Avanza la decisión de intervenir San Martín
Una alta fuente gubernamental admitió que «es viable que se pueda avanzar con una comisión normalizadora en el Club San Martín», que permitiría que la entidad recobre la razón social para la que la pensaron quienes la fundaron.
Es probable que en un par de semanas o poco más se disponga desde la Dirección General de Superintendencia de Personas Jurídicas de la Provincia la medida que se aguarda con expectativas para «devolver el club a la gente».
Esa consigna bajo la que hace un par de meses empezó a moverse «La ’89», la agrupación de ex socios, vecinos, y ex deportistas del Club General San Martín, no persigue otro objetivo que la Villa vuelva a tener el rol protagónico que lo caracterizó desde su mismo nacimiento.
San Martín, referencia de La Villa.
Sería regresar a poner en marcha nuevamente «el objeto social» del que hablan sus estatutos para una institución con una importante inserción en la comunidad, que supo tener gran actividad en lo deportivo, y también en lo cultural.
Ese grupo de gente presentó en aquella dependencia oficial la solicitud de acciones especificas ante diversas irregularidades, que se han denunciado en más de una ocasión y no fueron atendidas oportunamente por las autoridades.
Concretamente «La ’89» -fue el año en que el Club General San Martín se consagró campeón de la Liga Cultural de Fútbol- empezó a reunirse hace varias semanas con la intención que vuelva a ser una referencia entre las entidades del medio, como lo fuera durante tantos años.
Club «momificado».
«La Villa» se encuentra desde hace años en una situación de cuasi inmovilismo. Está presidido hace varios lustros por Graciela Loyola, quien lejos de abrir el club a la comunidad lo ha mantenido concentrado de tal manera que se la acusa de mantenerlo como un coto que únicamente utilizan sus familiares y allegados. Muy lejos de los objetivos de una entidad que fuera creada para brindar lugares de esparcimiento, y ser un centro de actividades sociales, culturales y deportivas.
Intento fallido.
Hace cinco años una buena cantidad de personas quiso acercarse para tomar contacto con el club, con la intención de que volviera a manos de los vecinos. Sus intenciones de asociarse chocaron con la cerrada negativa de la directiva que estaba al frente -básicamente conformada por las mismas personas que permanecen hoy-, que impidió aquellas intenciones.
Excusas, algunas veladas amenazas que recibieron los que encabezaban el movimiento «Pro recuperación de San Martín», dilaciones en la dependencia oficial que debería ser la encargada de que las instituciones se desempeñen dentro de lo que tienen estatuido, terminó con el desistimiento en sus intenciones de incorporarse a la entidad.
Venta de un inmueble.
En tanto, las instalaciones de calle Alberdi y Dante Alighieri, a pasos del centro de la ciudad, sólo tuvieron en la última década una mínima actividad, reducida a una canchita de fútbol 5 y una disciplina vinculada a las artes marciales (que llevaba adelante precisamente un hijo de la presidenta).
Pero, y mucho más grave aún, este diario informó hace días de la venta de parte del inmueble de la ex Quinta de las Monjas, en Avenida Palacios, que fueron adquiridas por el empresario Carlos Elorza en una suma que muchos consideran irrisoria. Unos 58 mil dólares por 2.8 hectáreas, cuando se calcula que vale 10 veces más.
Algún martillero precisó que se puede subdividir en varios lotes, arrojando parcelas hasta un monto que oscilaría entre los 40 y 50 mil dólares cada uno.
Pero más allá del valor económico, cabe pensar en qué cantidad de actividades se podrían realizar en semejante predio ubicado en un sector privilegiado de la ciudad.
La sociedad ya sabe del desguace del Club Atlético Santa Rosa, que fue a la quiebra y estafado en 3 millones de dólares por directivos infieles.
Comisión normalizadora.
Desde «La ’89» se ha pedido -ante el deterioro en todo sentido de la institución- una comisión normalizadora «en los términos de la Disposición nº 1/17» de la Dirección General de Superintendencia de Personas Jurídicas.
El pedido se justifica en «graves irregularidades», entre las que se mencionaban «la caducidad de los mandatos de los órganos directivos. En efecto una parte de la comisión directiva terminó el 31 de diciembre de 2018, y el resto de los integrantes el 31 de diciembre de 2019″, por lo que estarían agotados todos los mandatos.
¿Y el objeto social?
Ni hablar del objeto social. La institución tiene por objeto la realización de actividades sociales, culturales y deportivas. Conforme surge del estatuto modificado por asamblea extraordinaria del 16 de marzo de 1980, se advierte que no se ha cumplido en los últimos años» con las actividades para las cuales San Martín había sido fundado. Por el contrario el gimnasio alberga una actividad comercial.
Ni balances ni socios.
Además quienes hoy detentan cargos en la directiva no presentaron en Personas Jurídicas los balances correspondientes a los tres últimos ejercicios. Se apuntaron también «maniobras fraudulentas con respecto al padrón de socios». Desde años se impide sistemáticamente a cualquier persona asociarse al club, no permitiendo al vecino de participar en las asambleas. Así también a socios de muchos años les impidieron pagar la cuota lo que resultó en la caída de la categoría de activos.
El padrón actual no contiene datos elementales, como sería número de socio, datos personales (como domicilio) que impiden la identificación de los mismos (¿existen los asociados o es todo ficticio?); falta de oficina administrativa y de habilitación comercial de la Cancha de Futbol 5, que es un emprendimiento privado.
Y otro punto fundamental. Las instalaciones lucen un deterioro tal que una inspección municipal exhaustiva probablemente no las habilitaría.
Luego de la presentación de «La ’89», Personas Jurídicas mediante un proveído trasladó los cuestionamientos a Graciela Loyola -que aparece como presidenta del club-, quien la semana anterior, a horas que expirara el plazo, formuló su descargo.
Guillermo Rubano, consultado por este diario, confirmó esa respuesta, y actuó girando el expediente a Asesoría Legal para que dictamine, y también a los integrantes de «La ’89» para que conozcan el tenor de la respuesta.
«Legítimos interesados».
El mismo funcionario, titular de Personas Jurídicas calculó que en «unas semanas» habrá una decisión con respecto al tema. «La ’89», días atrás -así lo confirmó el mismo Rubano- presentó nombres de «legítimos interesados» (ex socios de la entidad) para agregar a la causa, y también mencionó a quienes podrían ser miembros de una futura comisión normalizadora.
Aunque ningún funcionario lo dice, se estima muy probable que Personas Jurídicas pueda «dictar un acto» en función de regularizar el Club San Martín a la brevedad.
Cabe señalar que la actual dirigencia sigue sin presentar los balances que adeuda -«si los presentaran ahora no se los podemos recibir», sostuvo Rubano- por lo que resulta imposible saber en qué se aplicó el dinero recibido como pago de la venta de parte de la ex Quinta de las Monjas.
Genuino interés de vecinos.
Se puede agregar que las autoridades provinciales tendrían muy en cuenta que no hay en la movida de los vecinos móviles extraños -no existen proyectos políticos o intereses particulares detrás, por ejemplo-, sino un genuino interés en recuperar la institución.
El próximo domingo está previsto que los ex socios, ex deportistas y vecinos se vuelvan a reunir -como ya sucedió- en una mateada que tendrá como escenario la plaza Martín Fierro.
El Club San Martín fue demasiado grande, y debe volver necesariamente a sus épocas de esplendor. Pareciera que el momento ha llegado para que se vuelva a la normalidad.
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