcional de las instituciones monetarias para su recuperación en función de un proyecto nacional. Un gran triunfo del imperio de las finanzas.

 

La receta.

 

El FMI y los otros organismos multilaterales impusieron los recetarios de lo que consideran una economía correctamente administrada con sus deberes hechos:

 

*Equilibrio Fiscal.

 

*Reducción de impuestos y del gasto. Por lo tanto del peso del Estado en la economía.

 

*Política de metas de inflación.

 

*Marchar estratégicamente a un mercado libre de cambios y con libertad en los movimientos de capitales

 

*Precios libres de políticas de control e intervención pública.

 

*Política monetaria ajustada a determinadas reglas admitidas por las buenas prácticas globales.

 

La política de Juntos y de los (falsos) libertarios no marcha sola. Hay una institucionalidad global que es su mejor aliada. Todos unidos contra la política y repeliendo una democracia ciudadana de contenidos para el país. Todos unidos para devaluar la política y reemplazarla por la gobernanza.

 

Nada de cambios.

 

Esa sustitución promueve el statu quo, el no cambio. Con la lógica de las derechas no habrá redistribución del ingreso, ni política industrial, ni elección estratégica. Todo será una continuidad. Es el conservadurismo extremo, que terminará -como ya promueven determinadas voces- premiando a las actividades que gozan de competitividad internacional ya ganada. Las actividades primarias ligadas a los recursos naturales poseedoras de ventajas porque tiene altas rentas diferenciales. La dictadura de la realidad. Una realidad despojada de una mirada social y política. Definida por un criterio "técnico". Una cosificación de la realidad. (Extractado de El Cohete a la Luna).

 

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