Sabado 10 de mayo 2025

Un nuevo papelón

Redacción 23/07/2024 - 00.27.hs

“Escuchen, corran la bola, juegan en Francia, pero todos son de Angola”. Insólita, increíblemente, este cántico de más que evidente significado tribunero, cantado por un exultante jugador del seleccionado argentino de fútbol después de ganar la Copa América, dio lugar a dos insólitas acciones. La primera por la Federación Francesa de Fútbol que, acompañada por la denuncia de algunos jugadores de ese origen, quiso ver en la copla una expresión racista, del orden de las mismas que se han dado en los últimos tiempos en canchas de Europa ante la presencia en los grandes equipos de (notables) jugadores negros o de color, en su mayoría paradojalmente originados en las épocas del colonialismo europeo sobre el continente africano; también por los inmigrantes forzados de la actualidad, víctimas todavía de aquel colonialismo oprobioso.

 

Lo notable es que si se analiza el cántico, objetivamente puede decirse que la ofensa es inexistente y que la alusión a los angoleños, al margen de la necesidad de una rima, alude a la intrascendencia que pueden haber tenido en el fútbol galo. La actitud más bien parece tener un cierto aroma a resentimiento por la derrota francesa en la última copa del mundo, que, dicho sea, le dio un mentís absoluto a alguna estrella francesa que se había largado a opinar que el fútbol europeo estaba por encima del sudamericano.

 

En cuanto al tema, los federados parecen haber olvidado las bárbaras conductas de los hooligans ingleses, portadores de alguna carga de alcohol, o las burlas a Messi cuando militó en el equipo parisino. Para que quede claro: es bueno rechazar el racismo, imprescindible acaso, pero sin advertirlo donde no lo hay.

 

Pero si con buena voluntad es entendible -que no justificable- la actitud europea, resulta asombrosa la reacción del elenco gubernamental argentino ante el mismo acontecer. En principio porque le costó el puesto nada menos que al subsecretario de Deportes de la Nación por haber sugerido la necesidad de que el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y el capitán del equipo campeón mundial se disculparan. La actitud –a estar por los trascendidos- chocó con la opinión del Presidente, que no acepta opiniones en contrario con la suya, evidentemente ni siquiera en cuestiones deportivas.

 

Sin embargo el asunto, que por su misma índole debería mantenerse lejos de los quehaceres gubernamentales, tuvo continuidad en un inesperado mensaje en las redes sociales por parte de la vicepresidenta, apelando a patriotismo, heroicidad y próceres morenos. Para más, también surgieron zafadas e increíbles manifestaciones de una diputada del entorno mileísta…

 

¿Finalizó allí la cosa? No. La “Hermana Presidencial”, dejando a un lado su condición de Secretaria General de la Presidencia y asumiendo un impensado rol de cancillera, concurrió de motu proprio a la embajada de Francia para dar explicaciones que se convirtieron en disculpas. Para algunos ese gesto fue una jugada tendiente a reforzar la conocida enemistad que tiene con la vicepresidenta; para otros una apertura de palabras destinada a proteger el próximo viaje a Francia del Presidente para presenciar el inicio de los Juegos Olímpicos, y la eventual entrevista con su par francés.

 

Lo cierto es que si bien por un lado el tema llegó al nivel de una polémica deportiva, que seguramente se diluirá con el tiempo, por otro dio lugar a un nuevo papelón de nivel internacional de los habituales en el gobierno argentino.

 

Seguramente las irónicas sonrisas en el exterior, no dejarán de escuchar y correr la bola…

 

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