Qué hizo el Indio Solari en San Luis
El ex líder de los Redondos permaneció todo el tiempo "encerrado" en un hotel. Despistó a los fanáticos con un doble y lo primero que hizo después del show fue hablar por teléfono con su mujer.
"¡Hola mi amor! Salió todo bien. Es el regreso de los muertos vivos". Fueron las palabras textuales de Carlos Alberto Solari una vez finalizado su espectacular concierto que hizo vibrar a una multitud en San Luis, el 27 de septiembre. La interlocutora no era otra que Virginia -la mujer que está a su lado hace más de una década y con la cual tiene a su hijo Bruno- que recibía en Buenos Aires el cálido saludo de su compañero.
Eran los primeros minutos de un nuevo día en la ciudad de La Punta -un bello lugar en medio de las sierras situado a unos 20 kilómetros de la capital puntana- donde 36 mil fanáticos, que invadieron el estadio Juan Gilberto Funes, acababan de disfrutar de un nuevo concierto del mítico pelado que presentó por tercera vez su última placa solista Porco Rex en compañía de su nueva agrupación, Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado.
La charla íntima con su esposa la mantuvo desde el interior de la trafic que lo fue a buscar para trasladarlo de regreso al hotel, lugar que en 72 horas sólo abandonó para dirigirse a la cancha a realizar su presentación.
"Solari es un tipo muy hermético que padece fobia hacia la gente", dijo un joven que estuvo cerca del artista en San Luis. Tal es así que el contrato que firmó con una empresa local para que lo traslade -además de llevarlo y traerlo del estadio también lo depositó en Mendoza desde donde regresó a Capital Federal en avión- prohibía el acercamiento y, mucho menos, que lo toque cualquier persona ajena a su círculo íntimo.
Doble.
La popularidad del ex líder de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, un verdadero y casi inexplicable fenómeno social que vive custodiado por doscientos hombres, va de los pelos con su fobia. Hace varios años que cuando sale de su casa lo hace disfrazado para evitar el asedio de los fans. Para despistarlos, a San Luis concurrió con su doble que al ser detectado en un bar céntrico engañó a un grupo de pibes que a la media hora se transformó casi una multitud agolpada para pedir un autógrafo o tocarlo. "Lo traigo conmigo. La verdad es que se me parece mucho", comentó el Indio en la habitación del hotel, donde una de las pocas cosas que pidió para beber fue un costoso whisky que solicitó a una temperatura de 37 grados.
Invasión en las calles.
Como siempre ocurre en cada lugar donde se presenta el ex líder ricotero, la ciudad se vio invadida muchos días antes por miles de fieles que arribaron desde diferentes puntos del país haciendo colapsar la capacidad hotelera y cualquier sitio en donde se pudiera levantar alguna carpa. "Yo, en treinta años de trabajo, jamás vi algo así en esta ciudad", dijo asombrado un taxista puntano al ver las tribus urbanas deambulando por las calles.
El espectáculo, que fue declarado por las mismas autoridades provinciales como el evento social "más importante de la última década", comenzó a la hora señalada con la aparición del Indio para hacer Pedía siempre temas en la radio, el tema que abre Porco Rex.
De ida.
Durante el viaje hacia la cancha, Solari, oculto en la trafic, fue mirando asombrado a través de una ventanilla a los pibes que se encontraban en las inmediaciones del escenario con banderas y remeras de los Redondos, aguardando el inicio de su show. Según pudo saber LA ARENA, se sonrió de algunas actitudes de los fanáticos y hasta se lamentó al ver situaciones de consumo de sustancias prohibidas. Pese a que pronto cumplirá 60 años, se conmovió como cualquier hijo de vecino cuando se iban acercando a la cancha y era cada vez más importante la muchedumbre que se amontonaba para el cacheo del acceso. "Qué locura tienen estos chicos, mirá si me van a venir a ver a mí", les comentó entre risas a las cuatro personas que lo acompañaban, entre ellas su representante.
Diagonales.
El show formó parte de la gira que desde abril está llevando adelante con su banda por el país y que ya pasó por Jesús María y Tandil. Ahora, la próxima estación será el 20 y 21 de diciembre en el estadio Ciudad de La Plata junto a Andrés Calamaro, que cantó con el Indio el estribillo de Veneno paciente, otra de las canciones de Porco Rex que aún no fue cantada en vivo.
A lo largo del concierto fueron pasando también los viejos clásicos de los Redondos como Un poco de amor francés, El rock para el negro Atila, Juguetes perdidos y muchos otros entonados con alegría por Solari que pareció recordar viejas épocas "de ricota".
Después el final, como viene sucediendo en las últimas presentaciones, con el "pogo más grande del mundo" haciendo estallar a todos en Jí Jí Jí, y el Indio anunciando que el ritual tendrá otro capítulo.
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