Domingo 21 de abril 2024

Atlético Santa Rosa se consagró campeón de la Liga Cultural

Redacción 14/09/2010 - 01.33.hs

Atlético Santa Rosa volvió a vestirse de gala, como en sus mejores tiempos, al superar por 2-1 a Club Darregueira en partido correspondiente a la última fecha del Torneo Mayor, lo que le permitió coronarse como campeón del Torneo Oficial de la Liga Cultural de fútbol por décima vez en su historia, y cerrar así una sequía de siete años en la máxima divisional (su último título había sido en 2003).
Además, esta consagración tiene el valor extra de darse en su primera temporada en la Primera "A", tras el ascenso logrado el año pasado -con el campeonato de la Primera "B" incluido-, de la mano del mismo entrenador, Mauricio "Condorito" Villegas, y de la mayor parte del plantel actual.
Por eso las lágrimas y el desahogo del final, y también por eso el sufrimiento en los últimos minutos del duelo de ayer, que se dio más que nada por la ansiedad y el nerviosismo de los locales, que por méritos del rival, una vez más de muy floja tarea, como a lo largo de todo el torneo.
Es que el partido tuvo un solo protagonista, Atlético Santa Rosa, que tras haber ganado el clásico ante All Boys (2-0) en la penúltima fecha, había pasado a la punta del certamen y se enfrentaba con el último de las posiciones en la jornada final. Y sin dudas se notaron esas diferencias, principalmente en la primera etapa, en la que el elenco de Darregueira ni siquiera pateó al arco defendido por Bruno Michelena.
En la previa del partido, la principal duda tenía que ver con la capacidad de Santa Rosa para manejar la ansiedad, porque se enfrentaba a un equipo inferior, pero a la vez tenía la obligación de ganar para dar la vuelta. Aunque ese interrogante quedó de lado cuando apenas se habían jugado 1 minuto y 31 segundos, porque Gastón Lezcano marcó el primer gol y llevó tranquilidad a la buena cantidad de gente que había en el Mateo Calderón, y principalmente a su equipo. El gol llegó tras un tiro libre pasado: Lucas Francia puso la pelota nuevamente en el centro del área, Lezcano le dio con la rodilla y pegó en el travesaño, pero Ariel Abrigo tomó el rebote y con la cabeza se la cedió otra vez a Lezcano, que con su parietal izquierdo hizo gritar a todo el estadio.
Bien se podría decir que el partido se terminó tras ese gol. Pero los nervios luego le jugarían una mala pasada a los locales, aunque en realidad su triunfo nunca estuvo en peligro. Es que Club Darregueira no hizo casi nada para llevarse algo, y solamente se dedicó a defenderse lo mejor posible, aunque casi siempre lo hizo mal.
Santa Rosa, más tranquilo tras su gol, fue amo y señor de la primera parte, aunque falló varias veces en los metros finales como para aumentar la ventaja. Entre las más claras, a los 20' Lezcano encabezó una contra, Joaquín Susvielles desbordó por izquierda y cedió para Abrigo, que no pudo definir bien y terminó entregándole la pelota al arquero. A los 26', en tanto, un tiro libre de Pablo Alanís fue bien desviado por Gustavo Armellini y nadie pudo capitalizar bien el rebote. Hasta que a los 36' llegó el segundo gol: tiro libre pasado de Alanís, Susvielles bajó la pelota en el segundo palo y la metió al centro del área, donde Fabricio Pérez la empujó a la red.
Con la hinchada gritando "¡dale campeón, dale campeón!" se fueron a los vestuarios, y volvieron minutos después con otras camisetas, más viejas, sabiendo que darían la vuelta olímpica y que los hinchas se las iban a llevar como recuerdo. Pero esa confianza por momentos le jugó en contra al Albo, que a los 4' sufrió el gol en contra de Alanís, quien cabeceó sin querer hacia atrás y superó a su propio arquero.
Así, de la única manera en la que Club Darregueira podía lograr un gol, Santa Rosa se estaba complicando a sí mismo. Pero luego volvió todo a la normalidad y el partido no tuvo mucho interés, salvo por el sufrimiento de los locales, que no concretaban el tercero y empezaban a temer la llegada de otro gol visitante, aunque al mismo tiempo sabían que si no se equivocaban nadie los lastimaría.
Armellini se fue convirtiendo en figura de su equipo, principalmente por taparle un cabezazo a Susvielles y un remate a Abrigo, ambos con destino de gol; mientras que Francia fue el otro que contó con dos chances, pero ambas terminaron afuera. En la otra vereda, la única aproximación fue un tiro libre desviado de Cristian Klobertanz.
Hasta que el árbitro Paulo Arias, cuando ya veía que la gente empezaba a saltar los alambrados para entrar a festejar, dio por terminado el partido a los 46' y se desató la fiesta del Albo, que volvió a la máxima divisional de la mejor manera: gritando campeón.

 


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