Las playas de Río Negro: un atractivo turístico para todo el año
Las playas Doradas, El Cóndor y Las Grutas, en Río Negro, un producto en constante crecimiento que este verano atrajo a casi 600.000 personas, se preparan para recibir un importante flujo de turistas también para la temporada baja -sobre todo los fines de semana largos- donde se podrán realizar distintas actividades náuticas y recreativas.
Las actividades náuticas, los avistajes de fauna marítima, terrestre y de aves, los paseos por bosques agrestes para disfrutar de la flora de la zona, y la creación de nuevos balnearios, son las principales propuestas de esta provincia patagónica para disfrutar en los próximos meses.
La ministra de Turismo, Cultura y Deporte de Río Negro, Silvina Arrieta, señaló que el objetivo "es potenciar las bellezas naturales que tienen los balnearios rionegrinos" y colaborar "para lograr más y mejor infraestructura turística en estos lugares".
El balneario El Cóndor, ubicado a 30 kilómetros de Viedma, y que es el punto de partida de la denominada Ruta de los Acantilados, es una villa marítima también conocida como La Boca, por su cercanía con la desembocadura del río Negro, que se constituye como un típico pueblo costero con sitios de descanso y esparcimiento.
El subsecretario de Turismo de Viedma, Gustavo Malek, destacó que a los atractivos naturales de las playas "le sumamos otros nuevos para el turismo, como caminatas, cabalgatas y avistamiento de fauna marítima y de aves".
Malek sostuvo que el producto playas seguirá su desarrollo en la temporada baja "porque los atractivos no sólo están dados por el contacto con el mar sino que ahora existen varias alternativas para disfrutar de la zona costera".
Viedma y El Cóndor cuentan con casi 3.000 plazas hoteleras y alrededor de otros 10.000 sitios para acampar, y esta infraestructura, según Malek, "alcanza pero necesita mayor desarrollo, sobre todo en lo que hace a la propuesta de actividades para los visitantes".
Las playas de este balneario son de aguas cálidas, verdes y transparentes, de arena fina y costas bajas que permiten disfrutar el paisaje rocoso de los acantilados, los primeros de la Patagonia atlántica.
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