La guerra del agua no es un eufemismo
I. Tres informaciones publicadas ayer por este diario nos revelan claramente que la problemática hídrica tiene una enorme vigencia en nuestros días y que aquellas viejas advertencias que pronosticaban una "guerra del agua" no solo se están cumpliendo sino, también, adelantando. Los pampeanos venimos protagonizando una vieja pelea por este recurso imprescindible para la vida a partir del antiguo litigio con la provincia hermana de Mendoza que, lisa y llanamente, nos robó un río y no se resigna a abandonar la idea de cortar otro.
Esas tres noticias que aparecieron en un solo día en las páginas de LA ARENA se refieren a una intervención que tuvo como protagonista al intendente de Santa Rosa en un foro realizado en Córdoba, a declaraciones falaces y provocativas de la máxima autoridad del agua de Mendoza y, por último, a otro robo de agua que se está registrando en estos días en territorio cuyano.
II. El jefe comunal santarroseño expuso en ese encuentro los graves problemas que afectan a la provincia y a esta ciudad en virtud de los cortes del río Atuel y al futuro incierto que depara el proyecto de Portezuelo del Viento sobre el río Colorado. Lo hizo en presencia del intendente de la ciudad de Mendoza al advertir que, a la desertización del oeste pampeano por una decisión unilateral de la provincia vecina, puede añadirse el futuro incierto que le cabe a la capital provincial si se construye Portezuelo del Viento sobre la cuenca del Colorado, pues ese río hoy abastece de agua a Santa Rosa, a otras localidades del este pampeano y en su segundo tramo está previsto que llegue a General Pico y otros puntos del norte provincial.
III. En tanto, el titular del Departamento de Irrigación de la provincia de Mendoza tuvo expresiones públicas cargadas de falacias y prejuicios al referirse al conflicto por el río Atuel. El alto funcionario llegó a decir que si se cumpliera el fallo de la Corte Suprema que establece un caudal para La Pampa se consumiría "un tercio del agua" que embalsan las represas del sur mendocino y que se produciría un éxodo masivo de agricultores. La mentira es descomunal porque el volumen establecido por la sentencia de la CSJ es apenas el 10 por ciento del módulo del río y los sistemas de riego en la provincia vecina son tan obsoletos e ineficientes que desperdician el 70 por ciento del agua. Para completar un discurso antojadizo y manipulador, el funcionario llegó a decir que cumplir con el reclamo pampeano significaría "elegir entre el ambiente o nosotros", como si esa opción fuera posible, como si el ser humano pudiera ser separado del ambiente en donde vive y desarrolla sus actividades. Esas palabras van en sentido contrario a las prácticas conservacionistas y a las recomendaciones de los principales organismos nacionales e internacionales que alertan sobre la degradación ambiental por causa del pésimo uso de los recursos naturales. Pero lo cierto es que desnudan la concepción que prima en el poder político y económico mendocino, algunos de cuyos representantes han llegado a proponer una "separación" de esa provincia de la Nación con tal de no compartir el uso de los recursos interjurisdiccionales.
IV. La tercera noticia referida a esta cuestión es el desvío clandestino de aguas detectado en el río Valenzuela, uno de los tributarios del Grande e integrante de la gran cuenca del Colorado. El robo se está produciendo en exclusivo beneficio de un emprendimiento privado al que el gobierno mendocino le concedió una enorme superficie de tierra para construir un centro turístico, decisión que fue objetada por el Estado nacional y hoy es motivo de alarma en las Asambleas del Agua de la provincia vecina. Ese saqueo se está registrando sobre el curso fluvial que aporta el agua de mayor calidad a la cuenca, por lo tanto perjudica notablemente a todas las provincias ribereñas del Colorado que hacen uso del recurso.
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