HISTORIA. Laica versus libre
En septiembre de 1958 estudiantes secundarios de Santa Rosa se enfrentaron en torno a la disyuntiva de enseñanza laica versus enseñanza libre a raíz del proyecto del presidente Frondizi. Proselitismo y palos en la capital provincial.
Norberto G. Asquini*
Entre agosto y septiembre de 1958 se vivió en Santa Rosa la misma agitación que a nivel nacional por el proyecto del presidente Arturo Frondizi que habilitaba la enseñanza privada, cuestión que enfrentó a los defensores de la escuela laica contra los que se volcaban por la enseñanza libre.
Por entonces, la Iglesia presionaba en su reclamo del derecho de libertad de enseñanza en todos los niveles educativos. La postura de Frondizi a favor de las universidades privadas y en oposición al monopolio estatal laicista en el ámbito educativo.
El presidente hizo un gesto a la Iglesia Católica y remitió al Congreso un proyecto para legitimar el funcionamiento de universidades privadas con la reglamentación del artículo 28 del decreto 6.403, dictado en la Revolución Libertadora, a contramano de la tradición laica de la Reforma Universitaria. La iniciativa indignó a amplios sectores de la cultura y el movimiento estudiantil. El clima ideológico y político se tensó entre los que reivindicaban la tradición laica contra los sectores católicos.
A fines de agosto, Frondizi envió el proyecto al Parlamento y se inició una activa campaña de huelgas y movilizaciones en torno al eslogan "laica o libre".
En Santa Rosa, los bandos quedaron bien definidos. Mientras los pupilos del colegio Domingo Savio y católicos de establecimientos estatales pertenecientes a la Juventud Católica abogaban por el proyecto, los estudiantes de formación reformista y que estaban aglutinados en los centros de estudiantes de la Escuela Normal y los colegios Nacional y Comercial, estaban contra la iniciativa frondizista.
Primer choque.
El jueves 18 de septiembre del 58 La Arena comentó en su edición: "Se inicia en esta ciudad la agitación en torno a la enseñanza". La nota hablaba sobre los incidentes y detenciones de estudiantes secundarios que habían ocurrido las noches previas en el centro de la capital provincial a raíz de las manifestaciones de los dos sectores.
Los alumnos, identificados con uno y otro bando, habían salido de proselitismo en respaldo de sus posiciones. Esa noche pupilos del colegio Domingo Savio marcharon a pintar sobre el pavimento letreros que decían "Enseñanza laica o enseñanza sin dogma". El diario afirmaba que eran acompañados por "un clérigo del establecimiento, el reverendo padre Holzmann" y seguidos por un automóvil conducido por el cura José Ochoa de la parroquia local. A su paso por el centro, también pintaron en las paredes de la Escuela Normal y el Colegio Nacional y en el local del Centro Socialista, entre otros sitios.
Por su parte, los "laicos" habían hecho también sus pintadas, a las que los "libres" les habían adjuntado el símbolo comunista de la hoz y el martillo.
A los golpes.
Cerca de las 2 del miércoles 17 "los grupos antagónicos se encontraron en una esquina céntrica surgiendo una discusión y un conato de incidentes", relataba el diario. Los bandos chocaron con golpes de puños y palos, hasta que intervino la policía y detuvo a varios estudiantes, según La Arena del bando laico. A su vez, ordenaron a los "defensores de la enseñanza privada" que se trasladaran hasta la comisaría en el vehículo que utilizaban, una estanciera, cosa que hicieron.
Entre los laicos los medios identificaron a Pedro Dubié, Julio González, Héctor Topet, Santiago y Aquiles Badillo y Adolfo Burgos.
Relata el diario: "En la comisaría los partidarios de la enseñanza estatal que fueron demorados hasta la hora 3, denunciaron que la rural era manejada por un menor de edad sin carné de conductor y que su núcleo esgrimía palos en el momento del incidente. A esa altura concurrieron a la comisaría los sacerdotes del colegio Domingo Savio que obtuvieron autorización para retirar a los internos del establecimiento, actores de los sucesos". Poco después fue dispuesta la libertad de los demorados.
Corridas.
El conflicto que se desataba en horas de la noche en la vía pública fue aumentando. El día 19 La Arena publicó: "Se repitieron ayer (el 18) incidentes por la cuestión de la enseñanza. Ni los periodistas se libraron de la pasión que anima a los protagonistas".
El 17 a la noche, grupos de estudiantes partidarios de la laica y la privada "recorrieron la ciudad dejando impresas en las paredes y calles sus respectivas consignas". El diario informa que la tarea de los laicistas "se vio interrumpida y suspendida luego por esa noche en razón que no contaban con la autorización de la autoridad. Los de la privada, cuyo número pasaba los sesenta, según determinó la comisaría que la mayoría eran internos del colegio Domingo Savio, continuaron su labor hasta las primeras horas de la madrugada".
