Productores itinerantes mueven cifras millonarias
Juan José Reyes *
Según lo afirma el Director Nacional de Contratistas Rurales e Insumos Agrícolas en Agroactiva, Ricardo Garbers, los contratistas de la zona norte pampeana hasta la zona centro-sur y la estepa pampeana recorren 600 kilómetros en lentas caravanas y duermen en casilla rurales donde los alcance la noche. Movilizan más de 450 millones de peso al año, trabajando en la cosecha de los 14 departamentos agrícolas de la región y en una superficie agrícola de 1,48 millones de hectáreas.
Han recomenzado sus tareas en mayo pasado y se los ve muy activos ya que desde esa fecha hasta diciembre, con la soja y el girasol como principales motores.
La Dirección General de Rentas provincial tiene registrados a unos 100 locales, pero entre bonaerenses, cordobeses y santafecinos, operan más de 800 contratistas en total. La clave: El capital invertido en el negocio rural a través de la adquisición de sembradoras, fumigadoras, tractores, enfardadoras y hasta avionetas.
El del contratista es un gran negocio si el clima y los precios ayudan, como se espera en la actual campaña. La estimación habla de una cosecha local que superará los 4,5 millones de toneladas; entre ella, se destaca 1,2 millones de toneladas de soja; 600 mil de maíz; 800 mil de girasol; 300 mil de sorgo y de trigo y 130 mil toneladas de maní, entre otros granos y oleaginosas de invierno y verano.
Riesgo e inversión.
Sin embargo, desde el sector de los contratistas se explica que "se asumen muchos riesgos y mucha inversión porque el productor agropecuario no lo quiere hacer, entonces la hace el contratista". Para este agente, la forma de bajar los costos es hacer mayor cantidad de hectáreas por año. Es un trabajador incansable porque se traslada hasta Salta y va bajando hacia el sur, pasando por La Pampa, hasta terminar en Carmen de Patagones y luego vuelve a subir para empezar nuevamente la trilla. Su característica es ser itinerante y la diferencia con el productor agropecuario es que aquellos conocen sólo sus campos; en cambio, los contratistas tienen un conocimiento más amplio. La amortización del uso de la máquina es el tema más complicado ya que deben contar con máquinas nuevas y las debe utilizar intensivamente durante seis años.
Los denominados "prestadores de servicios agropecuarios" que pasan por nuestra región son cada día más y aumenta en la medida que las cosechas son más abundantes y el clima colabora.
Tres cuartas partes de ellos prestan los servicios de maquinaria agrícola. El resto, se reparte entre quienes brindan almacenaje de granos o realizan tareas específicas para la ganadería de rodeo o de leche.
Concentración.
La existencia de los contratistas rurales en La Pampa ha evitado una mayor concentración en la propiedad de la tierra, como la que se produjo en la última década, cuando desaparecieron en la provincia más de 1.100 explotaciones agropecuarias por efectos del modelo neoliberal.
La existencia de contratistas pone importantes límites a la concentración, haciendo rentables a productores que quizás no sobrevivirían si tuvieran que contar con la maquinaria e infraestructura para desarrollar aquellas tareas. Puede decirse que estos prestadores de servicios son la piedra angular de la mejoría de la productividad agrícola de los últimos años. Debido al arsenal tecnológico de diversa índole que manejan los contratistas rurales, los productores y chacareros que contratan sus servicios obtienen un mayor nivel de ingreso que los que no lo hacen.
Los últimos datos, dan cuenta que los contratistas rurales en nuestra provincia movilizan sumas superiores a los 450 millones de pesos anuales. A mejores precios de los granos, mayores y mejores contratos se realizan. Nadie puede dudar de la fuerte gravitación que posee en el sector rural en las inversiones en bienes de capital (maquinaria agrícola, cosechadoras, implementos, pickups y equipos) en lo referente al aumento de la productividad del campo, en la mejora tecnológica y en la mayor producción de bienes rurales. Sin embargo, como es imposible contar con toda la tecnología, el productor recurre asiduamente al contratista.
Kilos de máquina.
En la mayoría de los países agrícolas de alto desarrollo tecnológico, la maquinaria agrícola alcanza a los 150 kilos por hectárea; en la Argentina, apenas llega a los 25 kilos, con una antigüedad promedio de entre 12 y 15 años, aunque en el último bienio la recuperación fue importante y alcanza los 28 kilos por hectárea.
La Pampa, una de las principales zonas granarias del país, no superaba los 20 kilos de maquinaria por hectárea según el último censo agropecuario, teniendo ésta una antigüedad de 15 años o más. La mejora tecnológica iniciada en 2002 con la bonanza del campo la hizo trepar hasta los 24 kilos por hectárea y se llega a 30 kilos, pero aún así la dependencia de los pequeños chacareros de los contratistas continúa siendo muy evidente. Esto se debe a que el costo operativo de las maquinarias representa entre el 30 y el 50 por ciento del costo total de la producción.
Los productores de una pequeña porción de nuestra provincia (el 32 por ciento), adquiere maquinaria nueva anualmente, en especial los que poseen su zona de producción situada en el cuadrángulo noreste definido por las rutas 5 y 35. De La Pampa pobre (68 por ciento) sólo el 15 por ciento adquiere maquinaria agrícola nueva, y el 53 por ciento restante lo hace habitualmente en el mercado del usado, mejorando año tras año los modelos. Es ahí donde la actividad de los contratistas crece y apuntan muy alto para la actual campaña 2013/14, que viene, según las estimaciones del Ministerio de Agricultura de la Nación, entre bueno y muy bueno.
Oferta y demanda.
En todo el país, se calcula que los contratistas manejan cerca de 13.000 trilladoras, sobre un total de 34.000 unidades. Pero tienen además equipos para todo tipo de labor: Sembradoras, fumigadoras, tractores, enfardadoras y hasta avionetas. Sus mejores clientes son los productores chicos y medianos que no tienen los recursos suficientes como para adquirir maquinaria agrícola y otros implementos para el laboreo y recolección de granos. Justamente, el auge actual del contratista surge de la necesidad de los pequeños chacareros y las Pymes agropecuarias, porque les es difícil adquirir tractores o cosechadoras para su pequeña explotación con tecnología de punta, con lo cual en la presente campaña la asociación con los contratistas es una gran posibilidad para compartir gastos y por supuesto ganancias, que seguramente llegarán este ciclo.
* Economista.
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