Habilidades blandas en un futuro incierto
En el cambiante escenario laboral de 2025, las habilidades blandas emergen como faros que guían la travesía profesional. Mientras la automatización y la inteligencia artificial asumen tareas técnicas, las competencias intrínsecamente humanas adquieren un valor sin precedentes.
Gisela Colombo *
La profesora Lynda Gratton, de la London Business School, señala que habilidades como la empatía, la colaboración y la creatividad se tornan esenciales, aunque su desarrollo enfrenta desafíos significativos: tiempo, recursos y motivación.
Julián Colombo, CEO de N5 Now, firma que hoy está en un hunting de talentos en Chile y otros países de la región, destaca que en su organización se valora más la capacidad de aprendizaje y adaptación que el conocimiento técnico específico. En un entorno dominado por la inteligencia artificial, habilidades como el pensamiento crítico y la formulación de preguntas pertinentes se convierten en herramientas clave para el liderazgo y la toma de decisiones estratégicas.
Alexandra Levit, autora de Humanity Works, enfatiza que, a medida que las máquinas automatizan tareas rutinarias, serán las habilidades inherentemente humanas -como la empatía, la intuición y la resolución de problemas- las que realmente diferenciarán a los profesionales.
Estas perspectivas convergen en una verdad ineludible: las habilidades blandas son determinantes para colaborar con las nuevas tecnologías y prosperar en la era digital.
Las más valoradas.
Aprendizaje continuo y curiosidad: la disposición a adquirir nuevos conocimientos y adaptarse a entornos cambiantes es esencial.
Adaptabilidad y flexibilidad: la capacidad de ajustarse a nuevas situaciones y roles es altamente apreciada en un mundo en constante transformación.
Comunicación efectiva y empatía: transmitir ideas con claridad y comprender las emociones ajenas son competencias cruciales, especialmente en entornos laborales híbridos y digitales.
Pensamiento crítico y resolución de problemas: analizar información, cuestionar supuestos y tomar decisiones informadas son habilidades clave en un mundo saturado de datos.
Inteligencia emocional: gestionar las propias emociones y relacionarse efectivamente con los demás contribuye a un ambiente laboral positivo y colaborativo.
Trabajo en equipo y colaboración digital: la capacidad de colaborar eficazmente, incluso a través de plataformas digitales, es fundamental en la era del trabajo remoto y globalizado.
Creatividad e innovación: proponer ideas originales y soluciones innovadoras permite a las organizaciones mantenerse competitivas y adaptarse a nuevas realidades.
Gestión del tiempo y autonomía: organizar tareas, priorizar actividades y trabajar de manera independiente son habilidades valoradas en entornos laborales dinámicos.
Liderazgo: motivar y guiar a equipos hacia objetivos comunes, incluso sin ocupar posiciones jerárquicas, es una competencia clave en organizaciones ágiles.
Contexto actual.
Según el Foro Económico Mundial, más del 50 % de los empleados necesitarán desarrollar habilidades blandas para mantenerse relevantes en el mercado laboral. Estas competencias no solo mejoran el desempeño individual, sino que también fortalecen la cultura organizacional y la capacidad de adaptación frente a cambios tecnológicos y estructurales.
Invertir en el desarrollo de habilidades blandas es, por tanto, esencial para prosperar en el entorno laboral de 2025 y más allá.
* Escritora y docente
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