Martes 23 de abril 2024

Tránsito, la gran deuda pendiente

Redacción 11/03/2023 - 10.09.hs

I - Que la ciudad de Santa Rosa está bajo un plan de obras con niveles históricos, luego de años de abandono, con diversos trabajos en distintas zonas no admite discusiones. Sin embargo, aún no se le ha encontrado la solución al ordenamiento del tránsito.

 

El ejemplo más patente se registró ayer, cuando un siniestro en al avenida Perón provocó un caos en otros puntos de la ciudad. El corte en la principal arteria que conecta a Toay con la capital ocasionó una extensa fila y la circulación derivó en la calle Ameghino.

 

Sin embargo, quienes intentaron llegar al centro por allí se encontraron con otro corte, en este caso por obras. Cuando retomaron por Dante Alighieri, otra interrupción al tránsito por trabajos se lo impidió.

 

Esto ocasionó un importante malestar en vecinos y vecinas, debido a que si bien se valora el plan de obras en ejecución, lo que queda en evidencia es la falta de trabajo articulado entre las dependencias municipales.

 

Ni la Dirección de Tránsito ni la de Vialidad pudieron afrontar lo que desencadenó un siniestro vial, y también volvió a poner en escena las dificultades con las que se encuentran miles de personas que intentan acceder al centro santarroseño, ya sea por motivos laborales o escolares, todas las mañanas. Y durante todo esa situación que se vivió ayer, las y los inspectores de tránsito brillaron por su ausencia. Nadie estuvo allí presente para intentar coordinar o advertir a los conductores que se vieron obligados a tomar otra vía sobre lo que se iban a encontrar más adelante.

 

La falta de un equipo de gestión atento a problemas mínimos como este, pero que contribuyen a un malestar general, demuestra la lejanía que muchas veces puede existir entre el vecino y el funcionario, y eso luego se paga a la hora de votar. A modo de propuesta, surge un interrogante: ¿Es tan complicado diagramar el esquema de tareas de forma tal que comiencen luego de la hora pico?

 

II - Por la avenida Perón transitan a diario miles y miles de personas y lo que ocurrió este viernes pone en evidencia también otro problema: la falta de controles.

 

La iniciativa de reducir la velocidad máxima, tanto del lado de Toay como en el de Santa Rosa, fue defendida desde estas páginas, debido a que el alto flujo de circulación que presenta esta arteria requería de medidas que apunten a garantizar la seguridad vial y disminuir al máximo los siniestro viales.

 

La puesta en marcha de la iniciativa fue prometedora. Se colocó la cartelería correspondiente y se hicieron los controles con radares móviles de forma espóradica, con el objetivo de fomentar el cumplimiento de la medida.

 

Sin embargo, con el correr de los meses la letra de la normativa quedó en los papeles y solo basta transitar una tarde por la Perón para constatar que no se cumple.

 

Esto nos tiene que hacer reflexionar, porque los siniestros siguen ocurriendo y, como en el caso de ayer, cobrándose vidas. Si con la señalética y las campañas no alcanzan, es necesario profundizar en controles y operativos. Pero estos tienen que ser constantes, y una forma de avanzar en ese sentido podría ser la instalación de radares fijos, cuya aplicación ha tenido exitosos resultados en otras ciudades del país.

 

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