“Aprendo y estoy con amigos”
LAS VOCES DE QUIENES INTEGRAN LA ORQUESTA LATINOAMERICANA
En el Colegio Zona Norte habitan distintos intereses, gustos e inquietudes, pero todos se unen para el objetivo común de sonar de la mejor manera en una Orquesta que prepara sus próximas presentaciones en público.
“Escucho rock nacional y pop, pero me gusta tocar lo que nos proponen acá porque no es música que conozca mucho, entonces me aporta otras cosas, otros conocimientos”, destaca Guadalupe (16) mientras acomoda sobre su hombro el violín que la acompaña cada martes y jueves desde hace tres años, cuando descubrió que ese instrumento que (en principio) le generaba curiosidad, se convirtió en un componente más de su vida cotidiana.
‘Guada’ es una de las más experimentadas de la Orquesta Latinoamericana que funciona en el colegio Zona Norte del barrio Plan 3000 de Santa Rosa, la iniciativa que se mantiene desde hace siete años y que hoy integra el programa ‘Sonar en Clave’ del proyecto Vértice Educativo, dependiente del Área de Políticas Socioeducativas del Ministerio de Educación de la provincia.
“A mí me gusta venir porque aprendo y estoy con amigos, me enganché con la guitarra y está bueno cuando tocamos todos juntos porque cada uno se concentra en lo suyo y tenés que sonar bien porque somos una orquesta”, dice con simpleza Felicitas (11) que junto a Mili (9) y Esteban (11) están en el grupo de guitarristas de un conjunto que se prepara para sus próximas presentaciones en público.
“Este año ya hicimos dos conciertos didácticos, uno en la Escuela 105 y otro en la Escuela 95, y también tocamos en el homenaje a los maestros que hizo la Provincia por el 11 de septiembre. Ahora nos preparamos para tocar en el María Auxiliadora, luego un concierto en la Expo que se hará en el Medasur y otro aquí en el colegio con las familias para cerrar el año”, detalla Mario Figueroa, el director de la Orquesta Latinoamericana del colegio Zona Norte.
Yamira tiene 10 años y Juana 11. Ambas tocan el violín y las dos cuentan que el sonido particular de ese instrumento las sedujo para aprender sus secretos. “Es re linda la forma de tocar el violín y cómo suena. Hasta que le agarrás la mano es difícil, hay que practicar mucho pero está re bueno una vez que sacás las melodías”, le confiesa Yamira a LA ARENA mientras Juana improvisa algunas notas musicales de cara al ensayo que se viene.
Sonido distintivo.
“Lo que me atrae, además de venir a las clases y compartir con todos, es cuando estamos juntos en público, ahí me re concentro y me gusta que todos ponemos lo mejor para que suene lindo. También me gusta tener mis momentos y tocar sola”, dice Ernestina (15) junto a su violoncello, un instrumento que por su tamaño y registro musical llama la atención en cualquier orquesta y en cualquier lugar.
“Me gustó desde el principio el violoncello, tiene algo especial, un atractivo diferente y a mí me encanta poder tocarlo y darme cuenta cómo suena”, agrega Aaron (15) que también se sienta para posicionarse detrás de esa armadura de madera y cuerdas que aporta un sonido distintivo en cada canción elegida para el repertorio de raíz latinoamericana.
La flauta traversa, la quena, el sikus, el charango, el ronroco, los aerófonos andinos, la percusión, el violín. La mezcla y variedad de instrumentos parecen dispersos en el aula, hasta que llega la orden de sonar en conjunto y la armonía musical pasa a dominar el aire.
“Es notable cómo muchos chicos mejoraron su rendimiento pedagógico en la escuela a partir de venir a la Orquesta, es algo que me parece importante resaltar porque también se traduce en cómo entienden la disciplina como autodisciplina, pero no desde la óptica militar sino como un ordenamiento para funcionar en grupo”, señala Figueroa sobre otro de los aspectos claves que genera la convivencia con el grupo.
Estímulo.
El director convoca al ensayo y el ruido ambiente se dispara. El prolijo desorden momentáneo sirve para que cada lugar sea ocupado por quien corresponde. Y quede todo dispuesto para seguir la partitura elegida de ‘El escondido’ del cancionero popular argentino y de ‘El amanecer’, un tema de cumbia colombiana que invita a ‘mover la patita’ y sacarse las telarañas de la cintura de quienes están en el aula para ver y escuchar esa improvisada práctica general.
“Acá ejercen una conciencia absolutamente democrática porque saben que su aporte es importante pero a su vez depende del todo, es vibrar en un todo colectivo y comunitario”, apunta Figueroa, director de una orquesta en clave integradora, musical y latinoamericana.
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