Unidad frente a la mala división
Entre muchas otras cosas, esta semana sirvió para confirmar que el presidente que se presenta como un “gran economista” también es capaz de hacer papelones porque no sabe dividir. Demuestra que hubiera necesitado una universidad pública para aprender a sacar cuentas, aún las más simples. Por eso nunca pudo explicar esas alarmantes proyecciones de inflaciones del 17 mil por ciento que jamás ocurrieron. Y de acompañante para los más sesudos análisis tiene hay un endeudador serial, que ya hizo un desastre en la presidencia de Mauricio Macri. Caputo también revolea índices a su conveniencia, siempre con un interlocutor al lado que jamás pide explicaciones, que retruque o contradiga. Así, niegan fondos para jubilados, docentes y trabajadores de la salud. Dicen que “no hay plata”, pero porque la usan para pagar deuda y financiar la seguridad y la inteligencia que los sostiene. Y también para “convencer” a diputados que se transforman en “héroes”.
En el caso que nos ocupa concretamente, en su afán por cuestionar de cualquier manera al funcionamiento de las universidades públicas y postear en redes sociales todo aquello que pueda defenestrarlas, Milei publicó un cuestionamiento con un grosero error de cálculo matemático.
Se hizo eco de un dato publicado por el rector de la Universidad Nacional de Rosario, Franco Bertolacci, quien explicó que en esa casa de estudios hay 85 mil alumnos y 10.500 empleados. Fue en ese punto, junto a otra publicación que hablaba de la administración de las universidades como “curro total”, el presidente posteó: “¿8 empleados por cada alumno? Se los dejo para pensar”. Obviamente, el cálculo de Milei fue incorrecto porque la división que planteó debió ser al revés. En lugar de ocho empleados por cada alumno, el resultado correcto es de un empleado por cada ocho alumnos.
Con planteo, ecuación, lógica y resultado pifiado, con el solo objetivo de fundamentar una crítica al funcionamiento de las universidades, se ganó una merecida cantidad de burlas y reproches en las mismas redes en las que le gusta navegar por horas. Después borró su publicación, más tarde pidió “perdón por el error” y después quiso corregir y la terminó de completar. "Son 1 empleado por cada 8 alumnos", indicó, cuando debió escribir: "Es 1 empleado". O sea, a repasar matemática y también lenguaje.
En la semana pasada hizo plagio y en ésta le erró a las cuentas. Y pensar que tiene amigos que se animaron a postularlo para el Nobel de Economía…
Excusas para un vaciamiento.
Parecidos cálculos deben haber usado para el caso del Banco Nación en nuestra provincia. Se agarran de cualquier excusa para cumplir su objetivo de vaciamiento estatal. Salen rápido a tomar medidas y las publicitan por las redes. Cuando el gobierno pampeano quita el presunto argumento, se toman todo el tiempo que quieren para dar marcha atrás. No tienen forma de justificar las medidas, pero las mantienen y estiran con crueldad todo lo que pueden, a manera de “escarmiento” y “castigo”.
Así y todo, si las cuentas para justificar las medidas son parecidas a las que sacan para la UNR, quedan serias dudas.
El problema es que La Pampa tiene una fortaleza con las que no cuentan otras provincias. Por eso no les alcanza con las chicanas ni con la falta de acompañamiento de dirigentes de otros partidos que se dicen también “nacionales y populares” pero que votan en contra.
La fracción que sirve.
Ahora, si de divisiones se trata, hay que reconocer que lo que aprendió rápido a hacer Milei es a dividir a los argentinos. Y le va mejor con las fracciones que con las divisiones. Por eso, con un tercio de votos que sacó terminó llegando a una segunda vuelta que lo depositó luego en la presidencia. Ahora, con un tercio gobierna a puro veto.
Las encuestas también le muestran un tercio. En las elecciones y aún después, llegó a tener el apoyo de más de la mitad de los votantes. Ahora, desde ese techo, ya bajó a una tercera parte de los encuestados, pero esos sondeos aún no encuentran un piso. Los desencantados que lo votaron ya se van dando cuenta que los engañó.
Un viejo refrán dice: “Divide y reinarás”. Uno actualizado a la realidad argentina podría decir: “Divide mal y reinarás peor”.
Ante la división, hay que sumar, hay que multiplicar, hay que buscar desesperadamente una unidad que nos permita salir de una profunda crisis que parece no tener final.
Con trabajadores, jubilados y estudiantes en una lucha permanente por sus derechos, no queda otra alternativa que seguir aglutinando fuerzas para torcer el rumbo de un gobierno al mando de un autodenominado topo que ya confesó que todo lo que busca es la destrucción total del Estado argentino. Y como ya demostró que no sabe ni hacer una simple cuenta de división, está claro que nos dejará un país con los números en rojo. Hay que buscar la unidad del campo popular y conseguir al menos que nuestro próximo presidente no necesite hacer plagio de ideas ajenas y que sepa sacar cuentas sin pifiar.
En definitiva, todo se reduce a un problema matemático: tenemos que elegir entre la división y la unidad.
DANIEL ESPOSITO
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