“Si sos joven, necesitás aprender”
LA EXPERIENCIA DE QUIENES ASISTEN A LOS TALLERES DEL CENTRO Nº 21
Grupos de adolescentes cursan de manera voluntaria en el Centro Provincial de Formación Profesional que hizo un convenio con distintos colegios. Coinciden en la importancia de sumar recursos para pensar en el futuro.
“Este año termino el colegio y quiero aprender algunas cosas para poder manejarme un poco más porque me gusta lo que es emprender y los manejos administrativos”, dice Marcos en una pausa del trabajo que realiza junto a dos de sus compañeros del colegio Juana Paula Manso. Sentados alrededor de una computadora elaboran el perfil de un reconocido empresario argentino y conocen algunas de las estrategias utilizadas en el camino emprendedor. “Voy a estudiar la carrera de contadora y aprender sobre gestionar me va a servir. Las clases están muy buenas”, resalta Micaela, del colegio Mabel Peralbo, en otro de los grupos, en el taller de Gestión de Emprendimientos.
“Lo que se busca es que los chicos y chicas tengan un contacto directo con cuestiones que les van a servir para el camino que sigan, ya sea estudiar una carrera terciaria o una universitaria, o si directamente buscan meterse en el mercado laboral. Contar con herramientas básicas de lo que pueden llegar a encontrar es importante, por eso hacemos prácticas en grupos, buscamos que a la vez que aprenden les resulte entretenido y que se vayan con ganas de volver a la clase siguiente”, resume Pedro Garro, docente que tiene a cargo uno de los talleres que el Centro Provincial de Formación Provincial Nº 21 de Santa Rosa brinda a estudiantes de distintos colegios secundarios, un convenio firmado con el Ministerio de Educación de la Provincia y que alcanza a otros establecimientos educativos pampeanos.
“Creo que es importante agregar nuevos aprendizajes en otras cosas porque el colegio no te prepara para muchos aspectos, es grande el salto que se da hacia la universidad o si querés empezar a trabajar, entonces hay que tratar de buscar por otro lado. Cuando nos dijeron que el Centro se abría para estudiantes secundarios me anoté enseguida”, afirma Melisa, del Marcelino Catrón, otro de los secundarios santarroseños que participan en esta primera experiencia de intercambio entre el nivel secundario y la formación profesional.
“Anotarse para venir al Centro es opcional, viene el que quiere y elige, pero por supuesto se hace un seguimiento en cuanto a la asistencia porque a fin de año se otorga un certificado que podrá utilizar cada uno de los chicos. El ambiente es muy lindo porque están todos por lo mismo, con un mismo objetivo, entonces venir a un horario por fuera de sus colegios, a escuchar clases y a hacer actividades; los motiva a aprovechar la oportunidad”, evalúa Virginia Reseconi, otra de las docentes del CPFP.
Conocimientos.
Norma Wilberger es la directora del Centro Provincial de Formación Profesional Nº 21 y no oculta su satisfacción por la repercusión de la iniciativa. “Estoy muy abierta a generar y a recibir todo lo que tenga que ver con el nivel secundario, no tengo dudas de que los chicos y chicas tienen un gran potencial y hay que aprovecharlo, por eso lo mejor es generar incentivos, fomentar su inventiva, su energía. Y en nuestro caso es todo en beneficio de ellos porque el año próximo van a estar fuera del colegio y ante un panorama muy diferente”, remarca en la charla con LA ARENA.
La referente del Centro también adelanta que el proyecto se expande hacia otras iniciativas porque se hará una extensión áulica en el colegio Zona Norte. “Va a ser sobre Impresión en 3D e Introducción al sublimado y será exclusivo para estudiantes de ese establecimiento. Arrancamos en septiembre y tenemos muchas expectativas porque son cuestiones que pueden ayudar a quien busca una salida en el campo del trabajo. La idea es ir extendiéndolo hacia otros colegios”.
Gestión.
En las aulas contiguas a las que están los grupos de adolescentes hay personas de distintas edades que cursan otros talleres, los específicos que ofrece el CPFP N° 21 y que son demandados por quienes ya trabajan y quieren agregar recursos a su tarea cotidiana, por quienes planean generar un emprendimiento o por quienes no tienen un puesto laboral y consideran que a través de la capacitación pueden obtener mayores posibilidades.
“En este momento estoy desocupada, me está costando conseguir un trabajo pero no me quedo quieta y sumo conocimientos porque eso me puede dar mayores posibilidades”, remarca Carina en el aula donde se brinda el taller de Gestor Administrativo que es brindado por el docente Diego Tortone.
En la secretaría, en tanto, Sergio Kollman da una clase virtual sobre el manejo de trámites a una persona adulta. “Es un hombre mayor que cuando hace mucho frío no viene, se queda en su casa pero acordamos hacerlo a través del teléfono y así no perdemos las horas”, destaca el docente al tiempo que Wilberger remarca que dos personas con discapacidad también asisten al Centro y hay dos jóvenes “que quisieron repetir. Ya hicieron un taller pero les gustó tanto y les sirvió que se anotaron de nuevo”. En otra aula se brindan herramientas para el manejo de redes sociales y cuestiones tecnológicas. En otra se aprenden los secretos de la fotografía. Y esas son las distintas partículas que hacen al átomo que conforma la materia del Centro Nº 21. Historias, necesidades, búsquedas. No importa la edad, ni la condición, ni el saber adquirido. Es la educación, traducida en formación profesional que puede abrir puertas y edificar un presente con cara de futuro
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