Jueves 25 de abril 2024

Pronta solución ante una justificada alarma

Redacción 15/02/2023 - 08.04.hs

Toay, que en el nivel nacional nominativo siempre fue considerado como un apéndice de Santa Rosa (a pesar de que de allí tomó su nombre inicial la capital pampeana) se diría que ha igualado y acaso sobrepasado las tendencias delincuenciales de esta capital. Sin hacer un análisis profundo y ateniéndose únicamente a la crónica periodística, se contabilizan en la ciudad media docena de hechos delictivos, algunos de concreción o perspectivas serias. Lo grave: la operación en bandas formadas en su mayoría por adolescentes e, incluso, niños si se considera su edad legal. Todo ello en un tiempo relativamente corto.

 

Un mes atrás la casualidad le permitió a la policía toayense detectar “in fraganti” a un grupo de muchachos con esas características, mientras recorrían el sector de quintas del poblado, portando armas blancas. Su propósito era repetir los asaltos que habían concretado días atrás en la misma zona.

 

La variedad de delitos en las últimas semanas ha sido considerable y su motivación no del todo clara. Un ejemplo es la actitud del individuo que fue capaz de irrumpir en una fiesta nada más que para agredir a su ex pareja, que había concurrido a esa reunión. Esa clase de episodios suelen ser comunes aunque si no revisten una particular gravedad, no son denunciados. Lo mismo puede decirse de los robos de bicicletas.

 

Pero durante los últimos días se dio una justificada alarma entre los vecinos, ya que se evidenció la acción de un conjunto de adolescentes que, acaso amparados por la protección que les da la ley, han sido protagonistas de hechos mucho más serios, como el caso del robo de un automóvil, que terminaron chocando contra un borde y una intervención policial para con uno de esos jóvenes malhechores, donde su familia salió en su defensa, atacando a la policía con artefactos varios, llegando al punto de que el padre pateó en la cabeza a un subcomisario que integraba el grupo policial. Al margen de la gravedad del hecho, los vecinos señalan que las andanzas del quinceañero y su grupo terminan, ley mediante, en un regreso al ámbito familiar, lo que equivale a una vuelta a las andadas.

 

Pero, evidentemente, el ambiente da para más: hace apenas una semana se produjo un entredicho entre mayores por una deuda. El reclamante portaba -e intentó usarla según la crónica— un arma de fuego de las llamadas “tumberas”, o sea de fabricación casera. Afortunadamente el disparo no se produjo. La amenaza de por sí era seria pero el hecho de que se concretara a través de un arma de fabricación casera pero de posibilidad mortal, lo es todavía más.

 

Llaman la atención las actitudes de resistencia a la policía, máxime cuando era evidente la comisión de delitos por parte de los involucrados. Semejante serie de hechos, con la frecuencia señalada, aparece como irregular para una población algo superior a los diez mil habitantes y reclama una pronta solución por parte de los niveles mayores encargados de la seguridad ciudadana.

 

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