Lunes 29 de abril 2024

Una pasión de familia

Redaccion Avances 07/04/2024 - 12.00.hs

Con apenas 24 años, Solana Rivero se ha convertido en una referencia para quienes desean incursionar y aprender del arte de mezclar música en vivo.

 

Rodrigo Santesteban *

 

No es frecuente que las aptitudes y pasiones para determinadas disciplinas se hereden. Solemos deleitarnos con la idea de que los hijos de tal o cual artista vengan a explotarnos la cabeza con talentos desbordantes que superen al de su progenitor o progenitora, y así se conviertan en referencias para las nuevas generaciones. Nada más alejado de la realidad. Con honrosas excepciones, los hijos de los artistas no suelen continuar los pasos de sus padres, o si lo hacen, con la vara tan alta dejada por estos y la presión de llevar tan pesados nombres, casi nunca llegan a descollar por sí mismas. Por eso, a nadie sorprende que los hijos de Mick Jagger se dediquen al diseño de joyas o a dictar clases de historia. Este no es el caso.

 

Solana Rivero se ha construido un camino por sí misma. Ella es hija de Julio Rivero, reconocidísimo DJ de nuestra provincia que hizo bailar a varias generaciones de pampeanos durante décadas, y cuyo jingle publicitario se encuentra sin lugar a dudas en el podio de los mejores jingles jamás hechos en nuestro pago. Hoy, ya retirado de las cabinas de DJ (disc jockey), es testigo orgulloso de la ascendente carrera de su hija como DJ y como formadora de DJ’s.

 

Formación.

 

“Me pasé la infancia rodeada de equipos, pero nunca me había puesto a tocar”, cuenta la joven en diálogo con este medo. “Me empezó a gustar la música electrónica a los 14 años, cuando iba a visitar a mi hermano a Córdoba. El escuchaba siempre un set de Víctor Ruiz una y otra vez y ahí me enganché”, agregó.

 

Rivero explicó que cuando terminó el secundario fue a Córdoba a estudiar turismo, pero que los vaivenes de la vida la llevarían a ingresar a una academia de DJ’s. “Estuve unos cuatro años por allá, mezclando y aprendiendo. Mi vida en ese momento era música y más música, las 24 horas. Todos los días estaba encontrando músicos distintos y descargando canciones a lo loco. Luego, después de la pandemia, volví a Santa Rosa, y ni bien llegué mis amigos empezaron a pedirme que les enseñara, pero yo no tenía el conocimiento para hacerlo”, expresó la joven artista.

 

“En ese momento – prosiguió – mi viejo me regala mi primer controlador para poder mezclar: una Pioneer t1 de cuatro canales. Yo estaba chocha: empecé a tener fechas todos los fines de semana. Además, era prácticamente la única mujer haciendo eso. Y entonces, nuevamente los amigos me insistían para que les enseñe, así que me hice un curso de coaching, como para tener pautas y herramientas para poder enseñar, y finalmente me largué”.

 

La academia.

 

Fue entonces cuando nació “On”, la primera academia de DJ’s de Santa Rosa. “Arranqué con dos alumnos: iban a mi casa y les enseñaba a mezclar con mi controlador”, prosiguió. Como dato curioso, entre los primeros en acercarse estuvo Juan Fadón, reconocido y virtuoso pianista de nuestra ciudad. “Una vez que toqué se acercó y me dijo ‘che me re gustó como tocaste, ¿no das clases de casualidad?’, le dije que sí y ahí arrancamos”, comenta sonriente.

 

Desde entonces han pasado más de 50 alumnos por la academia, y ahora los nuevos estudiantes se afanan por reservar su cupo con varios meses de antelación.

 

La disciplina.

 

Respecto al proceso de aprendizaje Solana Rivero explicó que “se calcula que la formación dura entre tres y cinco meses, que es cuando los alumnos ya pueden estar tocando. Algunos tardan menos otros tardan más, también depende de la edad, pero con constancia y dedicación todo se logra. He enseñado a chicos de nueve años y a gente más grande de 60”.

 

Asimismo, la joven relató: “al principio intento explicarle al alumno cómo se utiliza el controlador, o sea qué función cumple cada botón, y luego vemos la estructura de las canciones. Algunas son más alegres y otras más tranquis, y tenemos que visualizar la onda de frecuencia para saber, por ejemplo, cuándo hay una bajada, y para determinar en qué momento es que se comienzan a mezclar las dos canciones”.

 

“Luego – continuó – tenemos que sincronizar la canción que termina con la que comienza, que es algo que no es fácil, pero que es prueba y error. Una vez que arranca la mezcla podemos hacer loops (repeticiones) o aplicar filtros… Es muy divertido”.

 

La movida.

 

Por último, Rivero destacó el hecho de cómo ha crecido la música electrónica en nuestra ciudad. “Yo ahora salgo y me encuentro muchísima gente nueva, lo que me pone muy contenta, porque son personas que realmente quieren venir a ver y conocer música nueva. Además, que les guste lo que haces es un montón. También me llena de felicidad que haya ahora tantas chicas tocando, y que también muchas de mis alumnas ya estén a full siendo DJ’s… compartir cabina con ellas me llena de felicidad”, concluyó.

 

* Colaborador

 

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