Un intervalo de sabor
Desde hace un mes el centro santarroseño tiene una nueva opción para frenar la rutina y tomarse un paréntesis de bienestar: Mariela Alvarez abrió “Pausa”, un lugar con café de especialidad con comida sin TACC rica y de calidad y también con opciones para todos los gustos.
“¿Y si este rincón fuera el comienzo de algo nuevo?”, preguntaba una publicación en redes en los días previos a la inauguración. Y esa campaña publicitaria en realidad parecía hablar, además del nuevo lugar, de lo que sucedió con alguien que se animó a dar un giro para iniciar un camino emprendedor y, desde un rincón cálido y bonito, ofrecer un espacio para un alto en lo cotidiano. Eso es lo que hizo Mariela Alvarez, una maestra jardinera que a los 51 años se decidió por su propia pausa y por un nuevo comienzo.
“En la primera semana me sobrepasaba todo, estaba en esos momentos donde te preguntás ‘¿en qué me metí? ¿Para qué hice esto?’ De hecho mi idea era abrir para el Día del Amigo, el 20 de julio, por supuesto que fui una ilusa porque no llegué de ninguna manera. Pero me fui acomodando y todo empezó a funcionar. Tuvimos una respuesta de la gente mucho mejor de la esperada así que aún vamos adaptándonos y tratando de ofrecer lo mejor, pero por supuesto que muy contenta”, le cuenta Mariela a LA ARENA en una de las dos mesas que a media mañana de un viernes ventoso quedan libres. Porque en “Pausa”, en la calle Pico 386 (casi avenida San Martín), el paréntesis es con el mejor café y con las delicias gastronómicas para quienes buscan una opción diferente.
“Soy oriunda de 25 de Mayo pero a los 5 años ya me vine a Santa Rosa. Luego del secundario estudié la carrera de Maestra Jardinera y fue lo que ejercí siempre. Estuve muchos años en el colegio María Auxiliadora, en otros lugares de la ciudad y después fui a Toay porque quería tener otra experiencia en la enseñanza. Lo de armar un café era una idea que me rondaba siempre -primero pensaba en un bar- como nos sucede a muchos que soñás con esas cosas. Pero después me enfoqué en el café”, reseña Mariela quien, tras tomarse un año de pausa laboral, supo que era “ahora o nunca”.
“Mis dos hijas están estudiando afuera y ellas me dijeron ‘bueno mamá, o lo hacés ahora o si no ¿cuándo?’ Y tenían razón”, reconoce.
Además, el descubrimiento de un trastorno en su salud también le dio un impulso hacia su nuevo perfil laboral.
“Siempre tenía un malestar en las cuerdas vocales y lo asociaba a mi trabajo como maestra. En mi dieta casi todo se basaba en comida con gluten y mi cuerpo ya no la toleraba, hasta que me hice estudios completos y ahí me dio que era celíaca. Tuve que cambiar todos mis hábitos y cuando pensé en el café eso fue una de las prioridades. Que la gente con celiaquía o que tiene intolerancia pudiera encontrar un lugar donde se ofrezcan cosas sin gluten realmente ricas y de calidad. Por eso todo se armó para tener los sectores bien separados y que no haya ningún entrecruzamiento en la elaboración de productos”, explica Mariela.
Café y mucho más.
“Pausa” hace horario corrido de 9.30 a 20.30 (a excepción de los miércoles que es el día de descanso) y a las más de diez variedades de café de especialidad se agrega una amplia y variada carta de exquisiteces para un buen desayuno, un almuerzo o una merienda. Y también para quien elige llevarse a su casa, a la oficina o a la plaza.
“Trabajamos con todos emprendedores de la provincia, con productos que llegan perfectamente cerrados y con todo el proceso necesario para lo que es sin TACC. Acá vas a encontrar opciones realmente deliciosas y por supuesto que tenemos para quien quiere comer con gluten. Nuestra propuesta es abarcar a todo el público con la premisa de tener una pausa para hacerse un mimo y pasar un buen rato”, describe Mariela en un sitio donde las mesas ocupadas muestran el éxito de la propuesta. Con parejas, con amigos, con familias o con quien llega en soledad con una notebook, con quien prefiere la lectura del diario en papel que está sobre el mostrador o quien se sienta con la intención de mirar a través de la ventana y perderse en sus pensamientos.
Baristas.
En “Pausa” cada detalle fue pensado y armado por su mentora. “Cada cosa que ves acá es como lo pensé, como lo fui imaginando, entonces eso hace que una se sienta más cómoda con lo que hace. Por supuesto que faltan cosas y planes a futuro tengo miles, pero hay que ir de a poco”, se convence quien sin darse cuenta se refiere de esa manera a la necesidad de aplicar el nombre de su cafetería al ímpetu emprendedor.
En el local trabajan dos jóvenes y una tercera se suma cuando la demanda desborda con la presencia de clientes. Y Mariela destaca un detalle fundamental para llevar adelante un negocio en ese rubro. “Las tres chicas son baristas (es el profesional especializado en el café de alta calidad, que trabaja creando nuevas y diferentes bebidas basadas en él, usando varios tipos de leches, esencias y licores, entre otros. También es el responsable de la presentación del café y puede complementar su trabajo con arte del latte) y eso es clave porque además de garantizar el mejor servicio, me enseñan muchas cosas todo el tiempo”.
Mariela “espía” su celular. Los mensajes de proveedores, clientes y de nuevas propuestas para su café son una evidencia de que el rol emprendedor tiene su exigencia. Pero en un lugar que invita a la pausa, no sobrepasa su tranquilidad.
“Hago deportes acuáticos en la laguna y conecto con otras cosas. Por supuesto que la cafetería me insume la mayor cantidad de tiempo pero, una vez que vas entendiendo cómo funciona todo y te imponés tu propio ritmo, todo se hace más llevadero”, asegura Mariela mientras sorbe un café de especialidad. Un café que aparte de un mimo o un impulso para seguir con lo cotidiano, es una pausa justa para el bienestar.
Artículos relacionados