La tarea de las pegatinas "se vio interrumpida frecuentemente por el diálogo que se entablaban con los curiosos que se acercaban". Terminada la campaña, los alumnos volvieron al colegio salesiano.
Periodismo.
Según la versión periodística, "un cronista de este diario que seguía los hechos aprovechó la oportunidad en que se concentraban los 'pintores' para obtener dos o tres tomas fotográficas. Instante después al pasar el automóvil que conducía a los periodistas frente a las puertas del establecimiento mencionado al que habían penetrando los alumnos, estos salieron al ver pasar el vehículo. Los que estaban adentro de éste fueron agredidos de palabras y de hecho por los estudiantes por lo que obligó a los que estaban en el auto a salir" para evitar mayores consecuencias. Iban en el rodado Raúl Celso D'Atri, Omar Maraschini y Neptuno Righetti.
Agentes de policía que seguían los hechos en las cercanías "para evitar la avalancha", llamaron refuerzos. Según La Arena, los pupilos iban armados "con palos" y arrojaron "latas y ladrillos que no llegaron a sus destinos". Los sacerdotes y los alumnos exigieron luego a los periodistas "la presentación de los respectivos carnés profesionales y la entrega de la máquina fotográfica".
Por su parte, los del Comité pro-libertad de enseñanza indicaron que cuando pasaron con el auto, el chofer sacó un revólver y dijo "si quieren leña, se las vamos a dar".
División.
Por la mañana, estudiantes de cuarto y quinto año del Nacional, con autorización de la rectoría, limpiaron las leyendas inscriptas la noche anterior. Y alumnos normalistas al salir de clase realizaron un acto de desagravio por las escrituras y se cantó el himno nacional.
Los jóvenes se dividieron decididamente en respaldo de uno u otro bando y se llamaban despectivamente "curacas" o "comunistas". Hasta por las propaladoras del centro se organizaban debates en los que hablaban estudiantes de ambas posiciones y se realizaron mesas redondas en una peña juvenil en General Pico. Y en las páginas de La Arena cruzaron opiniones luego de una mesa redonda, dos representantes de ambas posiciones: los docentes Ezequiel Ander Egg por la libre, y Carlos Sáez por la laica.
La Federación de Estudiantes Secundarios Santarroseños (FESS), la Juventud Mariano Moreno del Partido Socialista y la Juventud de la UCRI estaban a favor de la laica, en tanto la Unión de Estudiantes Libres estaba a favor de la libre.
Aunque en los días siguientes el conflicto se apaciguó en las calles de la capital pampeana, no por eso bajó la tensión.
Colegios tomados.
El proyecto del Ejecutivo fue rechazado en la Cámara de Diputados, pero la de Senadores aceptó finalmente un dictamen en minoría de la Comisión de Educación de Diputados elaborado por Horacio Domingorena a favor de la enseñanza privada y aprobó el proyecto gubernamental -que fue reglamentado en febrero de 1959-.
Tras la promulgación de la ley, el 4 de octubre el colegio Nacional amaneció ocupado por un grupo de estudiantes que respondiendo "al vasto sector del estudiantado local protestaban por la decisión adoptada por el Congreso Nacional". Pocas horas después hacían lo mismo los alumnos del Normal.
Por la noche se hizo otro acto en adhesión a lo realizado por la Federación Universitaria Argentina, la Federación Universitaria de Buenos Aires y Estudiantes Metropolitanos de Escuelas Secundarias. El acto, informaba la prensa, fue realizado en el más perfecto orden y sin actos de violencia. Finalmente, tras un discurso en cadena del ministro de Educación, Luis Mac Kay, los estudiantes comenzaron a desalojar las instalaciones.
En la noche del 5 de octubre se realizó en el salón de la Cámara de Comercio una reunión de estudiantes laicos y poco después fue desalojada la escuela Nacional. Por la tarde habían dejado la Normal.
La última huelga.
El día lunes 6 la FESS repudió la represión contra las movilizaciones de estudiantes en Buenos Aires, Tucumán, Córdoba y otros centros, y promovió una huelga de alumnos por 24 horas. La prensa comentaba que en la Escuela Industrial y la Escuela Fábrica el "faltazo" fue total. En el Nacional se calculó en 80% de ausentismo, en la Normal del 50% y en el Comercial del 75%. En la Normal, un grupo de estudiantes, de ese colegio y de otros, pidieron permiso a la directora para hablar en un recreo a los asistentes, se produjo un cruce de palabras y todo terminó con la "decidida echada de llave a la puerta de entrada por parte de la dirección".
Los alumnos reformistas sostuvieron en los días siguientes la protesta y circularon varios automóviles con altoparlantes y se arrojaron panfletos mimeografiados. Pero ya la ley que autorizaba la enseñanza privada no tenía vuelta atrás.
*LICENCIADO en Ciencias Sociales
Artículos relacionados