Jueves 18 de abril 2024

"Eran defensores de los derechos"

Redacción 17/06/2022 - 01.13.hs

La Unión de los Pueblos Indígenas del Valle do Javarí (Univaja), en el extremo oeste amazónico de Brasil, calificó ayer de "crimen político" el asesinato del periodista inglés Dom Phillips y el experto indigenista brasileño Bruno Pereira porque fueron ultimados por su activismo para garantizar el bienestar de las comunidades originarias.

 

La entidad acusó a las autoridades brasileñas del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro y al Ministerio Público federal de no haber tomado medidas a tiempo cuando fueron hechas denuncias de amenazas de muerte de parte de quienes invaden el territorio indígena para realizar actividades económicas extractivas prohibidas por la Constitución.

 

"El asesinato de Pereira y Phillips constituye un crimen político, porque ambos eran defensores de los derechos humanos y murieron desempeñando actividades en beneficio de nosotros por nuestro derecho al bienestar, el derecho al territorio y a los recursos naturales que son nuestro alimento y garantía de vida, no apenas de nosotros, sino de nuestros parientes indígenas que viven aislados en la selva", dice un comunicado.

 

Pereira y Phillips desaparecieron el 5 de junio en la Amazonia. El Gobierno de Brasil informó el miércoles que sus restos habían sido hallados en la región donde se los buscaba, y medios brasileños dijeron que dos hermanos detenidos por el crimen confesaron haberlos matado por diferencias respecto de la pesca ilegal.

 

Mafias.

 

Pereira trabajaba en la Univaja, donde se encuentra la segunda mayor tierra indígena de Brasil, del tamaño de Austria, en la triple frontera con Perú y Colombia, y era amenazado de muerte por las mafias locales de la pesca industrial ilegal, la minería ilegal y los contrabandistas vinculados al narcotráfico.

 

"Enviamos oficios denunciando que se había formado una gavilla de pescadores y cazadores profesionales vinculados al narcotráfico, y no se tomaron medidas con la rapidez necesaria para evitar la muerte de Dom y Bruno", dice un comunicado de la entidad, que agrupa a seis pueblos indígenas. La entidad acusó al Ministerio Público Federal del estado de Amazonas y a los órganos dependientes del Gobierno nacional como la Policía Federal y la Fundación del Indio (Funai).

 

Crimen político.

 

El homicidio de Pereira y Phillips aumentó la lista de crímenes políticos y económicos vinculados a la preservación ambiental y a la lucha indígena en la selva amazónica, con el agregado en este caso del avance de actividades que como en el caso de la minería ilegal fueron avaladas muchas veces por el presidente Jair Bolsonaro, que impulsa una política oficial para modificar la ley del uso del suelo en los territorios de los pueblos originarios.

 

En medio de la conmoción por el asesinato, la Policía Federal cree que cinco personas actuaron en el doble crimen, que se transformó en un asunto de discusión política sobre la reducción de los organismos de fiscalización que hizo el gobierno de Bolsonaro.

 

El caso se inscribe en el llamado "lejano oeste brasileño", la región amazónica, la más grande y pobre del país y que es la que más conflictos anuales registra por disputas de tierras, invasiones de mafias de la minería y el agro a tierras indígenas.

 

Mal visto.

 

El presidente Bolsonaro lamentó ayer por Twitter la muerte del periodista inglés y del indigenista y expresó solidaridad a las familias, en un mensaje de una línea, luego de haber dicho días atrás que ambos se embarcaron en una "aventura" y que Phillips era "mal visto" por los garimpeiros (minería ilegal) por sus notas contra el delito en las tierras indígenas.

 

El doble crimen fue confesado por el pescador Amarildo Oliveira, detenido junto con su hermano. Oliveira había discutido el día anterior con Pereira sobre la pesca ilegal en la región y Phillips lo habría fotografiado, según información extraoficial de la investigación.

 

De acuerdo con la reconstrucción, Amarildo Oliveira y otras cuatro personas persiguieron el domingo 5 de junio a la lancha de Phillips y Pereira y los asesinaron disparándoles con una escopeta, tras lo cual escondieron los restos 3,1 kilómetros adentro de la selva, adonde fueron hallados este miércoles. Los restos de ambas víctimas llegaron ayer a Brasilia, donde serán sometidos a las pericias forenses.

 

Por su parte, el ex presidente y candidato presidencial brasileño Luiz Inácio Lula da SIlva afirmó ayer que el asesinato "está directamente relacionado con el desmantelamiento de las políticas públicas de protección de los pueblos indígenas. También está directamente relacionado con el fomento de la violencia por parte del actual gobierno del país", afirmó Lula. (Télam)

 

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